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En un reciente estudio publicado en la revista Nature, los investigadores detallan uno de sus más recientes hallazgos, el cual ha generado entusiasmo entre la comunidad científica. Se trata de una larva de gusano que tiene 520 millones de años y que, al parecer, aún conserva su intestino y cerebro.
A los ojos de los investigadores, que este fósil, que puede ser clave para el origen de los artrópodos, cuente con este par de órganos, puede ser clave para reunir información sobre la evolución de una amplia gama de grupos animales.
Los investigadores llamaron a este fósil Youti yuanshi, una palabra derivada del pinyin yòutǐ, que, según dicen en el estudio, significa larva. Yuánshǐ, por su parte, se traduce en primitivo. Según dicen, por la edad que presenta este fósil, puede haber vivido en un período conocido como Explosión Cámbrica, el cual se caracterizó por ser un período de gran diversificación de especies.
Los científicos, una vez determinaron la especie de la larva de gusano, llevaron a cabo una serie de imágenes de rayos X y, con los resultados, crearon imágenes en 3D del fósil. En estas fotos se pueden ver regiones cerebrales preservadas, glándulas digestivas, un sistema circulatorio primitivo y restos de nervios.
En un comunicado, Martín Smith, investigador de la Universidad de Durham, explicó que “las larvas son tan pequeñas y frágiles que las posibilidades de encontrar una fosilizada son prácticamente nulas. Al menos eso creíamos”.
Por eso, añadió, le sorprendió tanto el hallazgo en este fósil. Ahora, el equipo espera ampliar su investigación para poder reunir más datos que les ayuden a aportar información sobre la evolución y el papel clave que tuvo esta especie.
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