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Las lagartijas de quebrada (Anolis aquaticusI) son una especie de reptil que vive cerca de cuerpos de agua en Centro América. Aunque tienen características similares a la gran mayoría de lagartijas, el género Anolis tiene una particularidad y es que puede sumergirse en el agua durante un tiempo considerable.
Esto lo hacen como una estrategia para escapar de aves u otros depredadores que intenten cazarlas. Este tipo de reptiles suelen tener comportamientos asombrosos para evadir la muerte, como algunas especies que tienen patas que les permiten correr distancias cortas sobre el agua.
En el caso de las lagartijas de quebrada, estas evolucionaron para esconderse dentro del agua. La ciencia sabe algunos años que las especies del género Anolis forman unas burbujas en su cuerpo, cerca de las fosas nasales, a la hora de sumergirse, como se cuenta en este artículo de la revista Current Biology.
Gracias a esto, los científicos aseguraban que esas burbujas les servían para respirar bajo el agua. Una investigación publicada recientemente en la revista Biology Letters puso a prueba la efectividad de esas burbujas para ayudarles a respirar durante los más de 15 minutos que pueden estar sumergidas.
La científica Lindsey Swierk, autora del estudio, comparó el tiempo que podían durar sumergidas las lagartijas al sumergirse normalmente y al tener un compuesto en su piel que les dificultaba formar las burbujas.
Así, encontró que las burbujas les permiten durar, en promedio, un 32 % más de tiempo sumergidas. El secreto está en que las lagartijas respiran en repetidas ocasiones el aire que se encierra en estas burbujas alrededor de sus fosas nasales, permitiéndoles estar el tiempo suficiente bajo el agua para que su depredador se rinda y abandone el lugar.
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