EE.UU. combatirá el dengue con 750 millones de mosquitos modificados genéticamente
La estrategia busca que machos de Aedes aegypti transfieran un gen que imposibilita que nuevas hembras se desarrollen. Así buscarán reducir la población de mosquitos. Aunque ya se ha puesto en práctica en Brasil, a algunos no les suena la idea.
Las autoridades de Cabos de Florida, en Estados Unidos, están alarmadas por los casos de dengue. Aunque en los últimos años han tratado de combatir al mosquito que lo transmite, el Aedes aegypti, no ha sido fácil derrotarlo. Por eso van a probar un nuevo camino: liberar 750 millones de mosquitos modificados genéticamente, una estrategia con la que esperan disminuir la población capaz de transmitir el virus. (Lea toda la información sobre el coronavirus)
La idea, diseñada por la empresa británica Oxitec y avalada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, es evitar que las futuras hembras (que son las que pican) se desarrollen y mueran. Para ello, esa compañía creó una población exclusiva de machos en un laboratorio que nació con dos genes modificados. Uno de ellos evita que las futuras hembras se desarrollen.
Como le contó Nathan Rose, doctor en biología molecular en la Universidad de Oxford (Londres) y jefe de asuntos regulatorios de Oxitec, lo que harán será liberar a los nuevos machos durante dos años para que, poco a poco, se apareen con las hembras. Así, dice, se reducirá la población en el futuro.
El proyecto ya ha sido probado en la ciudad de Jacobina, en Brasil. Entre junio de 2013 y septiembre de 2015, la misma empresa liberó 450 mil machos de Aedes aegypti. Hace un par de años, sin embargo, recibió críticas luego de que la revista Scientific Reports publicara un estudio que aseguraba que los mosquitos que nacieron después de la liberación sí habían adquirido los nuevos genes pero no habían muerto como todos esperaban. También sugería que se había permitido la creación de mosquitos “híbridos”.
Aquella publicación ha servido de argumento a miles de personas hoy para oponerse a la decisión de las autoridades estadounidenses. Más de 230 mil han firmado una petición en Change.org pidiendo que no se liberen los mosquitos. Lo que tal vez no saben es que el estudio de Scientific Reports también ha recibido críticas por su pobreza metodológica. Cuando salió a la luz, Oxitec publicó un comunicado en el que advertía que los autores hacían “afirmaciones irresponsables”.
Pedro Lagerblad, investigador de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) y quien no había participado en el estudio, se lo explicó de esta manera al portal de noticias científicas Scidev.Net: “Los datos no indican que hay un traspaso de genes ni que sea una amenaza para la salud pública”. Para él había una gran limitación metodológica: quienes lo hicieron tan solo habían evaluado el linaje genético del mosquito liberado solo hasta tres meses después de la liberación. Eso “es insuficiente”, señalaba.
“Los mosquitos transgénicos podrían ser una herramienta importante para reducir las enfermedades transmitidas por mosquitos sin recurrir a insecticidas químicos, muchos de los cuales tienen efectos no deseados en los seres humanos y el medio ambiente”, le dijo por su parte Anthony M. Shelton, profesor en el departamento de Entomología de la Universidad de Cornell (Nueva York), al diario El País.
Las autoridades de Cabos de Florida, en Estados Unidos, están alarmadas por los casos de dengue. Aunque en los últimos años han tratado de combatir al mosquito que lo transmite, el Aedes aegypti, no ha sido fácil derrotarlo. Por eso van a probar un nuevo camino: liberar 750 millones de mosquitos modificados genéticamente, una estrategia con la que esperan disminuir la población capaz de transmitir el virus. (Lea toda la información sobre el coronavirus)
La idea, diseñada por la empresa británica Oxitec y avalada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, es evitar que las futuras hembras (que son las que pican) se desarrollen y mueran. Para ello, esa compañía creó una población exclusiva de machos en un laboratorio que nació con dos genes modificados. Uno de ellos evita que las futuras hembras se desarrollen.
Como le contó Nathan Rose, doctor en biología molecular en la Universidad de Oxford (Londres) y jefe de asuntos regulatorios de Oxitec, lo que harán será liberar a los nuevos machos durante dos años para que, poco a poco, se apareen con las hembras. Así, dice, se reducirá la población en el futuro.
El proyecto ya ha sido probado en la ciudad de Jacobina, en Brasil. Entre junio de 2013 y septiembre de 2015, la misma empresa liberó 450 mil machos de Aedes aegypti. Hace un par de años, sin embargo, recibió críticas luego de que la revista Scientific Reports publicara un estudio que aseguraba que los mosquitos que nacieron después de la liberación sí habían adquirido los nuevos genes pero no habían muerto como todos esperaban. También sugería que se había permitido la creación de mosquitos “híbridos”.
Aquella publicación ha servido de argumento a miles de personas hoy para oponerse a la decisión de las autoridades estadounidenses. Más de 230 mil han firmado una petición en Change.org pidiendo que no se liberen los mosquitos. Lo que tal vez no saben es que el estudio de Scientific Reports también ha recibido críticas por su pobreza metodológica. Cuando salió a la luz, Oxitec publicó un comunicado en el que advertía que los autores hacían “afirmaciones irresponsables”.
Pedro Lagerblad, investigador de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) y quien no había participado en el estudio, se lo explicó de esta manera al portal de noticias científicas Scidev.Net: “Los datos no indican que hay un traspaso de genes ni que sea una amenaza para la salud pública”. Para él había una gran limitación metodológica: quienes lo hicieron tan solo habían evaluado el linaje genético del mosquito liberado solo hasta tres meses después de la liberación. Eso “es insuficiente”, señalaba.
“Los mosquitos transgénicos podrían ser una herramienta importante para reducir las enfermedades transmitidas por mosquitos sin recurrir a insecticidas químicos, muchos de los cuales tienen efectos no deseados en los seres humanos y el medio ambiente”, le dijo por su parte Anthony M. Shelton, profesor en el departamento de Entomología de la Universidad de Cornell (Nueva York), al diario El País.