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Cuando se habla de contaminación del aire, como la alta carga de material particulado (PM) que se encuentra en las grandes ciudades, una asociación lógica que se puede establecer es su posible impacto en la salud física: las vías respiratorias, los pulmones, la visión y hasta la piel.
Con el cambio climático, además, los análisis suelen enfocarse en las pérdidas económicas relacionadas con sus efectos, como las inundaciones y las sequías, que anualmente generan grandes pérdidas de cultivos, animales de granja y en la biodiversidad.
Pero, no es usual que se asocien estos efectos de la crisis climática a los cada vez mayores daños en la salud mental y a padecimientos específicos, como la depresión o el deterioro cognitivo. Una investigación, publicada recientemente en la revista World Psychiatry, encontró que hay una asociación entre estas dos problemáticas. (Puede ver: ¿Llegamos a un punto de no retorno en el sistema de salud?)
Para hacerlo, los autores analizaron 237 estudios que fueron publicados hasta 2023 en tres bases de datos científicas, en los que se analizaban diferentes relaciones entre la salud mental y la crisis climática. De estos, 195 hacían referencia a consecuencias que podría tener la exposición a la contaminación del aire en la salud mental, mientras que 42 de las investigaciones analizadas se referían a las consecuencias del cambio climático en estos padecimientos. (Puede ver: “El retiro de Sura no es como cerrar una tienda”).
Si bien los investigadores aclaran que no encontraron relaciones causales directas, en especial porque los trastornos de salud mental suelen tener múltiples causas difíciles de individualizar, sí encontraron asociaciones que indican que la crisis climática estaría impactando la salud mental de las personas.
Por ejemplo, dentro de los resultados analizados, encontraron que una mayor exposición a solventes contaminantes está relacionada con una mayor presencia de diagnósticos de deterioro cognitivo. O que la exposición prolongada a contaminantes como el monóxido de carbono, una de las emisiones que generan los procesos industriales, y el desarrollo de casos de demencia.
También encontraron que la exposición a los aumentos de temperatura, tanto los medidos científicamente como los percibidos por las personas, está asociada con una mayor mortalidad relacionada con trastornos mentales y hospitalizaciones relacionadas con salud mental.
Los investigadores aseguran que, aunque se trata de asociaciones de baja magnitud, es evidencia convincente y que se extiende a nivel mundial. Esto hace que la baja magnitud de las asociaciones se pueda traducir en grandes impactos en términos de mortalidad y diagnósticos de salud mental relacionados con la crisis climática. (Vea: “No se ocultaron deudas de ningún tipo”: Enrique Vargas Lleras sobre Nueva EPS)
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