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Hace un año llamó la atención la noticia de los Xenobots, una especie de “robots vivientes” que habían sido fabricados por científicos estadounidenses. Se caracterizan por ser formas de vida sintéticas que se obtienen luego de ensamblar miles de células de embriones de ranas africanas y con garras en pequeños robots. Como están elaborados a partir de tejidos biológicos puede servir para curar heridas, y una vez que su tarea finalice, se desmoronan, como sucede con los organismos naturales que se descomponen cuando mueren. (Lea: Así hacen las células cancerosas para quedarse con la energía de otras células)
Para Michael Levin, director del Allen Discovery Center de la Universidad de Tufts en Medford, Massachusetts, uno de los artífices de esta hazaña, “estas son formas de vida completamente nuevas. Nunca antes habían existido en la Tierra. Son organismos vivos y programables”, explicó hace un año cuando se publicó el anuncio.
Ahora, estos robots acapararon una vez más los titulares porque pueden experimentar una forma de replicación que no se había visto antes ni en plantas o animales. “Pueden dar lugar a “descendencia” barriendo las células sueltas y agitándolas en más grupos. Estas cosas se mueven en el plato y hacen copias de sí mismas”, aseguró a The Guardian Josh Bongard, profesor de la Universidad de Vermont, coautor de la investigación.
Bongard aclaró que los Xenobots no tienen ni sistema digestivo ni neuronas y “definitivamente no se convierten en ranas, en realidad mantienen la forma que les imponemos. Se ven y actúan de formas muy diferentes a las de las ranas normales”, añadió el experto. Entonces, ¿cómo se pueden reproducir? Los científicos, en la investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, explicaron que una es la producción de descendencia.
Esta forma consiste en hacer una copia de sí mismo y a pesar de que anteriormente se había descubierto que las plantas y los animales lo hacían mediante la reproducción, los expertos encontraron que adoptan un enfoque diferente llamado autorreplicación cinemática. “un proceso visto anteriormente para moléculas pero no para organismos”, apuntaron los expertos. (Puede leer: Primer examen detallado de un embrión en una etapa central de su desarrollo)
“La autorreplicación cinemática en moléculas fue definitivamente importante al comienzo de la vida en la Tierra. Sin embargo, no sabemos si ahora lo que vemos en grupos de células, jugó un papel en los orígenes de la vida”, apuntó. Para determinar esto, el equipo observó diferentes acciones de xenobots en placas que contienen agua de estanque a temperatura ambiente y células sueltas de embriones de rana.
Los investigadores encontraron que, en caso de que los lugares de almacenamiento sean grandes, las células al ser pegajosas pueden formar un nuevo grupo en movimiento durante cinco días. Aunque es un gran avance, existe un problema. Bongard aclaró que “estos xenobots se replicarán una vez, una generación, harán niños. Pero los niños son demasiado pequeños y débiles para tener nietos“. Para que perduren más en el tiempo han empleado inteligencia artificial. Al encontrar que los xenobots se formaban en ciertas formas, la replicación continuaba por generaciones posteriores. (Le puede interesar: ¿Por qué científicos están creando embriones con mezcla de mono y humano?)