Es mala idea matar murciélagos para frenar la rabia, ¿por qué?
De acuerdo con el investigador, usar insecticidas para matarlos, aunque podría usarse con buenas intenciones para controlar una enfermedad infecciosa, “conllevó a efectos contraproducentes porque no entendíamos cómo iban a responder los animales”.
Desde hace algunos años, varios países de América Latina han sacrificado a los murciélagos con el objetivo de limitar la propagación de la rabia. Y aunque han creído que esta sea la solución más efectiva, algunos científicos han señalado que es una muy mala idea. (Lea: Los murciélagos son capaces de vivir con muchos virus y ahora sabemos por qué)
Daniel Streicker, profesor de ecología viral en la Universidad de Glasgow y autor principal del nuevo estudio publicado en Science Advances, señala que “en lugar de frenar la rabia, la matanza selectiva en áreas con alta circulación del virus hizo que los murciélagos volaran con más frecuencia por el paisaje, lo que aceleró la propagación de la enfermedad”.
De acuerdo con el investigador, usar insecticidas para matarlos, aunque podría usarse con buenas intenciones para controlar una enfermedad infecciosa, “conllevó a efectos contraproducentes porque no entendíamos cómo iban a responder los animales”.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores, que centraron su análisis en Perú, comenzaron estudiando cómo la matanza selectiva afectaba el tamaño de la población de murciélagos y, a su vez, el riesgo de transmitir la rabia al ganado. (Puede leer: Hallan nueva especie de murciélago en Bogotá)
Aunque esta estrategia redujo la población de murciélagos, no los detuvo por completo, pues “cerca del 59 % de las granjas en el área informaron que al menos un animal fue mordido por un murciélago tres meses después del sacrificio”, se lee en el documento.
Después, el equipo analizó cómo el sacrificio podría afectar la circulación del virus de la rabia. Lo hicieron por medio de secuencias de genomas virales y haciendo una reconstrucción de cómo el virus se ha propagado. Encontraron que había afectado la velocidad de propagación viral.
Streicker asegura que “si el sacrificio se realizó en un área con circulación viral activa, entonces los virus parecen propagarse más rápido. Esto incrementa las posibilidades de que los murciélagos lleven el virus a través de distancias más largas”. Pero, en áreas donde no se habían registrado brotes recientes, el virus tarda más en propagarse. (Le puede interesar: Lo que tienen en común los murciélagos y los vocalistas de metal)
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Desde hace algunos años, varios países de América Latina han sacrificado a los murciélagos con el objetivo de limitar la propagación de la rabia. Y aunque han creído que esta sea la solución más efectiva, algunos científicos han señalado que es una muy mala idea. (Lea: Los murciélagos son capaces de vivir con muchos virus y ahora sabemos por qué)
Daniel Streicker, profesor de ecología viral en la Universidad de Glasgow y autor principal del nuevo estudio publicado en Science Advances, señala que “en lugar de frenar la rabia, la matanza selectiva en áreas con alta circulación del virus hizo que los murciélagos volaran con más frecuencia por el paisaje, lo que aceleró la propagación de la enfermedad”.
De acuerdo con el investigador, usar insecticidas para matarlos, aunque podría usarse con buenas intenciones para controlar una enfermedad infecciosa, “conllevó a efectos contraproducentes porque no entendíamos cómo iban a responder los animales”.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores, que centraron su análisis en Perú, comenzaron estudiando cómo la matanza selectiva afectaba el tamaño de la población de murciélagos y, a su vez, el riesgo de transmitir la rabia al ganado. (Puede leer: Hallan nueva especie de murciélago en Bogotá)
Aunque esta estrategia redujo la población de murciélagos, no los detuvo por completo, pues “cerca del 59 % de las granjas en el área informaron que al menos un animal fue mordido por un murciélago tres meses después del sacrificio”, se lee en el documento.
Después, el equipo analizó cómo el sacrificio podría afectar la circulación del virus de la rabia. Lo hicieron por medio de secuencias de genomas virales y haciendo una reconstrucción de cómo el virus se ha propagado. Encontraron que había afectado la velocidad de propagación viral.
Streicker asegura que “si el sacrificio se realizó en un área con circulación viral activa, entonces los virus parecen propagarse más rápido. Esto incrementa las posibilidades de que los murciélagos lleven el virus a través de distancias más largas”. Pero, en áreas donde no se habían registrado brotes recientes, el virus tarda más en propagarse. (Le puede interesar: Lo que tienen en común los murciélagos y los vocalistas de metal)
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