El animal terrestre más grande es un experto equilibrista. ¿Cómo lo hace?
Un grupo de científicos estudia el papel crucial de la visión en la coordinación de los elefantes. Vendados y en movimiento, estos gigantes revelan la importancia de la retroalimentación visual en cada paso que dan.
Los elefantes son los animales terrestres más grandes y pueden llegar a pesar hasta tres toneladas. Con esa gran masa de cuerpo, cualquier tropiezo puede significar graves problemas. Sucede que, además, son un caso atípico entre otros cuadrúpedos: cuando caminan, los elefantes mantienen un patrón constante de pisadas. Es decir, alternan y colocan las patas delanteras y traseras de manera idéntica, incluso cuando cambian su velocidad. ¿Cómo logran hacerlo? Un nuevo estudio publicado en Biology Letters arroja un par de respuestas sobre esa pregunta y sobre la increíble capacidad de este animal para no perder el equilibrio.
Los elefantes son relativamente lentos: no alcanzan velocidades máximas superiores a 7 metros por segundo. Aunque en el pasado la ciencia ha intentado entender la biomecánica de la locomoción de los elefantes, ninguna investigación había examinado cómo el sistema nervioso de los elefantes controla su patrón de movimientos. Y es que, aunque caminar para los humanos parezca sencillo, para los elefantes no lo es tanto: para cada zancada de este animal, el sistema neuromuscular debe acelerar y desacelerar las otras patas de forma coordinada. (Puede ver: Los países ricos deben acelerar su objetivo de neutralidad carbono)
Algún error en el control del desempeño de las patas afectaría la secuencia general de todas las pisadas. Y si los errores fueran lo suficientemente importantes, podrían impactar negativamente el equilibrio del elefante. Pero entonces, ¿cómo lo hacen? Para averiguarlo, el grupo de científicos realizó una serie de experimentos con cuatro hembras adultas sanas de elefante asiático. Cada una de ellas tenían vendado sus ojos y estaba equipada con un equipo que puede ver y medir cuánto se está moviendo algo en solo una dirección.
Los investigadores hicieron que los elefantes caminaran de un lado a otro a lo largo de una pasarela al aire libre de 90 metros, mientras sujetaban la cola de un elefante guía que era ayudado por un entrenador para evitar cualquier incidente y garantizar que los elefantes caminaran a una velocidad constante y similar entre las condiciones experimentales. Todos completaron un mínimo de 10 pruebas de caminata con y sin visión, para comparar resultados “Era muy evidente que los elefantes no podían ver mientras llevaban los ojos vendados. Cuando los entrenadores les indicaban que agarraran la cola del elefante líder, a menudo fallaban o tenían que tantear con la trompa para encontrar la cola del otro elefante”.
Los resultados apuntan a que estos animales necesitan la retroalimentación visual (es decir, la información que pueden capturar visualmente de su entorno) para ajustar el movimiento de sus cuerpos. Esto es importante porque los humanos también necesitamos ver para caminar correctamente, pero a diferencia nuestra, los elefantes suelen estar activos en condiciones de poca luz. En el experimento, cuando los elefantes podían ver, el ritmo de sus zancadas se mantuvo relativamente constante. Pero las vendas parecían desconcertarlos, provocando que el ritmo de sus zancadas fuera más errático. Ningún animal resultó herido en esta investigación. (Puede ver: Cachorros de oso pardo mueren por la escasez de salmón)
Los elefantes son los animales terrestres más grandes y pueden llegar a pesar hasta tres toneladas. Con esa gran masa de cuerpo, cualquier tropiezo puede significar graves problemas. Sucede que, además, son un caso atípico entre otros cuadrúpedos: cuando caminan, los elefantes mantienen un patrón constante de pisadas. Es decir, alternan y colocan las patas delanteras y traseras de manera idéntica, incluso cuando cambian su velocidad. ¿Cómo logran hacerlo? Un nuevo estudio publicado en Biology Letters arroja un par de respuestas sobre esa pregunta y sobre la increíble capacidad de este animal para no perder el equilibrio.
Los elefantes son relativamente lentos: no alcanzan velocidades máximas superiores a 7 metros por segundo. Aunque en el pasado la ciencia ha intentado entender la biomecánica de la locomoción de los elefantes, ninguna investigación había examinado cómo el sistema nervioso de los elefantes controla su patrón de movimientos. Y es que, aunque caminar para los humanos parezca sencillo, para los elefantes no lo es tanto: para cada zancada de este animal, el sistema neuromuscular debe acelerar y desacelerar las otras patas de forma coordinada. (Puede ver: Los países ricos deben acelerar su objetivo de neutralidad carbono)
Algún error en el control del desempeño de las patas afectaría la secuencia general de todas las pisadas. Y si los errores fueran lo suficientemente importantes, podrían impactar negativamente el equilibrio del elefante. Pero entonces, ¿cómo lo hacen? Para averiguarlo, el grupo de científicos realizó una serie de experimentos con cuatro hembras adultas sanas de elefante asiático. Cada una de ellas tenían vendado sus ojos y estaba equipada con un equipo que puede ver y medir cuánto se está moviendo algo en solo una dirección.
Los investigadores hicieron que los elefantes caminaran de un lado a otro a lo largo de una pasarela al aire libre de 90 metros, mientras sujetaban la cola de un elefante guía que era ayudado por un entrenador para evitar cualquier incidente y garantizar que los elefantes caminaran a una velocidad constante y similar entre las condiciones experimentales. Todos completaron un mínimo de 10 pruebas de caminata con y sin visión, para comparar resultados “Era muy evidente que los elefantes no podían ver mientras llevaban los ojos vendados. Cuando los entrenadores les indicaban que agarraran la cola del elefante líder, a menudo fallaban o tenían que tantear con la trompa para encontrar la cola del otro elefante”.
Los resultados apuntan a que estos animales necesitan la retroalimentación visual (es decir, la información que pueden capturar visualmente de su entorno) para ajustar el movimiento de sus cuerpos. Esto es importante porque los humanos también necesitamos ver para caminar correctamente, pero a diferencia nuestra, los elefantes suelen estar activos en condiciones de poca luz. En el experimento, cuando los elefantes podían ver, el ritmo de sus zancadas se mantuvo relativamente constante. Pero las vendas parecían desconcertarlos, provocando que el ritmo de sus zancadas fuera más errático. Ningún animal resultó herido en esta investigación. (Puede ver: Cachorros de oso pardo mueren por la escasez de salmón)