El modulo ruso Naúka despega finalmente, con 14 años de retraso, hacia la EEI
El lanzamiento del Naúka, planeado inicialmente para 2007, estuvo precedido por numerosos tropiezos que obligaron a posponerlo en varias ocasiones. El módulo llevaba el brazo robótico de la Agencia Espacial Europea (ESA) para aumentar la capacidad de investigación.
Rusia, con catorce años de retraso, lanzó hoy a la Estación Espacial Internacional (EEI) el módulo científico multiuso Naúka, que lleva a bordo el ERA, el brazo robótico de la Agencia Espacial Europea (ESA), y ampliará considerablemente la capacidad de investigación del segmento ruso de la plataforma orbital.
El módulo, con una masa de 20,3 toneladas, fue lanzado a las 14.58 GMT desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) con ayuda de un cohete Protón-M y su acoplamiento a la EEI está programado para el próximo día 29 a las 13.26 GMT.
El director general de la agencia espacial rusa Roscosmos, Dmitri Rogozin, que presenció el lanzamiento desde Baikonur, reveló que se llevó un pequeño susto cuando el centro de recepción de señales en Barnaúl, en Siberia, dejó de recibir temporalmente los datos de telemetría.
Por eso en Tierra el equipo no sabía inmediatamente si el módulo se había separado con éxito del cohete portador, indicó.
Lea: Rusia planea caminata espacial de un turista en 2023
Tras ocho días de vuelo autónomo, el Naúka se enganchará al puerto del módulo de servicio Zvezdá del segmento ruso de la plataforma que quedará libre tras el desacoplamiento de la cámara Pirs, previsto para este viernes a la 13.17 GMT.
La Pirs, que cuenta con dos puertos de enganche y una esclusa para salidas al espacio exterior y que forma parte de la EEI desde hace casi veinte años, será hundida en aguas del Pacífico.
Un lanzamiento plagado de aplazamientos
El lanzamiento del Naúka, planeado inicialmente para 2007, estuvo precedido por numerosos tropiezos que obligaron a posponerlo en varias ocasiones, como la detección de virutas metálicas en las tuberías y los depósitos de su sistema de combustible, que se tradujo en un retraso de varios años.
Ya instalado en Baikonur, los sistemas del módulo fueron sometidos a más de 700 verificaciones de distinto tipo, según la corporación constructora de aparatos espaciales Energuia.
El Naúka -de 13 metros de longitud, 4,2 metro de diámetro en su parte más ancha y un volumen presurizado de 70 metros cúbicos- cuenta con cinco puertos de enganche, tres de ellos en un adaptador de acoplamiento presurizado en forma de esfera, y con su propio sistema de propulsión.
Además, está provisto de treinta lugares de trabajo, dieciséis en su exterior y catorce en su interior, que, según Roscosmos, permitirán efectuar trece nuevos experimentos en distintos campos.
Gracias a su gran volumen, el Naúka albergará los equipos para la regeneración de agua y oxígeno y servirá asimismo como almacén de carga.
Un brazo robótico europeo para el segmento Ruso
El módulo lleva un inodoro, el segundo del que dispondrá el segmento ruso, un camarote para un tercer cosmonauta y el ERA, su carga más preciada, que permitirá realizar trabajos en el casco de la EEI sin necesidad de que sus tripulantes salgan al espacio exterior.
El ERA es muy parecido a un brazo humano y es el primer robot capaz de “caminar” alrededor del segmento ruso de la EEI, lo que facilitará la vida de los cosmonautas en el mantenimiento de la estación y en sus caminatas espaciales.
La plataforma internacional ya tiene dos brazos robóticos: Canadarm2 y el Sistema Manipulador Remoto del Módulo Experimental japonés.
Con una longitud de más de 11 metros, el ERA tiene la capacidad de anclarse a la estación y moverse hacia delante y hacia atrás por sí mismo, mano sobre mano, entre puntos de base fijos.
Sus siete articulaciones le permiten manejar cargas útiles de hasta 8 toneladas con un amplio rango de movimiento y trabaja con una precisión de 5 milímetros.
El brazo actuará como una herramienta para transferir pequeñas cargas útiles directamente desde el interior al exterior de la EEI, pero también ayudará en las caminatas espaciales al transportar a los cosmonautas como una grúa.
Puede ser controlado desde dentro y fuera de la EEI y, teóricamente, incluso operar de manera autónoma.
Sus cuatro cámaras infrarrojas apoyarán las inspecciones y operaciones fuera de la plataforma orbital. La primera tarea del ERA será configurar la esclusa para el Naúka e instalar un radiador grande para el módulo ruso.
El astronauta francés Thomas Pesquet, de la ESA, recibirá el ERA y trabajará en su instalación. En total se necesitarán cinco caminatas espaciales para poner en funcionamiento el brazo robótico europeo, una labor en la que asistirán desde dentro y fuera de la EEI los astronautas alemán Matthias Maurer e italiana Samantha Cristoforetti, que llegarán a la plataforma en futuras misiones.
Actualmente en la estación, además de Pesquet, se encuentran los rusos Piotr Dubrov y Oleg Noviski, los estadounidenses Shane Kimbrough, Megan McArthur y Mark Vande Hei y el japonés Akihito Hoshide.
Rusia, con catorce años de retraso, lanzó hoy a la Estación Espacial Internacional (EEI) el módulo científico multiuso Naúka, que lleva a bordo el ERA, el brazo robótico de la Agencia Espacial Europea (ESA), y ampliará considerablemente la capacidad de investigación del segmento ruso de la plataforma orbital.
El módulo, con una masa de 20,3 toneladas, fue lanzado a las 14.58 GMT desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) con ayuda de un cohete Protón-M y su acoplamiento a la EEI está programado para el próximo día 29 a las 13.26 GMT.
El director general de la agencia espacial rusa Roscosmos, Dmitri Rogozin, que presenció el lanzamiento desde Baikonur, reveló que se llevó un pequeño susto cuando el centro de recepción de señales en Barnaúl, en Siberia, dejó de recibir temporalmente los datos de telemetría.
Por eso en Tierra el equipo no sabía inmediatamente si el módulo se había separado con éxito del cohete portador, indicó.
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Tras ocho días de vuelo autónomo, el Naúka se enganchará al puerto del módulo de servicio Zvezdá del segmento ruso de la plataforma que quedará libre tras el desacoplamiento de la cámara Pirs, previsto para este viernes a la 13.17 GMT.
La Pirs, que cuenta con dos puertos de enganche y una esclusa para salidas al espacio exterior y que forma parte de la EEI desde hace casi veinte años, será hundida en aguas del Pacífico.
Un lanzamiento plagado de aplazamientos
El lanzamiento del Naúka, planeado inicialmente para 2007, estuvo precedido por numerosos tropiezos que obligaron a posponerlo en varias ocasiones, como la detección de virutas metálicas en las tuberías y los depósitos de su sistema de combustible, que se tradujo en un retraso de varios años.
Ya instalado en Baikonur, los sistemas del módulo fueron sometidos a más de 700 verificaciones de distinto tipo, según la corporación constructora de aparatos espaciales Energuia.
El Naúka -de 13 metros de longitud, 4,2 metro de diámetro en su parte más ancha y un volumen presurizado de 70 metros cúbicos- cuenta con cinco puertos de enganche, tres de ellos en un adaptador de acoplamiento presurizado en forma de esfera, y con su propio sistema de propulsión.
Además, está provisto de treinta lugares de trabajo, dieciséis en su exterior y catorce en su interior, que, según Roscosmos, permitirán efectuar trece nuevos experimentos en distintos campos.
Gracias a su gran volumen, el Naúka albergará los equipos para la regeneración de agua y oxígeno y servirá asimismo como almacén de carga.
Un brazo robótico europeo para el segmento Ruso
El módulo lleva un inodoro, el segundo del que dispondrá el segmento ruso, un camarote para un tercer cosmonauta y el ERA, su carga más preciada, que permitirá realizar trabajos en el casco de la EEI sin necesidad de que sus tripulantes salgan al espacio exterior.
El ERA es muy parecido a un brazo humano y es el primer robot capaz de “caminar” alrededor del segmento ruso de la EEI, lo que facilitará la vida de los cosmonautas en el mantenimiento de la estación y en sus caminatas espaciales.
La plataforma internacional ya tiene dos brazos robóticos: Canadarm2 y el Sistema Manipulador Remoto del Módulo Experimental japonés.
Con una longitud de más de 11 metros, el ERA tiene la capacidad de anclarse a la estación y moverse hacia delante y hacia atrás por sí mismo, mano sobre mano, entre puntos de base fijos.
Sus siete articulaciones le permiten manejar cargas útiles de hasta 8 toneladas con un amplio rango de movimiento y trabaja con una precisión de 5 milímetros.
El brazo actuará como una herramienta para transferir pequeñas cargas útiles directamente desde el interior al exterior de la EEI, pero también ayudará en las caminatas espaciales al transportar a los cosmonautas como una grúa.
Puede ser controlado desde dentro y fuera de la EEI y, teóricamente, incluso operar de manera autónoma.
Sus cuatro cámaras infrarrojas apoyarán las inspecciones y operaciones fuera de la plataforma orbital. La primera tarea del ERA será configurar la esclusa para el Naúka e instalar un radiador grande para el módulo ruso.
El astronauta francés Thomas Pesquet, de la ESA, recibirá el ERA y trabajará en su instalación. En total se necesitarán cinco caminatas espaciales para poner en funcionamiento el brazo robótico europeo, una labor en la que asistirán desde dentro y fuera de la EEI los astronautas alemán Matthias Maurer e italiana Samantha Cristoforetti, que llegarán a la plataforma en futuras misiones.
Actualmente en la estación, además de Pesquet, se encuentran los rusos Piotr Dubrov y Oleg Noviski, los estadounidenses Shane Kimbrough, Megan McArthur y Mark Vande Hei y el japonés Akihito Hoshide.