La imagen de un rayo que fue capturada, con suerte, por científicos de Brasil
Un grupo de científicos de ese país capturó la fotografía de la descarga de un pararrayos en São José dos Campos, al noreste de São Paulo. El análisis de la imagen fue publicado en la revista Geophysical Research Letters en diciembre del 2022.
Un grupo de investigación de Brasil contó con la suerte de capturar una de las imágenes más difíciles: la de la descarga de un pararrayos que, esa vez, sucedió en São José dos Campos, ciudad al noreste de São Paulo.
Pero, para entender este evento, se debe comprender primero la función de los pararrayos en las tormentas eléctricas (Lea también: No, las drogas y el alcohol probablemente no incrementan la creatividad).
Estos son estructuras que usualmente están en los techos o azoteas de edificios y casas. Así, cuando un rayo cae en la vivienda, la corriente pasa por una varilla de cobre o aluminio, y luego llega a la tierra mediante unos cables.
Sin embargo, la vara no espera a que el rayo le caiga encima. Menos de un segundo antes de que este la toque, la varilla envía una descarga positiva para encontrarse con la negativa del rayo.
Los científicos que capturaron el evento que sucedió en Brasil estaban en el lugar correcto, en el momento correcto y con el equipo adecuado para capturar 31 de estas descargas ascendentes a medida que ocurrían.
Con su ubicación, a unos 150 metros de la caída del rayo, y con su cámara, un dispositivo que registra 40 mil imágenes por segundo, pudieron tomar fotografías nítidas y un video a cámara lenta de lo que sucede en ese instante antes de la carga de la varilla se encuentra con la carga del rayo.
El estudio y las fotos de los científicos se publicaron en Geophysical Research Letters en diciembre del 2022.
“Algunos vendedores dicen que sus pararrayos son mejores que los demás”, le dijo al New York Times el autor del estudio, Marcelo Saba, que además es investigador del Instituto Nacional de Ciencias de la Naturaleza (Lea también: La NASA alargó la misión espacial que monitoreará los bosques del mundo hasta 2025).
“Pero esto es solo una charla de ventas”, continuó Saba. “No hay una investigación sólida sobre eso. Hay normas que deben seguir quienes instalan pararrayos. Eso es lo mejor que podemos hacer por ahora”.
Incluso, el investigador recordó que no solo los pararrayos producen descargas, sino que cualquier persona también puede hacerlo: “lanzar una descarga de conexión hacia arriba desde la cabeza o los hombros y resultar lesionada por un rayo, incluso si no la golpea directamente”.
Un grupo de investigación de Brasil contó con la suerte de capturar una de las imágenes más difíciles: la de la descarga de un pararrayos que, esa vez, sucedió en São José dos Campos, ciudad al noreste de São Paulo.
Pero, para entender este evento, se debe comprender primero la función de los pararrayos en las tormentas eléctricas (Lea también: No, las drogas y el alcohol probablemente no incrementan la creatividad).
Estos son estructuras que usualmente están en los techos o azoteas de edificios y casas. Así, cuando un rayo cae en la vivienda, la corriente pasa por una varilla de cobre o aluminio, y luego llega a la tierra mediante unos cables.
Sin embargo, la vara no espera a que el rayo le caiga encima. Menos de un segundo antes de que este la toque, la varilla envía una descarga positiva para encontrarse con la negativa del rayo.
Los científicos que capturaron el evento que sucedió en Brasil estaban en el lugar correcto, en el momento correcto y con el equipo adecuado para capturar 31 de estas descargas ascendentes a medida que ocurrían.
Con su ubicación, a unos 150 metros de la caída del rayo, y con su cámara, un dispositivo que registra 40 mil imágenes por segundo, pudieron tomar fotografías nítidas y un video a cámara lenta de lo que sucede en ese instante antes de la carga de la varilla se encuentra con la carga del rayo.
El estudio y las fotos de los científicos se publicaron en Geophysical Research Letters en diciembre del 2022.
“Algunos vendedores dicen que sus pararrayos son mejores que los demás”, le dijo al New York Times el autor del estudio, Marcelo Saba, que además es investigador del Instituto Nacional de Ciencias de la Naturaleza (Lea también: La NASA alargó la misión espacial que monitoreará los bosques del mundo hasta 2025).
“Pero esto es solo una charla de ventas”, continuó Saba. “No hay una investigación sólida sobre eso. Hay normas que deben seguir quienes instalan pararrayos. Eso es lo mejor que podemos hacer por ahora”.
Incluso, el investigador recordó que no solo los pararrayos producen descargas, sino que cualquier persona también puede hacerlo: “lanzar una descarga de conexión hacia arriba desde la cabeza o los hombros y resultar lesionada por un rayo, incluso si no la golpea directamente”.