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Con restos óseos de 128 individuos, Gurgy (una población y comuna francesa en la región de Borgoña) es el cementerio más grande de la región y data del quinto milenio. Los científicos encontraron cuerpos en diferentes posiciones y orientaciones, y tumbas con variaciones arquitectónicas de diversas influencias, pero muy pocos bienes funerarios, lo que limitó durante décadas identificar una asociación de esos hombres y mujeres enterrados con una cultura. Hasta ahora.
Un grupo de investigadores internacional recolectó muestras de 110 de 128 individuos, logró recuperar el ADN de 94 de ellos y utilizó los datos para determinar cómo se relacionaban entre sí. Los hallazgos, publicados en Nature, dibujan dos grandes árboles genealógicos. El árbol genealógico A conecta a 64 individuos (20 mujeres y 44 hombres) durante 7 generaciones, y el árbol genealógico B conecta a 12 individuos (7 mujeres y 5 hombres) durante 5 generaciones.
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Pero no solo, los científicos quisieron entender cuáles eran las relaciones sociales prehistóricas de todas esas personas. Por ejemplo, algo interesante es que aparte de dos individuos, ninguna madre adulta tiene padres o ancestros enterrados en el sitio. Este patrón le sugiere a los investigadores que las mujeres emigraron desde su lugar de nacimiento a la residencia de su pareja.
Sin embargo, y considerando las uniones reproductivas, los autores del estudio se encontraron con una escasez de madres, con solo 9 frente a 20 padres enterrados. Este desequilibrio también se observa en el número total de entierros de adultos (38 hombres frente a 20 mujeres), y sugiere que los hombres adultos tenían el doble de probabilidades de ser enterrados que las mujeres adultas.
Ese desequilibrio podría significar un posible sesgo sexual en los entierros. El ADN también revela que las uniones reproductivas polígamas (en la que un individuo tiene múltiples compañeros sexuales o parejas reproductivas al mismo tiempo) eran poco comunes o tal vez socialmente prohibidas, o que el entierro de la descendencia de tales uniones se realizaba en otros lugares. Del mismo modo, la monogamia en serie incluidas las uniones de levirato y sororato en las que una mujer se vuelve a unir con el hermano de su esposo fallecido o un hombre se vuelve a unir con la hermana de su esposa, era rara.
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Las familias también tenían un gran tamaño. Los investigadores señalan, como ejemplo, que seis hermanos alcanzaron la edad reproductiva y varios de ellos alcanzaron a tener cuatro y cinco crías adultas por su cuenta, así como posiblemente un número significativo de bebés fallecidos esperados en ese período de tiempo. Esto sugiere una alta tasa de fertilidad y condiciones de salud y nutrición generalmente estables en esta comunidad neolítica.
Por último, y pesar de reconstruir siete generaciones, los científicos creen que esa familia vivió un tiempo relativamente corto en la región donde se encontraron sus restos. Excluyendo las generaciones fundadoras y migratorias, la duración del uso del sitio fue probablemente de solo 3 a 4 generaciones o de 84 a 112 años (1 generación son 28 años). Kendra Sirak, especialista en ADN antiguo de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts, le dijo a Nature que “este tipo de trabajo realmente da nueva vida a nuestra comprensión de los pueblos antiguos”.