El mapa que muestra dónde están y cómo se expandirán los microbios más nocivos para las plantas
Una investigación realizada durante 10 años revela dónde se encuentran los patógenos más nocivos para las plantas que se transmiten por el suelo y que podrían arruinar cosechas enteras. Los hallazgos indican que la transmisión de estos microbios aumenta con el calentamiento global, por lo que los ecosistemas terrestres y la seguridad alimentaria en el mundo podrían verse amenazadas.
Aunque millones de microbios se encuentran en la tierra, no todos son nocivos. Gran parte de ellos tiene la función de fertilizar los suelos y ayudar al crecimiento de las plantas, sin embargo, otros cuantos pueden ser perjudiciales y podrían arruinar cosechas enteras, ya que se alimentan de las plantas y de las frutas.
Una investigación publicada en Nature Climate Change intentó comprender la distribución presente y futura de los patógenos de plantas transmitidos por el suelo. El estudio se basó en la secuenciación de ADN de microorganismos obtenidos en un muestreo global de 325 lugares de la Tierra en seis continentes y 18 países. A partir de los datos de una encuesta de campo global y un trabajo de campo de nueve años los investigadores encontraron que las temperaturas más cálidas aumentan la abundancia relativa de estos microbios nocivos, lo que podría tener grandes impactos en los ecosistemas terrestres y en la seguridad alimentaria debido al calentamiento global.
Los patógenos más perjudiciales, principalmente hongos, han sido identificados por un grupo de investigadores y ahora se encuentran plasmados en un atlas, ubicados en los lugares del planeta donde son más abundantes. Según el mapa desarrollado, los patógenos predominantes son: los del género Alternaria (que atacan la fruta y las hojas), los Fusiarium (que podrían destruir plantaciones de bananos), los Venturia (con más de 50 especies) y los Phoma (que atacan las raíces). “Muchos de los patógenos de plantas más agresivos son hongos transmitidos por el suelo que amenazan la seguridad alimentaria, ya que los fungicidas químicos que se usan actualmente contra ellos son en su mayoría ineficaces”, explica la investigación.
Otra de las alarmas que enciende el estudio se refiere a que, debido al calentamiento global, los patógenos amenazan con extenderse a zonas en las que aún no son predominantes, causando plagas y consecuencias hasta ahora poco estudiadas. “Las proyecciones muestran un aumento general en la abundancia relativa de posibles patógenos de plantas en todo el mundo”, señala el estudio.
“El suelo es un gran reservorio de patógenos. Hemos detectado que, a mayor temperatura, mayor proporción de estos, por lo que el calentamiento global los expandirá”, asegura Manuel Delgado Baquerizo, autor principal del estudio, al diario El País. “En un experimento que hemos realizado durante 10 años, hemos detectado que el aumento de entre uno o dos grados de temperatura es suficiente para aumentar la proporción de importantes patógenos que viven en nuestros suelos”, añade.
Según el estudio, el aumento en la temperatura planetaria hace más difícil el control de estos microbios nocivos y amenaza los sistemas de cultivo mundiales. Aunque la proporción de patógenos que viven en los suelos y afectan las plantas aumentará en la mayoría de las regiones del mundo, indican los autores, los impactos del calentamiento podrían ser más graves en los suelos del hemisferio norte (hacia el ártico) y en Sudáfrica. De ahí la importancia del mapa elaborado, pues permite predecir cuáles serán las regiones más vulnerables a estas plagas.
“Nuestros resultados resaltan la importancia de los suelos de los ecosistemas naturales como un reservorio importante para posibles patógenos de plantas fúngicas y subrayan la temperatura como un factor ambiental importante que impulsa su distribución global”, indican los autores del estudio. También concluyen que “la proporción de posibles patógenos de las plantas probablemente aumentará en la mayoría de las regiones del mundo, independientemente del clima y los escenarios de uso de la tierra considerados. Nuestros hallazgos adelantan nuestra comprensión de la distribución y la sensibilidad al cambio climático y al uso de la tierra de los patógenos fúngicos potenciales en un mundo más cálido y dominado por los humanos. También se pueden usar para hacer mejores predicciones sobre cómo el cambio ambiental global en curso afectará su distribución e impacto en la producción de alimentos y los medios de vida humanos en todo el mundo”.
Aunque millones de microbios se encuentran en la tierra, no todos son nocivos. Gran parte de ellos tiene la función de fertilizar los suelos y ayudar al crecimiento de las plantas, sin embargo, otros cuantos pueden ser perjudiciales y podrían arruinar cosechas enteras, ya que se alimentan de las plantas y de las frutas.
Una investigación publicada en Nature Climate Change intentó comprender la distribución presente y futura de los patógenos de plantas transmitidos por el suelo. El estudio se basó en la secuenciación de ADN de microorganismos obtenidos en un muestreo global de 325 lugares de la Tierra en seis continentes y 18 países. A partir de los datos de una encuesta de campo global y un trabajo de campo de nueve años los investigadores encontraron que las temperaturas más cálidas aumentan la abundancia relativa de estos microbios nocivos, lo que podría tener grandes impactos en los ecosistemas terrestres y en la seguridad alimentaria debido al calentamiento global.
Los patógenos más perjudiciales, principalmente hongos, han sido identificados por un grupo de investigadores y ahora se encuentran plasmados en un atlas, ubicados en los lugares del planeta donde son más abundantes. Según el mapa desarrollado, los patógenos predominantes son: los del género Alternaria (que atacan la fruta y las hojas), los Fusiarium (que podrían destruir plantaciones de bananos), los Venturia (con más de 50 especies) y los Phoma (que atacan las raíces). “Muchos de los patógenos de plantas más agresivos son hongos transmitidos por el suelo que amenazan la seguridad alimentaria, ya que los fungicidas químicos que se usan actualmente contra ellos son en su mayoría ineficaces”, explica la investigación.
Otra de las alarmas que enciende el estudio se refiere a que, debido al calentamiento global, los patógenos amenazan con extenderse a zonas en las que aún no son predominantes, causando plagas y consecuencias hasta ahora poco estudiadas. “Las proyecciones muestran un aumento general en la abundancia relativa de posibles patógenos de plantas en todo el mundo”, señala el estudio.
“El suelo es un gran reservorio de patógenos. Hemos detectado que, a mayor temperatura, mayor proporción de estos, por lo que el calentamiento global los expandirá”, asegura Manuel Delgado Baquerizo, autor principal del estudio, al diario El País. “En un experimento que hemos realizado durante 10 años, hemos detectado que el aumento de entre uno o dos grados de temperatura es suficiente para aumentar la proporción de importantes patógenos que viven en nuestros suelos”, añade.
Según el estudio, el aumento en la temperatura planetaria hace más difícil el control de estos microbios nocivos y amenaza los sistemas de cultivo mundiales. Aunque la proporción de patógenos que viven en los suelos y afectan las plantas aumentará en la mayoría de las regiones del mundo, indican los autores, los impactos del calentamiento podrían ser más graves en los suelos del hemisferio norte (hacia el ártico) y en Sudáfrica. De ahí la importancia del mapa elaborado, pues permite predecir cuáles serán las regiones más vulnerables a estas plagas.
“Nuestros resultados resaltan la importancia de los suelos de los ecosistemas naturales como un reservorio importante para posibles patógenos de plantas fúngicas y subrayan la temperatura como un factor ambiental importante que impulsa su distribución global”, indican los autores del estudio. También concluyen que “la proporción de posibles patógenos de las plantas probablemente aumentará en la mayoría de las regiones del mundo, independientemente del clima y los escenarios de uso de la tierra considerados. Nuestros hallazgos adelantan nuestra comprensión de la distribución y la sensibilidad al cambio climático y al uso de la tierra de los patógenos fúngicos potenciales en un mundo más cálido y dominado por los humanos. También se pueden usar para hacer mejores predicciones sobre cómo el cambio ambiental global en curso afectará su distribución e impacto en la producción de alimentos y los medios de vida humanos en todo el mundo”.