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El 28 de noviembre del año pasado, la empresa estadounidense SpaceX lanzó por segunda vez el cohete Starship, el más grande y potente creado por el hombre. Aunque su despegue hacia el espacio fue exitoso, tan solo ocho minutos después, su propulsor explotó en el aire a los pocos segundos de separarse de la cápsula, que también activó su sistema de autodestrucción.
Dicho evento significó el segundo intento fallido de la misión Starship, pues el pasado 20 de abril la nave espacial estalló solo cuatro minutos después de haber despegado. (Lea: Hallan el agujero negro más antiguo identificado hasta el momento)
De acuerdo con la compañía, en el primer intento se conoció que hubo una falla en el sistema de separación de las dos etapas. Aunque la nave logró superar la primera, en la segunda las mordazas de unión, encargadas de provocar una fuerza centrífuga para separar el cohete de la nave, no se abrieron.
Las causas del fallo del segundo intento, por su parte, no se conocían hasta el momento. Pero, hace unos días, Elon Musk, fundador de SpaceX, ofreció una charla en la que hizo un balance de la compañía durante 2023, en la que mencionó la causa del fallido lanzamiento de noviembre.
“La razón por la que en realidad no llegó a la órbita fue que ventilamos el oxígeno líquido, y este finalmente provocó un incendio y una explosión. Queríamos ventilar el oxígeno líquido porque normalmente no tendríamos ese oxígeno si tuviéramos una carga útil. Irónicamente, si tuviera una carga útil, habría alcanzado la órbita”, dijo Musk. (Lea: Todo listo para que la nave espacial japonesa SLIM llegue a la Luna)
El reconocido empresario, dueño también de la red social X (antes Twitter), sostuvo que tienen “muy buenas posibilidades de alcanzar la órbita”, y confía en que lo lograrán en su tercer intento, que, de acuerdo con Jessica Jensen, vicepresidenta de operaciones e integración de clientes de SpaceX, podría llevarse a cabo el siguiente mes.