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Los fósiles de dos especies de pterosaurios serían la prueba de que los individuos más grandes de este grupo de dinosaurios podían volar, pero además tenían diferentes técnicas para hacerlo según su especie.
Así lo describió un grupo de investigadores en la revista Journal of Vertebrate Paleontology tras analizar los restos de una nueva especie para la ciencia, y los fósiles ya conocidos de otra especie. Ambos fueron encontrados en el margen afro-arábico, un lugar en el que se han rescatado restos paleontológicos con altos niveles de conservación.
La nueva especie fue llamada Inabtanin alarabia, y la especie existente amenazada es Arambourgiania philadelphiae, ambos pertenecientes al período Cretácico Superior, entre hace 72 y 66 millones de años. A partir de esta empezaron a hacer una descripción precisa de lo que sería el esqueleto de estos animales.
Para hacerlo, los investigadores utilizaron Tomografías Computarizadas a partir de las cuales hicieron recreaciones 3D de los esqueletos de ambas especies. El objetivo era poder analizar la estructura de sus alas para determinar si podían volar o no.
De acuerdo con el estudio, los huesos del Arambourgiania presentaban “una serie de crestas helicoidales formadas a lo largo del hueso cortical”. Esta especie tenían una envergadura aproximada de 10 metros al abrir sus alas y al compararlo con especies de aves actuales, los científicos creen que esta especie utilizaba la planeación como técnica de vuelo.
Por su parte, el Inabtanin, que tenía una envergadura aproximada de cinco metros con sus alas extendidas, “exhibe un patrón más denso de puntales huecos”, según escribieron en el estudio. Este tipo de estructura ósea, según el análisis de otras especies, correspondería con las características de aves que aletean para sostenerse en vuelo.
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