Este es el lagarto prehistórico extinto que vivía entre los dinosaurios
La nueva especie fue llamada Opisthiamimus gregori y se estima que alguna vez habitó en América del Norte, hace unos 150 millones de años, junto con dinosaurios como Stegosaurus y Allosaurus. Fue descrita en el Journal of Systematic Paleontology.
Hace cerca de 150 millones de años vivió en América del norte Opisthiamimus gregori, una especie de lagarto prehistórico que convivió con algunos dinosaurios como Stegosaurus y Allosaurus. Y aunque vivió en el Jurásico, hasta ahora este lagarto es conocido y descrito por la ciencia. (Lea: Fotos: descubren fósiles de un lagarto que gobernaba los océanos hace 66 millones de años)
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Hace cerca de 150 millones de años vivió en América del norte Opisthiamimus gregori, una especie de lagarto prehistórico que convivió con algunos dinosaurios como Stegosaurus y Allosaurus. Y aunque vivió en el Jurásico, hasta ahora este lagarto es conocido y descrito por la ciencia. (Lea: Fotos: descubren fósiles de un lagarto que gobernaba los océanos hace 66 millones de años)
El hallazgo estuvo a cargo de un equipo de investigadores del Instituto Smithsonian, en Estados Unidos, quienes señalaron que este reptil prehistórico pudo medir cerca de 16 centímetros, desde la nariz hasta la cola, y su dieta, probablemente, se basaba en comer insectos y otros invertebrados.
Además, dicen los científicos, esta especie de reptil se parece un poco a una iguana particularmente robusta. Sin embargo, advierten, no es un lagarto en absoluto. En realidad son rhynchocephalians, que es una subespecie que se separó de los lagartos hace al menos 230 millones de años.
Los rhynchocephalians, señalan los investigadores en el estudio publicado en Journal of Systematic Paleontology, se encontraron en casi todo el mundo y desempeñaban roles ecológicos que iban desde cazadores de peces acuáticos hasta masticadores de plantas voluminosas. Pero, por razones que no se conoce, desaparecieron en su mayoría a medida que los lagartos y las serpientes se convirtieron en los reptiles más comunes y diversos.
Otra de las características, dicen los investigadores, se centra en “sus dientes, que están fusionados con el hueso de la mandíbula, un movimiento al masticar único que desliza la mandíbula inferior hacia adelante y hacia atrás como una hoja de sierra”. Además, anota, eran muy tolerantes a los climas más fríos. (Puede leer: Encuentran restos fósiles del cráneo de un neandertal que vivió hace 60.000 años)
En el estudio, los científicos señalaron que este hallazgo “representa esta enorme historia evolutiva que tenemos la suerte de captar. Aunque parece un lagarto relativamente simple, encarna toda una epopeya evolutiva que se remonta a más de 200 millones de años”.
El fósil de este ejemplar fue descubierto casi completo, a excepción de huesos de su cola y de una de sus patas, y en perfecto estado en la formación geológica Morrison, ubicada en el norte de Wyoming, en Estados Unidos. De este hallazgo hizo parte Matthew Carrano, del Museo Nacional de Historia Natural; David DeMar Jr., investigador asociado; y Marc Jones, científico del University College London y del Museo de Historia Natural.
Una vez fue descubierto el fósil, otro equipo liderado por DeMar se encargó de escanearlo con tomografía computarizada de alta resolución. Este método se basa en múltiples imágenes de rayos X desde diferentes ángulos y con ellos crear una representación 3D de la muestra.
Luego, el equipo renderizó los huesos digitalmente y volvieron a ensamblar algunos de ellos, como los del cráneo, por ejemplo. Los científicos explican que algunos estaban aplastados, fuera de lugar o faltaban en un lado. Para su reconstrucción emplearon un software.
Para los investigadores, “es posible que estos animales hayan desaparecido en parte debido a la competencia de los lagartos, pero quizás también debido a los cambios globales en el clima y los cambios de hábitat”, apuntó Matthew Carrano. (Le puede interesar: Descubren “extraño” fósil de dinosaurio con piel escamosa parcialmente preservada)
Esta especie, finalizaron los científicos, “tiene un enorme potencial para hacer comparaciones con fósiles recolectados en el futuro y para identificar o reclasificar especímenes que ya están en un cajón de museo en algún lugar. Con los modelos 3D que tenemos, en algún momento también podríamos hacer estudios que usen software para observar la mecánica de la mandíbula de esta criatura”.
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