Quienes conviven con gatos saben lo que es lidiar con muebles, sillas y alfombras arañadas. Aunque el comportamiento de rascado por parte de estos felinos es una conducta normal de ellos, a menudo es percibido como un problema por parte de los cuidadores. Por esto, un grupo de investigadores analizó los factores que influyen en el aumento del nivel de este comportamiento en los gatos domésticos, y cuáles podrían ser unas posibles soluciones.
Para esto, recopilaron datos de 1.211 gatos, a través de cuestionarios, en los que preguntaban varios aspectos como los datos demográficos de los cuidadores, los aspectos de las rutinas diarias de los gatos, las interacciones sociales, los entornos, comportamientos, temperamentos y también la frecuencia e intensidad del rascado.
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Gracias a esto encontraron que hay tres aspectos que tienen influencia. El primero es la presencia de niños y niñas. “Parece que la presencia de ellos en el hogar podría contribuir potencialmente a niveles elevados de estrés, lo que conduce a episodios de rascado más frecuentes e intensos”, mencionan los investigadores en el estudio publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science.
El segundo aspecto es el tiempo que gastan los gatos jugando, su carácter juguetón y la actividad nocturna. “Los gatos que se caracterizan por un mayor carácter juguetón y que participan en sesiones prolongadas de juego y actividad, tienden a exhibir actividades de rascado intensificadas”, agregan.
¿Por qué? La relación entre el juego y un mayor rascado implica una excitación simpática sostenida, que puede estar relacionada con la vigilancia y el estrés, lo que amplifica el comportamiento de rascado.
Según el estudio, el juego en sí mismo desempeña un papel crucial en el bienestar de los gatos, ya que sirve como una salida para sus instintos inherentes de caza y exploración. Sin embargo, en la naturaleza, el juego individual está entrelazado con la depredación, lo que requiere un nivel de excitación elevado durante períodos breves pero repetitivos.
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“Las oportunidades de juego y caza inadecuadas o insuficientes pueden generar frustración, lo que provoca un aumento del rascado como mecanismo de liberación del estrés”, explican.
La tercera razón está relacionada con la ubicación de los postes o elementos para rascar. Si estos están ubicados en áreas poco frecuentadas por los gatos, no serán tan efectivos, pues estos individuos prefieren lugares específicos para rascar que se alinean con sus patrones territoriales y de marcaje.
Entonces, ¿qué pueden hacer los dueños de los gatos para que disminuyan este comportamiento? Los investigadores sugieren varias estrategias. Una de ellas es promover sesiones de juego interactivo breves y regulares para aliviar el estrés y, en consecuencia, reducir los comportamientos de rascado indeseables. Esto también se puede acompañar con juguetes adecuados que les permitan interactuar con sus mascotas.
La otra recomendación es ubicar postes de rasguños, o cajas, en áreas frecuentadas por los gatos, para que en lugar de arañar los artículos del hogar, hagan uso de estos elementos.