El origen de una antigua cultura africana se confirmó con un gran análisis de ADN
Muestras recientes y antiguas de la cultura swahili, de África, determinaron de el posible origen de sus ancestros.
Desde hace un siglo, varios académicos han debatido hasta qué punto la cultura swahili, de África, fue influenciada por fuentes externas. Por eso, en un nuevo estudio publicado en la revista Nature comprendió el análisis más grande que hasta ahora se ha hecho del ADN de ese continente: incluyó muestras antiguas, que datan de 1300 a 1900 a.C., y también muestras actuales de cerca de 100 personas que viven en África Oriental y Eurasia. La comparación de los dos conjuntos les permitió determinar de dónde pueden provenir los individuos antiguos.
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Desde hace un siglo, varios académicos han debatido hasta qué punto la cultura swahili, de África, fue influenciada por fuentes externas. Por eso, en un nuevo estudio publicado en la revista Nature comprendió el análisis más grande que hasta ahora se ha hecho del ADN de ese continente: incluyó muestras antiguas, que datan de 1300 a 1900 a.C., y también muestras actuales de cerca de 100 personas que viven en África Oriental y Eurasia. La comparación de los dos conjuntos les permitió determinar de dónde pueden provenir los individuos antiguos.
El swahili, también nombrado “suajili”, es un idioma africano que, a lo largo de las décadas, ha recibido influencia de otros como el árabe, el portugués y el inglés. Hoy en día cuenta con más de 200 millones de hablantes, lo que lo convierte en uno de los 10 idiomas más hablados del mundo.
Los resultados de la investigación publicada en Nature proporcionan evidencia de la mezcla cultural que sucede en la costa este de África durante más de un milenio. Así lo confirmó David Reich, profesor de genética en el Instituto Blatavnik de la Facultad de Medicina de Harvard y profesor de biología evolutiva humana en la Universidad de Harvard. “Los africanos interactuaban y tenían familias con inmigrantes de otras partes de África y del mundo del Océano Índico”, explicó Reich.
De hecho, una gran cantidad, más de la mitad, en algunos casos, del ADN recuperado de esqueletos centenarios en cementerios locales se remonta a Asia en lugar de África. De eso, la gran mayoría provino de Persia, el área que ahora conocemos como Irán, explicó Jeffrey Fleisher, profesor de antropología en la Universidad de Rice y autor principal del estudio (Lea también: Nevado del Ruiz: continúa la actividad sísmica sin certeza de erupción).
El ADN mitocondrial, por otro lado, una firma genética que solo puede transmitirse a través de la línea materna, se inclinó fuertemente hacia la ascendencia africana, lo que implica una situación en la que los hombres persas se casaron y tuvieron descendencia con mujeres africanas a lo largo de la costa swahili.
Es por ello que los autores concluyeron que, en lugar de ser reemplazada, la cultura swahili simplemente absorbió influencias extranjeras. En pocas palabras, los emigrados asiáticos se convirtieron en swahili y no al revés (No se pierda: James Webb explora galaxias oscuras nunca antes vistas).
“Las excavaciones arqueológicas han revelado los cimientos africanos de la sociedad swahili, mostrando profundas raíces históricas y orígenes africanos para la arquitectura costera y la cultura material, en lugar de inspiración persa”, explicó Fleisher. “Y las personas que vivían aquí hablaban swahili, un idioma bantú local, y practicaban las tradiciones locales en su vida diaria”.
Si bien los resultados pueden “contradecir y complicar” las narrativas avanzadas en los círculos académicos tradicionales, para el coautor principal Chapurukha Kusimba, profesor de antropología en la Universidad del Sur de Florida, es un gran paso adelante en el relativamente joven campo de la arqueogenética africana.