El ruido generado por humanos podría aumentar las anomalías y las tasas de mortalidad entre las larvas de crustáceos, bivalvos (como mejillones y ostras) y gasterópodos (como los caracoles).
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Cada vez se recopila más información de las consecuencias que tienen las actividades humanas en los ecosistemas, en la flora y en la fauna. Ahora, un reciente estudio demostró que el ruido de las actividades humanas está dañando a los animales invertebrados y también a los ecosistemas oceánicos. (Lea: Lahore, en Pakistán, fue la ciudad con el peor aire del mundo en 2022)
En los resultados publicados en la revista