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En 2015, los geólogos actualizaron los mapas de navegación para que siguieran el lento movimiento del polo magnético del norte. Ese mapa duraría hasta 2020, cuando una vez más los modelos deberían ser actualizados. Pero algo extraño está pasando en el norte de la Tierra y ha obligado a los geólogos a actualizar el mapa este año.
De acuerdo con una investigación publicada por la revista Nature, el polo magnético se ha estado trasladando a una velocidad inusitada desde Canadá hacia Siberia, “impulsado de forma misteriosa por el hierro líquido que se extiende dentro del núcleo del planeta”, reportó la publicación.
Por ello, los geólogos se reunirían este 15 de enero para actualizar los mapas de navegación, que son la base para construir los modelos de navegación de enormes barcos que hacen viajes interoceánicos, hasta el Google Maps de los smartphones. Pero el cierre del gobierno de Estados Unidos obligó a posponer la reunión hasta el próximo 31 de enero.
¿Qué está pasando?
El errático cambio de posición del polo magnético comenzó a registrarse en 2016, justo un año después de que se actualizaran los modelos de navegación. Ni los científicos de la Agencia Meteorológica de Estados Unidos (NOAA), ni sus pares del British Geological Survey –quienes lideran el diseño de los mapas– vieron venir el sacudón que los sensores registraron ese año. Fueron los satélites como la misión Swarm, de la Agencia Espacial Europea, los que rastrearon el cambio.
Lo que ocurrió en 2016 fue, en palabras de Nature, que “parte del campo magnético se aceleró temporalmente en las profundidades del norte de Sudamérica y el Océano Pacífico oriental”.
Y es que los movimientos en las profundidades de nuestro planeta definen en buena medida lo que ocurre en el polo magnético. Ese “batido líquido” de metales hirviendo es el mayor responsable del campo magnético, que varía con el tiempo a medida que cambian los flujos profundos.
A esto se le suma el movimiento naturalmente impredecible del polo magnético. A mediados de la década de 1990 el polo aumentó su velocidad, desde alrededor de 15 kilómetros por año hasta alrededor de 55 kilómetros por año. Para 2001, había entrado en el Océano Ártico, donde, en 2007, un equipo aterrizó un avión en el hielo marino en un intento por ubicar el polo.
"El error está aumentando todo el tiempo", dijo a Nature Arnaud Chulliat, experto en geomagnetismo de la Universidad de Colorado Boulder y de la NOAA, quien participó en esa expdición.
Pero, ¿por qué aumenta el error?
Esta es tal vez la pregunta más fascinante: nadie lo sabe a ciencia cierta. Hay hipótesis, claro. Los investigadores creen que lo que ocurrió en 2016 puede atribuirse a ondas “hidromagnéticas", que surgen desde lo más profundo del núcleo y generan pulsos magnéticos en la superficie.
Frente a los recientes movimientos, se cree que podrían vincularse a “un chorro de hierro líquido a alta velocidad debajo de Canadá”. Este chorro podría estar debilitando el polo magnético bajo Canadá, haciendo que el otro parche de campo magnético, en Siberia, se convierta en el nuevo polo.