¿Engañar a mosquitos aplicándose repelente? Debería leer lo que la ciencia encontró
Estos animales tienen más de un receptor de olfato en miles de sus neuronas olfatorias, lo que los hace únicos en el reino animal. Por esta razón, dicen los investigadores, se deben repensar estrategias como el uso de repelentes, teniendo en cuenta la forma única en que los zancudos pueden ubicar a los humanos por el olor.
Hay muchas preguntas comunes en torno a los mosquitos y por qué escapar de ellos cuando nos van a picar a veces parece una tarea imposible. Aunque varias investigaciones de los últimos años han determinado, por ejemplo, que el dióxido de carbono que exhalamos es un factor atrayente hacia los humanos, ahora investigadores han encontrado que el olfato de los zancudos es extremadamente sólido, pues tienen más de un receptor de olores y sabores en sus miles de neuronas olfatorias.
Esta característica “puede explicar nuestra incapacidad de larga data para interrumpir la detección de humanos por parte de los mosquitos”, dicen los autores de un nuevo estudio publicado en la revista Cell. En la realización de experimentos, los científicos quedaron desconcertados cuando los zancudos aún podían encontrar personas para picar después de haber eliminado de su genoma una familia completa de proteínas sensibles al olor humano.
“Si eres un ser humano y pierdes un solo receptor de olor, todas las neuronas que expresan ese receptor perderán la capacidad de percibir ese olor”, explicó la investigadora Leslie Voshall a El País. “Se necesita algo más para acabar con los mosquitos porque deshacerse de un solo receptor no tiene ningún efecto”, añadió. (También puede leer: Este ‘chorro gigantesco’ pudo haber sido el rayo más poderoso que se ha detectado)
Por eso, dice Voshall, los repelentes, por ejemplo, deben tener en cuenta esta atracción “inquebrantable” de los mosquitos a los humanos. “Debido a que los mosquitos se especializan en humanos y requieren sangre para reproducirse, el impulso para encontrar humanos es fuerte e innato”, resume el nuevo estudio.
Esta investigación utilizó la tecnología de edición genética CRISPR-Cas9 para introducir proteínas fluorescentes de diferentes colores en receptores distintos. Esta técnica fue la que los ayudó a determinar que, en muchas neuronas, se activaba más de un receptor de olor. (Le puede interesar: Un telescopio con cuatro veces la resolución del James Webb llegará a Chile)
En muchas partes del mundo, la atracción de los zancudos a humanos puede ser un problema de salud pública. Ese es el caso del Aedes aegypti, el mosquito que transmite virus como el dengue, zika o chikunguña. Por esto mismo, dice Meg Younger, una de las autoras de la investigación, es importante desarrollar más investigación para saber cuáles son las estrategias más efectivas para repeler a los mosquitos.
“Una estrategia importante para controlar los mosquitos es atraerlos a las trampas para eliminarlos de la población que los pica. Si pudiéramos usar este conocimiento para comprender cómo se representa el olor humano en las antenas y el cerebro de los mosquitos, podríamos desarrollar mezclas que sean más atractivas para los mosquitos que nosotros. También podríamos desarrollar repelentes que se dirijan a los receptores y las neuronas que detectan el olor humano”, sugirió Younger al diario The Guardian.
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Hay muchas preguntas comunes en torno a los mosquitos y por qué escapar de ellos cuando nos van a picar a veces parece una tarea imposible. Aunque varias investigaciones de los últimos años han determinado, por ejemplo, que el dióxido de carbono que exhalamos es un factor atrayente hacia los humanos, ahora investigadores han encontrado que el olfato de los zancudos es extremadamente sólido, pues tienen más de un receptor de olores y sabores en sus miles de neuronas olfatorias.
Esta característica “puede explicar nuestra incapacidad de larga data para interrumpir la detección de humanos por parte de los mosquitos”, dicen los autores de un nuevo estudio publicado en la revista Cell. En la realización de experimentos, los científicos quedaron desconcertados cuando los zancudos aún podían encontrar personas para picar después de haber eliminado de su genoma una familia completa de proteínas sensibles al olor humano.
“Si eres un ser humano y pierdes un solo receptor de olor, todas las neuronas que expresan ese receptor perderán la capacidad de percibir ese olor”, explicó la investigadora Leslie Voshall a El País. “Se necesita algo más para acabar con los mosquitos porque deshacerse de un solo receptor no tiene ningún efecto”, añadió. (También puede leer: Este ‘chorro gigantesco’ pudo haber sido el rayo más poderoso que se ha detectado)
Por eso, dice Voshall, los repelentes, por ejemplo, deben tener en cuenta esta atracción “inquebrantable” de los mosquitos a los humanos. “Debido a que los mosquitos se especializan en humanos y requieren sangre para reproducirse, el impulso para encontrar humanos es fuerte e innato”, resume el nuevo estudio.
Esta investigación utilizó la tecnología de edición genética CRISPR-Cas9 para introducir proteínas fluorescentes de diferentes colores en receptores distintos. Esta técnica fue la que los ayudó a determinar que, en muchas neuronas, se activaba más de un receptor de olor. (Le puede interesar: Un telescopio con cuatro veces la resolución del James Webb llegará a Chile)
En muchas partes del mundo, la atracción de los zancudos a humanos puede ser un problema de salud pública. Ese es el caso del Aedes aegypti, el mosquito que transmite virus como el dengue, zika o chikunguña. Por esto mismo, dice Meg Younger, una de las autoras de la investigación, es importante desarrollar más investigación para saber cuáles son las estrategias más efectivas para repeler a los mosquitos.
“Una estrategia importante para controlar los mosquitos es atraerlos a las trampas para eliminarlos de la población que los pica. Si pudiéramos usar este conocimiento para comprender cómo se representa el olor humano en las antenas y el cerebro de los mosquitos, podríamos desarrollar mezclas que sean más atractivas para los mosquitos que nosotros. También podríamos desarrollar repelentes que se dirijan a los receptores y las neuronas que detectan el olor humano”, sugirió Younger al diario The Guardian.
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