Esta es la fórmula perfecta para hervir un huevo, según la ciencia
Un grupo de investigadores italianos propuso el método de “cocción periódica” para preparar huevos cocidos. Esto, básicamente, consiste en alternar el huevo entre diferentes temperaturas.
¿Alguna vez se ha preguntado cuál es la fórmula perfecta para hervir un huevo? ¿Primero se pone a hervir el agua y, cuando llegue al punto de ebullición, se mete el huevo y se cuenta siete minutos? ¿Se mete el huevo con el agua fría y, una vez el agua hierve, se cuenta un par de minutos para sacarlo? Ahora, un grupo de investigadores se dio a la tarea de encontrar cuál podría ser el método ideal.
En los resultados, publicados en la revista Communications Engineering, los investigadores explican que, aunque a simple vista pareciera que hervir un huevo es una tarea sencilla, lo cierto es que enfrenta una serie de retos. Por ejemplo, la yema y la clara son dos proteínas completamente diferentes que se cocinan a diversas temperaturas. Para cocinar la clara, se requieren de 85° Celsius y 65° Celsius para la yema.
El nuevo método, cuenta Ernesto Di Maio, científico de materiales de la Universidad de Nápoles Federico II, fue llamado como “cocción periódica” y se basó en una técnica que ya se había desarrollado y empleado antes para crear capas dentro de objetos de plástico. Esta, según dice, “permite tener un material, en una sola pieza, pero con diferentes estructuras y, por lo tanto, diferentes propiedades”.
Entonces, dice Di Maio en entrevista con The Guardian, un amigo le sugirió que trasladara esta técnica de los objetos a la cocción de un huevo. Para conseguirlo, le pidió a Emilia Di Lorenzo, su estudiante de doctorado, que modelara matemáticamente la transferencia de energía a través de las diferentes capas de un huevo. También necesitaba conocer su dinámica de cocción, con el objetivo de tener un método básico inicial. Este modelo fue perfeccionado por medio de un software de dinámica de fluidos computacional.
Tras varios experimentos, el equipo encontró la fórmula ideal. Según describen en los resultados, para conseguir una cocción de huevo perfecta lo ideal es alternar un huevo entre una cacerola con agua hirviendo a 100 °Celsius y un recipiente a 30 °Celsius cada dos minutos. Esta operación se debe repetir durante 32 minutos, lo que equivale a ocho ciclos en total.
De acuerdo con Di Lorenzo, encargada de liderar la investigación, cuando se interrumpe la transferencia de calor de “la cáscara al centro, la temperatura de la yema nunca supera los 65 °Celsius. Solo alcanza un estado gelatinoso”.
En la revista, los investigadores aclaran que, para determinar esta fórmula, se basaron en un huevo de 68 gramos. Por eso, sugieren que “si el huevo es mucho más grande, debería aumentar el tiempo de cocción unos 20 segundos en cada ciclo”.
A los ojos de los investigadores, “el método no solo optimiza la textura y los nutrientes del huevo, sino que también es prometedor para aplicaciones culinarias innovadoras y el tratamiento de materiales”. Según dicen, las yemas cocinadas periódicamente, como en esta nueva fórmula, contienen más polifenoles, micronutrientes con supuestos beneficios para la salud.
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¿Alguna vez se ha preguntado cuál es la fórmula perfecta para hervir un huevo? ¿Primero se pone a hervir el agua y, cuando llegue al punto de ebullición, se mete el huevo y se cuenta siete minutos? ¿Se mete el huevo con el agua fría y, una vez el agua hierve, se cuenta un par de minutos para sacarlo? Ahora, un grupo de investigadores se dio a la tarea de encontrar cuál podría ser el método ideal.
En los resultados, publicados en la revista Communications Engineering, los investigadores explican que, aunque a simple vista pareciera que hervir un huevo es una tarea sencilla, lo cierto es que enfrenta una serie de retos. Por ejemplo, la yema y la clara son dos proteínas completamente diferentes que se cocinan a diversas temperaturas. Para cocinar la clara, se requieren de 85° Celsius y 65° Celsius para la yema.
El nuevo método, cuenta Ernesto Di Maio, científico de materiales de la Universidad de Nápoles Federico II, fue llamado como “cocción periódica” y se basó en una técnica que ya se había desarrollado y empleado antes para crear capas dentro de objetos de plástico. Esta, según dice, “permite tener un material, en una sola pieza, pero con diferentes estructuras y, por lo tanto, diferentes propiedades”.
Entonces, dice Di Maio en entrevista con The Guardian, un amigo le sugirió que trasladara esta técnica de los objetos a la cocción de un huevo. Para conseguirlo, le pidió a Emilia Di Lorenzo, su estudiante de doctorado, que modelara matemáticamente la transferencia de energía a través de las diferentes capas de un huevo. También necesitaba conocer su dinámica de cocción, con el objetivo de tener un método básico inicial. Este modelo fue perfeccionado por medio de un software de dinámica de fluidos computacional.
Tras varios experimentos, el equipo encontró la fórmula ideal. Según describen en los resultados, para conseguir una cocción de huevo perfecta lo ideal es alternar un huevo entre una cacerola con agua hirviendo a 100 °Celsius y un recipiente a 30 °Celsius cada dos minutos. Esta operación se debe repetir durante 32 minutos, lo que equivale a ocho ciclos en total.
De acuerdo con Di Lorenzo, encargada de liderar la investigación, cuando se interrumpe la transferencia de calor de “la cáscara al centro, la temperatura de la yema nunca supera los 65 °Celsius. Solo alcanza un estado gelatinoso”.
En la revista, los investigadores aclaran que, para determinar esta fórmula, se basaron en un huevo de 68 gramos. Por eso, sugieren que “si el huevo es mucho más grande, debería aumentar el tiempo de cocción unos 20 segundos en cada ciclo”.
A los ojos de los investigadores, “el método no solo optimiza la textura y los nutrientes del huevo, sino que también es prometedor para aplicaciones culinarias innovadoras y el tratamiento de materiales”. Según dicen, las yemas cocinadas periódicamente, como en esta nueva fórmula, contienen más polifenoles, micronutrientes con supuestos beneficios para la salud.
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