Las prioridades de la nueva ministra de Ciencia del Gobierno de Petro

Yesenia Olaya Requene fue nombrada, sorpresivamente, como la nueva ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación en reemplazo de Arturo Luna, quien tan solo estuvo ocho meses en el cargo. Llega a su nuevo puesto en medio del temor que han manifestado varios científicos por el riesgo de que el presupuesto de su cartera baje en 2024. (Le puede interesar: Yesenia Olaya Requene, la nueva ministra de Ciencia)

Yesenia Olaya Requene fue nombrada, sorpresivamente, como la nueva ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación en reemplazo de Arturo Luna, quien tan solo estuvo ocho meses en el cargo. Llega a su nuevo puesto en medio del temor que han manifestado varios científicos por el riesgo de que el presupuesto de su cartera baje en 2024. (Le puede interesar: Yesenia Olaya Requene, la nueva ministra de Ciencia)

Olaya, nacida en Tumaco, Nariño, socióloga y PhD en antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México, reconoce el desafío, pero advierte que su “batalla será aumentarlo”. “La ciencia requiere presupuesto para poder generar transformaciones”, dice.

En conversación con El Espectador habla de sus prioridades, de “reposicionar” políticamente al Ministerio y de darle mayor estabilidad a una cartera que, pese a haber sido creada en 2021, ya ha tenido cuatro ministros.

¿Cuál es el papel que debe tener el Ministerio de Ciencia?

A nosotros no nos conocen. Un reto es reposicionar políticamente al Ministerio, fortalecer la gobernanza y generar una articulación. Tenemos que revisar cuál ha sido el posicionamiento político del Ministerio en la sociedad. Lo político entendido como la oportunidad de poder ser transversal a las grandes transformaciones y desafíos que tenemos como país, y en ese sentido poder generar una articulación con los otros ministerios. En octubre del año pasado, por ejemplo, firmamos un convenio de colaboración con el Ministerio de Educación para fortalecer el componente de educación científica desde la primera infancia. Buscamos llevar educación científica a las zonas rurales, a los territorios PDET y a los territorios afectados por el conflicto armado, pero también fortalecer las carreras científicas en las universidades regionales y en las universidades del centro del país. (Le recomendamos: Población latina en EE. UU. está abandonando el catolicismo)

Buscaremos trabajar de manera articulada con los otros ministerios. Por ejemplo, con el Ministerio de Comercio es sumamente importante generar nuevas dinámicas de emprendimiento en los territorios, articular programas de turismo científico en la Amazonia o el Pacífico para dinamizar las economías locales, contribuir al fortalecimiento económico de estos territorios y a la reconstrucción de su tejido social comunitario, a veces afectado.

Es la cuarta ministra desde que se creó el Minciencias. ¿Cómo darle más estabilidad a la entidad?

Eso se articula justamente con la necesidad de liderazgos fuertes. La recuperación de la gobernanza debe articularse con líderes fuertes que puedan trabajar día y noche para que la ciencia se reconozca y se posicione como algo importante y estratégico para el país. Esa es una forma de generar estabilidad.

Para sus planes va a necesitar plata, ¿cómo va a evitar que bajen más el presupuesto?

La ciencia requiere presupuesto para generar transformaciones que permitan mejorar las condiciones de vida de las comunidades y del país. Necesitamos una mayor inversión, y esa será nuestra prioridad. Estamos solicitando al Departamento Nacional de Planeación (DNP) un presupuesto de $1,7 billones para 2024 que nos va a permitir operar las políticas del Ministerio, que son cinco: soberanía alimentaria, política de salud, misión de paz, misión de transición energética y misión de bioeconomía. Vamos a mostrar y a justificar por qué la ciencia debe tener un aumento presupuestal y por qué este debe responder a los desafíos que se han creado en el Plan Nacional de Desarrollo (PND). (También le puede interesar: Madres en países occidentales transmitirían más microorganismos en la lactancia)

Por ejemplo, la contribución del Ministerio de Ciencia a la materialización de la “paz total” puede ser clave. Necesitamos crear tecnologías para la no repetición del conflicto armado. ¿Cuáles son esas tecnologías? Que todo programa o proyecto de inversión que se piensa en los territorios afectados por la guerra se construya de manera colaborativa con las comunidades, que logre identificar las vocaciones productivas y científicas de los territorios y de esta manera que las universidades, los centros de investigación y la comunidad científica nos ayuden a identificar cuáles son las soluciones tecnológicas más idóneas para contribuir a la materialización de la paz en esos territorios afectados por la guerra. La ciencia y la paz dialogan, ciencia y paz, lo he venido repitiendo, son el mismo derecho.

Hay una discusión actual que gira alrededor de lo que se ha llamado “la ciencia occidental” y la “ciencia tradicional”. ¿Cómo se ubica en ese debate?

Ambos saberes tienen un valor. La ciencia occidental y la ciencia de los saberes ancestrales o de los conocimientos locales han generado consensos, y en Colombia ese tema ha sido fuertemente debatido. Uno de los consensos es que la ciencia debe generar un diálogo de saberes entre el conocimiento científico y el conocimiento comunitario. El desafío que tenemos ahora es encontrar las rutas, las metodologías, para que esos dos conocimientos converjan y puedan dar soluciones integrales a los desafíos que tenemos en el país.

Por ejemplo, los pueblos indígenas y los pueblos afrodescendientes han visibilizado las afectaciones del cambio climático a partir de su propia construcción de conocimientos. Han alertado al mundo, como los científicos lo han hecho. Tenemos que crear una sinergia entre ambos conocimientos para encontrar soluciones efectivas en donde los pueblos indígenas y afrodescendientes sean reconocidos como sujetos de derecho y sujetos de conocimiento.

Suele haber una serie de estereotipos en este debate, pero creo que nosotros tenemos una comunidad científica muy comprometida con el país, unos acervos de conocimiento que justamente interpelan a la educación para que los currículos educativos sean más horizontales, diversos e interculturales. Y, por otra parte, tenemos unos sistemas de conocimiento, unas etnoeducaciones, pedagogías propias en los pueblos étnicos, que también hacen un llamado a generar puentes de diálogo con el conocimiento occidental.

Ahora que habla de tender puentes, ¿cómo están los vínculos con la academia?

Tenemos que fortalecerla. Desde nuestras investigaciones, los académicos construimos rutas para generar acciones y que el conocimiento esté al servicio del país. La academia interpela espacios de colaboración con el Gobierno. Con base en mi experiencia, y en que conozco la comunidad académica de este país, creo que una de las tareas principales es fortalecer esta comunicación con la comunidad científica y poder, de esta manera, desarrollar rutas conjuntas para que ese conocimiento que se está generando desde diferentes espacios puedan tener fines comunes, como lo es impactar de manera positiva al país. (Le puede interesar: Descubren antigua necrópolis con 50 tumbas funerarias en medio de París)

Usted, que ha sido académica, conoce bien las críticas que han tenido históricamente los procesos de convocatoria de Colciencias y ahora del Ministerio. ¿Qué va a hacer?

Tenemos que cambiar los mecanismos tradicionales. Las convocatorias tienen que pensarse en el marco de un Ministerio, y los ministerios tienen una misionalidad política y de generar impactos en el país. Una de las principales tareas que vamos a hacer es revisar los mecanismos de convocatorias que se han implementado en el Ministerio y si están respondiendo a las demandas ciudadanas y a las demandas de las comunidades académicas. Mi intuición es que hasta el momento tenemos una respuesta débil.

¿Cuál es su opinión sobre la llamada discriminación positiva en las convocatorias? Algunos académicos la critican porque, dicen, no contribuyen a la meritocracia.

Tiene que haber diferentes tipos de convocatorias. Un tipo de convocatorias que ya hemos promovido desde el Ministerio son las que tienen el enfoque diferencial para que los jóvenes de las comunidades que están en territorios donde no se puede acceder fácilmente a un programa de doctorado en STEM o en carreras científicas puedan hacerlo. (Le recomendamos: ¿Qué le puede esperar a la reforma a la salud con Guillermo Alfonso Jaramillo?)

La democracia es la oportunidad de que todos participemos y de igualar condiciones. Para igualar las condiciones hay que crear mecanismos diferenciados según el grupo poblacional. Por eso es importante tener una mayor capacidad presupuestaria, para responder a esas demandas de inclusión que tenemos. Nosotros tenemos el sueño de que en las universidades se normalice la presencia de jóvenes indígenas y afrodescendientes estudiando química, física, biología o energía nuclear, por ejemplo. Sin embargo, para normalizar eso debemos tomar acciones afirmativas, medidas especiales que permitan impulsar a estas comunidades que han estado excluidas. La apuesta es a que se entienda qué buscamos con el enfoque de inclusión. Hay que debatir por qué la ciencia debe ser inclusiva y vamos a generar esos debates, que es la única forma de llegar a consensos.

¿Qué va a hacer con la fuga de cerebros? ¿Cómo va a atraer a los científicos colombianos que están haciendo ciencia afuera?

En el PND quedó un articulado sobre la diáspora científica y el retorno de nuestros científicos. Estamos construyendo la ruta y la vamos a vincular con el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Educación, porque los científicos desean regresar al país, pero necesitamos ofrecerles unas condiciones laborales dignas. Pero también hay que pensar en la otra diáspora, la diáspora de colombianos que quiere tejer puentes de colaboración en Colombia, pero no necesariamente regresar al país.

Tenemos colombianos que están en los mejores laboratorios de ciencia en el mundo. Vamos a invitarlos a que nos ayuden a generar desarrollo tecnológico en Colombia, a que estos centros de investigación donde están puedan generar convenios de colaboración con las universidades e institutos, y de esta manera que la diáspora articule un proceso de movilidad de conocimientos que no implique, necesariamente y siempre, el retorno de los investigadores al país. (También puede leer: Un tribunal le prohibió a un hombre donar más esperma tras engendrar 550 hijos)

Ahora que habla del PND, algunos extrañaron la ausencia del Ministerio de Ciencia en la discusión sobre la creación de la Agencia Espacial Colombiana. ¿Qué hará con eso?

Vamos a recuperar nuestro liderazgo y nuestra participación en esa discusión. Ese es uno de los pedidos más fuertes de los científicos y la comunidad científica en Colombia, y el Ministerio debe responder a esa demanda. Ahí estaremos rearticulándonos en estas discusiones para poder contribuir a que ese proyecto sea una realidad en el país.

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