Hay evidencia de que las abejas son “altamente” inteligentes
Un nuevo libro escrito por un investigador que ha estudiado a estos animales por 30 años arroja datos sobre sus capacidades.
Es de conocimiento popular que las abejas son animales muy importantes para la salud humana y de la naturaleza, en general. Según datos de las Naciones Unidas (ONU), son responsables de polinizar casi el 90% de las plantas con flores del mundo y alrededor del 75% de los cultivos alimentarios. “Las abejas son declaradas como el ser vivo más importante para la vida del planeta, principalmente porque cumplen una función como polinizadoras. Muchas de ellas son visitantes de flores y en esa medida transportan el polen de las flores masculinas a las flores femeninas posibilitando que se generen el fruto y las semillas, lo que garantiza una siguiente generación de plantas; entonces en esa medida, mantienen en realidad la vida en el planeta”, explicó Juliana Duque Cardona, coordinadora de las Colecciones Biológicas de la Universidad CES (CBUCES) y docente en las carreras de Biología y Ecología.
Ahora, la investigación del profesor de ecología sensorial y del comportamiento Lars Chittka, quien lleva 30 años estudiando los animales, también indicaría que son altamente inteligentes. “Ahora tenemos evidencia sugestiva de que hay cierto nivel de conciencia en las abejas, que hay sensibilidad, que tienen estados emocionales”, explicó Chittka al diario The Guardian. Algunos de estos datos los describe en su nuevo libro The Mind of a Bee (La mente de una abeja). (También puede leer: Los 10 investigadores que integran el primer Consejo Científico Nacional de Colombia)
Algunos ejemplos de esta inteligencia es que son animales que puedan contar, reconocer imágenes de rostros humanos y aprender el uso de herramientas simples y conceptos abstractos, según explica el investigador. Más que eso él incluso piensa que hay evidencia de que las abejas tienen emociones, pueden planear y reconocerse a sí mismas como entidades únicas distintas de otras abejas. Estas conclusiones las ha sacado de experimentos que ha realizado con abejas obreras. En uno de estos, los investigadores le daban una recompensa de azúcar cada vez que cumplían con una tarea, como reconocer rostros humanos. En este experimento, indicó Chittka, las abejas debían escoger la cara correcta entre varias imágenes monocromáticas de rostros humanos. Después de una o dos docenas de sesiones, se convertían en “reconocedoras competentes”, manifestó el profesor.
Por estas razones, Chittka está “bastante convencido” de que las abejas son seres sintientes. “Los estamos exponiendo a desafíos que ninguna abeja ha enfrentado en su historia evolutiva. Y los están resolviendo”. El docente sostiene, entonces, que la humanidad tiene una obligación ética para asegurar su supervivencia. (Le puede interesar: Científicos logran que un “perro robot” aprenda a caminar en solo una hora)
A pesar de esto, sus poblaciones han ido colapsando por diversas razones. El uso de pesticidas e insecticidas, la pérdida del hábitat como consecuencia de la agricultura e incluso el cambio climático han generado el colapso de miles de colmenas alrededor del mundo.
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Es de conocimiento popular que las abejas son animales muy importantes para la salud humana y de la naturaleza, en general. Según datos de las Naciones Unidas (ONU), son responsables de polinizar casi el 90% de las plantas con flores del mundo y alrededor del 75% de los cultivos alimentarios. “Las abejas son declaradas como el ser vivo más importante para la vida del planeta, principalmente porque cumplen una función como polinizadoras. Muchas de ellas son visitantes de flores y en esa medida transportan el polen de las flores masculinas a las flores femeninas posibilitando que se generen el fruto y las semillas, lo que garantiza una siguiente generación de plantas; entonces en esa medida, mantienen en realidad la vida en el planeta”, explicó Juliana Duque Cardona, coordinadora de las Colecciones Biológicas de la Universidad CES (CBUCES) y docente en las carreras de Biología y Ecología.
Ahora, la investigación del profesor de ecología sensorial y del comportamiento Lars Chittka, quien lleva 30 años estudiando los animales, también indicaría que son altamente inteligentes. “Ahora tenemos evidencia sugestiva de que hay cierto nivel de conciencia en las abejas, que hay sensibilidad, que tienen estados emocionales”, explicó Chittka al diario The Guardian. Algunos de estos datos los describe en su nuevo libro The Mind of a Bee (La mente de una abeja). (También puede leer: Los 10 investigadores que integran el primer Consejo Científico Nacional de Colombia)
Algunos ejemplos de esta inteligencia es que son animales que puedan contar, reconocer imágenes de rostros humanos y aprender el uso de herramientas simples y conceptos abstractos, según explica el investigador. Más que eso él incluso piensa que hay evidencia de que las abejas tienen emociones, pueden planear y reconocerse a sí mismas como entidades únicas distintas de otras abejas. Estas conclusiones las ha sacado de experimentos que ha realizado con abejas obreras. En uno de estos, los investigadores le daban una recompensa de azúcar cada vez que cumplían con una tarea, como reconocer rostros humanos. En este experimento, indicó Chittka, las abejas debían escoger la cara correcta entre varias imágenes monocromáticas de rostros humanos. Después de una o dos docenas de sesiones, se convertían en “reconocedoras competentes”, manifestó el profesor.
Por estas razones, Chittka está “bastante convencido” de que las abejas son seres sintientes. “Los estamos exponiendo a desafíos que ninguna abeja ha enfrentado en su historia evolutiva. Y los están resolviendo”. El docente sostiene, entonces, que la humanidad tiene una obligación ética para asegurar su supervivencia. (Le puede interesar: Científicos logran que un “perro robot” aprenda a caminar en solo una hora)
A pesar de esto, sus poblaciones han ido colapsando por diversas razones. El uso de pesticidas e insecticidas, la pérdida del hábitat como consecuencia de la agricultura e incluso el cambio climático han generado el colapso de miles de colmenas alrededor del mundo.
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