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Hace algunas semanas, el biólogo y genetista Svante Pääbo recibió el premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos “sobre los genomas de los homínidos extintos y la evolución humana”. La investigación de Pääbo fue importante para determinar que todos los humanos de ascendencia europea, y los de casi todo el mundo, tienen un porcentaje de ADN neandertal.
Pääbo acaba de participar en un estudio, publicado en la revista Nature, en el que se describe, por primera vez, lo que se cree que era la organización social de una familia neandertal. El equipo de investigadores encontró a la primera familia neandertal de la que se sabe en una cueva en Siberia, al sur de Rusia.
El análisis de huesos fosilizados permitió que los investigadores determinaran que los restos pertenecían a un padre, su hija y otros individuos relacionados. La familia hacía parte de una comunidad de neandertales que murieron juntos en esa cueva, probablemente por hambre. (También puede leer: Así se ven los “Pilares de la Creación” que captó el Telescopio James Webb)
Al analizarlos, en su ADN mitocondrial, los científicos encontraron que los individuos compartían heteroplasmias, una variante genética que solo persiste durante un pequeño número de generaciones. Esta es una prueba de que los neandertales pertenecían a la misma familia y que vivieron durante la misma época.
“El hecho de que vivieran al mismo tiempo es muy emocionante. Esto significa que probablemente provenían de la misma comunidad social. Entonces, por primera vez, podemos usar la genética para estudiar la organización social de una comunidad de neandertales”, explicó Laurits Skov, primer autor de este estudio, en un comunicado.
Los investigadores también recuperaron ADN de otros individuos neandertales en otra cueva de Siberia. Las cuevas que visitaron fueron las cuevas de Chagyrskaya y Okladnikov. En total, pudieron analizar 17 restos que procedían de 13 individuos neandertales: 7 hombres y 6 mujeres, de los cuales 8 eran adultos y 5 niños y adolescentes jóvenes. (Le puede interesar: ¿Lo pican mucho los mosquitos?, el olor de su piel podría ser la principal causa)
Algunos hallazgos que sorprendieron a los investigadores fueron que dentro de la comunidad había una diversidad genética “extremadamente baja”, que consistía en un tamaño de grupo de 10 a 20 individuos. Esto es mucho más bajo que el que se presenta en comunidades humanas antiguas o modernas de las que se tenga conocimiento.
Otro aspecto que llamó la atención de los científicos fue que, al parecer, esta comunidad tenía un funcionamiento “patrilocal”, es decir, que los hombres solían quedarse en el grupo en que nacieron, mientras que las mujeres habrían tendido a emigrar de comunidad en comunidad para procrear. Esto se pudo determinar porque encontraron una diversidad genética de los cromosomas Y (transmitidos por la línea masculina) mucho más débil que la del ADN mitocondrial, transmitido únicamente por la madre.
Skov dijo a The New York Times que: “Estimamos que entre el 60 y el 100 por ciento de las mujeres en cualquier comunidad en realidad provienen de otras comunidades”.
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