En Colombia también existen animales mitad macho y mitad hembra
En el reino animal hay un grupo de individuos extremadamente extraños y particulares. Los científicos los llaman ginandromorfos y en Colombia, al parecer, hay registros de tres ejemplares: dos garrapatas y una especie de abeja. Estas son sus historias.
Juan Pablo Correa
En 2017 un grupo de científicos publicó en la Revista Colombiana de Entomología un extraño descubrimiento. Luego de colectar en los Llanos Orientales más de mil garrapatas y llevarlas a un laboratorio para estudiarlos como posibles vectores que pueden ser letales y afectar animales domésticos, silvestres e incluso al ser humano, los investigadores encontraron un particular ejemplar de garrapata (Amblyomma mixtum) mitad macho y mitad hembra.
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En 2017 un grupo de científicos publicó en la Revista Colombiana de Entomología un extraño descubrimiento. Luego de colectar en los Llanos Orientales más de mil garrapatas y llevarlas a un laboratorio para estudiarlos como posibles vectores que pueden ser letales y afectar animales domésticos, silvestres e incluso al ser humano, los investigadores encontraron un particular ejemplar de garrapata (Amblyomma mixtum) mitad macho y mitad hembra.
“Fue un evento peculiarmente extraño. Los individuos mitad macho y mitad hembra son muy raros en todo el mundo. De hecho, fue el primer reporte de una garrapata con estas características en el país, y en todo el continente son pocos los casos documentados”, recuerda Fredy Rivera, líder del grupo de investigación de Genética, Biodiversidad y Manejo de Ecosistemas (GEBIOME) de la Universidad de Caldas. (Puede leer: El 95% de un sistema de escritura de hace 4000 años por fin fue descifrado)
En la ciencia, se le conoce a estas alteraciones como ginandromorfismo y no se limitan a características mixtas de macho y hembra en los aparatos reproductivos. Al contrario, pueden aparecer como parches o “mosaicos” en todo el cuerpo o presentarse de forma bilateral, como la garrapata que encontraron en los Llanos Orientales. Además, existen múltiples, pero escasos reportes, en cangrejos, gusanos de seda, mariposas, avispas, serpientes, abejas y aves en todo el planeta.
Estas alteraciones son evidentes porque en los animales existen diferencias físicas entre un macho y una hembra de una misma especie, por ejemplo, un gallo y una gallina son visiblemente distintos (dimorfismo sexual, es como lo llama la ciencia). “Lo más sorprendente de los ginandromorfos es que no se sabe por qué ocurren estas alteraciones. Casi siempre se registran por una eventualidad y se depositan en colecciones biológicas, lo que limita el desarrollo de un estudio completo que incluya su comportamiento o el de sus progenitores”, explica Rivera. (Le puede interesar: La Nasa no lanzará Artemis I el 5 de septiembre, ¿qué viene para la misión?)
Hace apenas unos meses apareció otra garrapata con la misma alteración en Colombia. Esta vez, una garrapata canina marrón (Rhipicephalus sanguineus) en el departamento de Caldas. Según Rivera, varios investigadores atribuyen que la aparición de estos individuos puede darse por problemas relacionados con los cromosomas sexuales, una alteración en el medio ambiente o por bacterias que feminizan a los machos. En el mundo, hasta 2022, se han reportado apenas 85 de estos extraños casos en garrapatas.
De hecho, según un estudio de la Revista Brasileira de Parasitologia Veterinaria de 2009, las alteraciones menos frecuentes en garrapatas son el ginandromorfismo y la aparición de dos o más anos en un espécimen. Esto lo descubrieron luego de utilizar una máquina aspiradora durante cuatro horas continuas en una casa residencial en la ciudad de Río de Janeiro. Como resultado, de las 1.284 garrapatas capturadas, solo una presentó una alteración rara: tenía dos anos. Algo muy parecido, en cuanto cifras, con los dos casos reportados en Colombia.
No es una cuestión de garrapatas
En Colombia no solo se han reportado dos casos de garrapatas, también existe un individuo de abeja con estas características. Los tres serían los únicos ejemplares reportados en el país. El Espectador contactó a la mayoría de universidades, colecciones biológicas e institutos de investigación y nadie más reportó otro ginandromorfo. (También puede leer: “Todos los problemas del lunes se superaron, vamos a regresar a la Luna”)
Germán Villamizar, biólogo de la Universidad Nacional y magíster en Zoología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, encontró el otro individuo. “Mi trabajo de pregrado consistió en hacer una revisión de un género de abejas conocidas como carpinteras. Debía ir a varias colecciones y ver qué especies encontraba”, recuerda Villamizar.
Fue en la colección de Agronomía de la Universidad Nacional que se encontró con un “bicho” raro y particular. “Cuando lo vi por primera vez, estaba seguro de que no era algo normal”, dice. Sus profesores lo examinaron y descubrieron que tenía características de macho y hembra. La especie de abeja que presentaba el ginandromorfismo era una Xylocopa frontalis, un ejemplar que colectaron en Tena (Cundinamarca). Mientras que el macho es amarillo y ojiverde, la hembra es totalmente negra, y el insecto que encontró Villamizar tenía partes de ambos. (Puede interesarle: Descubren el dinosaurio más antiguo de África)
“Era un individuo que en un ámbito natural, no en un laboratorio, tenía características de ambos sexos bastante evidentes. Sin embargo, no se sabe bien cuál fue su origen, ni su biología, ni su vida. En este caso, se trataba de un ejemplar con ginandromorfismo mosaico, es decir, presentaba algunas características de macho en un cuerpo predominantemente de hembra”, cuenta Villamizar.
Más incógnitas
Una duda frecuente, es si es posible que estos individuos se reproduzcan. Villamizar dice que una respuesta rápida sería el resultado de la alteración. “Es decir, si el ginandromorfismo es completamente bilateral, el aparato reproductor también podría estar dividido en dos. Por lo tanto, no sería viable”, añade.
Aunque es una respuesta sin evidencia científica, en 2015 la BBC de Londrés informó que Brian Peer, un ornitólogo de la Universidad de Illinois Occidental, observó en la naturaleza más de 40 veces a un ginandromorfo de cardenal norteño (Cardinalis cardinalis) en la naturaleza más de 40 veces distintas. Sin embargo, dice el mismos medio, Peer siempre lo vio solo y , sin emitir cantos y otros pájaros parecían ignorarlo. (Lea: El Telescopio James Webb capta su primera imagen directa de un exoplaneta)
Otras teorías aseguran que la radiación también podría ser la responsable de estas alteraciones, o que podría tratarse de una cuestión de un desorden de células u hormonas. Algunos, como Michael Clinton de la Universidad de Edimburgo, sugieren que pueden ser dos mellizos pegados y otros, como el profesor Rivera, piensan que podría tratarse de bacterias endosimbiontes (organismo que vive dentro de otro) que producen cambios fenotípicos en los individuos.
“Esa podría ser una de las posibles causas de lo que pasó con los dos ejemplares de garrapatas que reportó nuestro grupo de investigación GEBIOME. Sin embargo, los mecanismos exactos por los cuales se producen estos eventos aún continúan siendo un enigma para la ciencia”, puntualiza Rivera.