El inesperado papel de las termitas en el calentamiento global
Un equipo internacional de científicos, que contó con participación colombiana, publicó un artículo en la última edición de la revista “Science” que revela el rol que pueden estar desempeñando estos animales en la emisión de gases efecto invernadero. Tras analizar 133 ecosistemas, entre los que estaban los bosques de Guatavita, Tabio y Guasca, detallaron cómo estos insectos pueden alterar el papel de los bosques.
Lisbeth Fog Corradine
Una colonia de termitas hambrientas camina por entre la hojarasca en una selva cualquiera, principalmente en el trópico. Buscando alimento, de repente se topan con un árbol que ha caído por haber cumplido ya su ciclo de vida. De inmediato empiezan a devorarlo hasta que solo quedan los restos. Al descomponerse, ese árbol libera nutrientes que alimentan las plantas a su alrededor. Así, contribuyen a que no se apilen tallos, troncos, ramas y hojas en los bosques que naturalmente van cayendo, y a fortalecer los árboles vivos. Las termitas son recicladoras.
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Una colonia de termitas hambrientas camina por entre la hojarasca en una selva cualquiera, principalmente en el trópico. Buscando alimento, de repente se topan con un árbol que ha caído por haber cumplido ya su ciclo de vida. De inmediato empiezan a devorarlo hasta que solo quedan los restos. Al descomponerse, ese árbol libera nutrientes que alimentan las plantas a su alrededor. Así, contribuyen a que no se apilen tallos, troncos, ramas y hojas en los bosques que naturalmente van cayendo, y a fortalecer los árboles vivos. Las termitas son recicladoras.
Pero hay un problema que acaban de informar más de cien científicos de todo el mundo en un reciente artículo de la revista Science: las termitas pueden estar contribuyendo cada vez más con las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento global, de acuerdo con Amy Zanne, del Departamento de Biología de la Universidad de Miami e investigadora principal del proyecto.
Resulta que a medida que cada termita va consumiendo la madera, la va degradando y al hacerlo, se libera CO2 a la atmósfera. Y como estos insectos son tan sensibles a la temperatura, —les gusta el calor— a medida que sube, pueden ir conquistando ecosistemas más allá del trópico. (También puede leer: La historia de los colombianos que simularon en Polonia una misión espacial)
“La madera muerta en los bosques es un componente muy importante del carbono que se encuentra en un ecosistema”, explica Juan Posada, profesor titular del Departamento de Biología de la Universidad del Rosario y uno de los autores del artículo que, además, fue la portada de la última edición de Science. “Y la velocidad a la cual se descompone esa madera es también importante, porque ese carbono vuelve a la atmósfera en forma de CO2 de manera también rápida y como es un gas de efecto invernadero contribuye al calentamiento global”.
¿Cómo llegaron a esa conclusión?
En 133 diferentes ecosistemas en todos los continentes, los investigadores se pusieron a descomponer bloques de madera de pino, Pinus radiata, cubiertos de dos tipos de malla: una con huecos muy pequeños para permitir la entrada de microorganismos, a los que también les gusta la madera podrida, y otra con huecos más grandes para que pudieran entrar insectos como las termitas.
En el caso de Colombia, las 14 parcelas del experimento estaban ubicadas en bosques altoandinos en Bogotá y municipios cercanos —Guatavita, Tabio y Guasca—; allí, Posada y sus estudiantes de doctorado Dennis Castillo y Carolina Álvarez, del Laboratorio de Ecología Funcional y Ecosistémica de Unirosario, ubicaron 640 bloques y cada doce meses observaban los posibles cambios. (Le puede interesar: Misión DART: la NASA realizará la primera prueba de defensa planetaria)
“En nuestro caso no vimos un efecto significativo cuando las potenciales termitas tenían acceso, porque es raro encontrarlas a esta altura”, explica Posada. “Pero si aumenta la temperatura, las termitas serán mucho más activas que lo que se pensaba”, lo que demostró el estudio en aquellos ecosistemas tropicales templados, secos y húmedos. Además, irán conquistando espacios y por consiguiente “van a degradar más, porque llegarán a sitios donde antes no podían estar por el frío”.
Como si fuera una carrera de velocidad, los investigadores también concluyeron que a mayor temperatura las termitas son tres veces más ágiles y rápidas degradando la madera muerta que los microorganismos, con lo cual ponen en entredicho el supuesto de que tanto las unas como los otros degradaban la materia orgánica a velocidades similares. “Así, la contribución de las termitas a la degradación de la madera y a las emisiones de carbono a la atmósfera es mucho mayor a medida que aumenta la temperatura”, concluye el profesor investigador del Rosario.
Para Zanne, el mundo ha subestimado el papel de estos insectos: “Al aumentar la temperatura, el impacto de las termitas en el planeta podrá ser enorme”. (Le recomendamos: ¿Cuántas hormigas puede haber en el planeta? Ahora tenemos un dato más preciso)
Y para las termitas que deambulaban debajo de esa hojarasca —por lo general evitan la luz— fue fácil encontrar ese árbol caído porque estaba en un ecosistema con temperaturas entre los 15 y los 30 grados centígrados.
Los resultados de este estudio alertan sobre una nueva mirada hacia los bosques como sumideros de carbono. De acuerdo con Posada, si bien en este momento los bosques tropicales del mundo han estado ayudando a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, “estos sumideros podrían debilitarse e, incluso, pasar de sumideros a fuentes de CO2 a la atmósfera en el futuro en parte a causa de una respuesta a la temperatura ambiente novedosa e inesperada por parte de las termitas”.
Y la bióloga Zanne, quien lleva unos 15 años estudiando el papel de las termitas en el ciclo del carbono e inició este proyecto internacional a punta de redes sociales y conversando con sus colegas de la comunidad científica en diferentes escenarios, dice estar satisfecha porque “nuestra capacidad de entender mejor la descomposición de la madera, así como tener un mayor conocimiento del ciclo del carbono en la escala global, es ahora mucho más sólida gracias a esta investigación”.