Los conciertos de Taylor Swift causaron un temblor de magnitud 2,3
Los hechos se registraron en las noches del 22 y 23 de julio, cuando la cantante se presentó en la ciudad de Seattle, Estados Unidos.
Las últimas actuaciones de la cantante estadounidense Taylor Swift en su gira ‘The Eras Tour’, ha llamado la atención, no solo de sus fans, conocidas como Swifties, sino que también de economistas y, más recientemente, de geólogos. (Puede leer: En la Estación Espacial Internacional intentarán “imitar” los cerebros humanos)
Hace solo unos días, la Reserva Federal de los Estados Unidos destacaba el papel que estaba teniendo esta gira, que cuenta con 52 conciertos en este país y casi 100 más en otros países, en el consumo privado de los estadounidenses, lo que estaría generando un impulso en la economía nacional.
Ahora, tras dos recientes conciertos en la ciudad de Seattle (Estados Unidos), ‘The Eras Tour’ también atrajo la atención de la sismóloga Jackie Caplan-Auerbach, quien es profesora de geología en la Western Washington University, una universidad pública del estado de Washington. (Le puede interesar: El satélite Aeolus se estrellará contra la Tierra este viernes, ¿dónde caerá?)
De acuerdo con información recopilada por la profesora Caplan-Auerbach, durante las noches del 22 y el 23 de julio, cuando la artista estuvo presentándose en el Lumen Field, las Swifties que saltaban y cantaban al ritmo de los éxitos de la estrella pop lograron generar una actividad sísmica que es comparable a la de un temblor de magnitud 2,3.
La sismóloga le contó a CNN que cogió los datos de las dos noches del concierto “y rápidamente me di cuenta de que eran claramente el mismo patrón de señales. Si los superpongo uno encima del otro, son casi idénticos”. (También puede leer: Así es el teatro del emperador Nerón que acaban de encontrar debajo de Roma)
Aunque de por sí la actividad sísmica generada durante el concierto de Taylor Swift asombró a la científica, Caplan-Auerbach quiso compararla con un evento similar para poder dimensionar temblor generado. Para esto, tomó como referencia el “Beast Quake” una actividad sísmica generada en 2011 por los hinchas del equipo de fútbol americano Seattle Seahawks.
En ese entonces, miles de hinchas que celebraban un touchdown logrado por el jugador Marshawn “Beast Mode” Lynch, lograron que se generara un movimiento equivalente a un temblor de una magnitud 2,0. Por eso, hace algunos días, Caplan-Auerbach señaló a través de su cuenta de Twitter, donde compartió los sismogramas, que la actividad generada por las Swifties fue mayor a la de los hinchas de los Seahawks. (Puede interesarle: Este gusano microscópico sobrevivió en el permafrost siberiano durante 46.000 años)
Aunque la cantante no se ha manifestado respecto a la actividad sísmica que produjeron sus fans durante estos conciertos, la artista sí se expresó a través de su cuenta de Instagram y aseguró que “Seattle fue realmente uno de mis fines de semana favoritos. Gracias por todo. Todos los vítores, gritos, saltos, bailes, cantos a pleno pulmón”.
Mientras tanto, Caplan-Auerbach le dijo a CNN que estaba muy emocionada con lo que había sucedido, pues “lo que me encanta es poder compartir que esto es ciencia. No tiene por qué ocurrir en un laboratorio con una bata blanca. Las observaciones y experiencias cotidianas son ciencia”.
Las últimas actuaciones de la cantante estadounidense Taylor Swift en su gira ‘The Eras Tour’, ha llamado la atención, no solo de sus fans, conocidas como Swifties, sino que también de economistas y, más recientemente, de geólogos. (Puede leer: En la Estación Espacial Internacional intentarán “imitar” los cerebros humanos)
Hace solo unos días, la Reserva Federal de los Estados Unidos destacaba el papel que estaba teniendo esta gira, que cuenta con 52 conciertos en este país y casi 100 más en otros países, en el consumo privado de los estadounidenses, lo que estaría generando un impulso en la economía nacional.
Ahora, tras dos recientes conciertos en la ciudad de Seattle (Estados Unidos), ‘The Eras Tour’ también atrajo la atención de la sismóloga Jackie Caplan-Auerbach, quien es profesora de geología en la Western Washington University, una universidad pública del estado de Washington. (Le puede interesar: El satélite Aeolus se estrellará contra la Tierra este viernes, ¿dónde caerá?)
De acuerdo con información recopilada por la profesora Caplan-Auerbach, durante las noches del 22 y el 23 de julio, cuando la artista estuvo presentándose en el Lumen Field, las Swifties que saltaban y cantaban al ritmo de los éxitos de la estrella pop lograron generar una actividad sísmica que es comparable a la de un temblor de magnitud 2,3.
La sismóloga le contó a CNN que cogió los datos de las dos noches del concierto “y rápidamente me di cuenta de que eran claramente el mismo patrón de señales. Si los superpongo uno encima del otro, son casi idénticos”. (También puede leer: Así es el teatro del emperador Nerón que acaban de encontrar debajo de Roma)
Aunque de por sí la actividad sísmica generada durante el concierto de Taylor Swift asombró a la científica, Caplan-Auerbach quiso compararla con un evento similar para poder dimensionar temblor generado. Para esto, tomó como referencia el “Beast Quake” una actividad sísmica generada en 2011 por los hinchas del equipo de fútbol americano Seattle Seahawks.
En ese entonces, miles de hinchas que celebraban un touchdown logrado por el jugador Marshawn “Beast Mode” Lynch, lograron que se generara un movimiento equivalente a un temblor de una magnitud 2,0. Por eso, hace algunos días, Caplan-Auerbach señaló a través de su cuenta de Twitter, donde compartió los sismogramas, que la actividad generada por las Swifties fue mayor a la de los hinchas de los Seahawks. (Puede interesarle: Este gusano microscópico sobrevivió en el permafrost siberiano durante 46.000 años)
Aunque la cantante no se ha manifestado respecto a la actividad sísmica que produjeron sus fans durante estos conciertos, la artista sí se expresó a través de su cuenta de Instagram y aseguró que “Seattle fue realmente uno de mis fines de semana favoritos. Gracias por todo. Todos los vítores, gritos, saltos, bailes, cantos a pleno pulmón”.
Mientras tanto, Caplan-Auerbach le dijo a CNN que estaba muy emocionada con lo que había sucedido, pues “lo que me encanta es poder compartir que esto es ciencia. No tiene por qué ocurrir en un laboratorio con una bata blanca. Las observaciones y experiencias cotidianas son ciencia”.