Hay muchas razones para dejar de creer en la astrología: no se deje embaucar
Con el inicio del año suelen aparecer muchas predicciones de astrólogos. Aquí hay muchos motivos para no creerles.
José David Ruiz Álvarez*
De niño me costó algo de trabajo entender que el sol que me iluminaba en mi natal Medellín, era el mismo que iluminaba a una ciudad lejana, al menos para mi mente infantil, como Bogotá, París o Moscú. Esto se veía apoyado por la expresión común del tipo “el sol de tierra fría quema más” que implicaba que el sol no era el mismo en todos los lugares. La misma extrañeza me generaban fenómenos como la lluvia, ¿cuándo llovía en mi casa, llovía en todo el mundo? (Lea ¿Cuáles son las razas de perros que viven más años? La ciencia tiene una respuesta)
Ya de adulto, y con estos fenómenos atmosféricos y astronómicos superados, me enfrenté por primera vez con una observación que no había anticipado. Al llegar por primera vez a Europa, la luna la vi rara, diferente a la que veía en Colombia. La explicación fue sencilla, mi punto de vista había cambiado y, por tanto, la imagen de la luna en fase creciente o menguante había rotado. ¡La misma luna desde otro punto de vista!
Creo que fue entonces, por primera vez en mi vida, que tenía una sensación de lo grande que son la Tierra, la Luna, el Sol, de lo lejos que están. Con esa sensación, se desarrolló también la intuición de qué tan lejos están entonces las estrellas, las galaxias y todos aquellos objetos astronómicos que nos parecen tan interesantes y llenos de misterio. Sin embargo, ha existido la creencia de que los astros hacen parte de nuestro diario vivir, que son casi vecinos nuestros. (Lea “Piedra por piedra”, así será trasladado edificio del laboratorio de Marie Curie)
Existe la creencia de que la posición relativa de los astros en el momento de nuestro nacimiento afecta y determina nuestra forma de ser y nuestro futuro. Según la astrología occidental y la védica soy del signo Leo, según la China nací el año de la rata y según la Maya mi animal sería el murciélago. En definitiva, según estos sistemas soy un león con pinta de rata alada (sic).
Si bien se puede aceptar que algo de poético existe en el hecho de tratar de entrelazar el movimiento relativo de los astros con nuestras vidas y la vida del planeta en general, a la hora de utilizar estas creencias con intenciones de aprender algo valioso sobre nuestras existencias resulta más contraproducente que cualquier otra cosa.
El sol afecta nuestro diario vivir, es este astro el que nos mantiene en nuestra órbita, nos da la luz y el calor y es también quien ilumina la luna. Además, determina el movimiento de los demás planetas del sistema solar. Lo que cada uno de estos planetas afecta el movimiento de la Tierra es una pequeñez, comparado con el efecto del Sol. Sin temor a cometer un error garrafal, podemos asegurar que la vida en la Tierra sería igual si no existieran los demás planetas del sistema solar. Al menos la vida cotidiana se vería sin cambios.
Si eso sucede con nuestros “vecinos” del sistema solar, ¿cómo pueden afectarnos las posiciones relativas de los planetas, desde nuestro punto de vista, con las estrellas que están millones de veces más lejos? ¿Cómo puede ser que si en nuestro cielo Mercurio aparece en Acuario nos haga de pronto más innovadores o más lógicos?, y ¿cómo es que un Mercurio retrógrado nos puede causar problemas de comunicación y hacer que debamos tener cautela a la hora de tomar decisiones importantes?
Iniciando cada nuevo año presenciamos la procesión de astrólogos que hacen predicciones de todo tipo, para un país completo, para cada signo, para el presidente o para alguna personalidad. Por ejemplo, el 5 de enero del 2023 apareció en el portal “infobae” un informe completo de las predicciones para Colombia. Cito “a mediados de año, el país comenzará a ver la curva de ascenso en lo que se refiere a relaciones exteriores, política, medio ambiente, educación y finanzas”, fue una de las predicciones que hizo Daniel Daza, astrólogo.
Por su parte, Soleil Ramos predijo “en lo que se refiere al virus del covid-19, en 2023 los colombianos vivirán la última etapa de contagios y es por eso que en China se vive una nueva ola de contagios”. Finalmente, Juliana Suaza aseguró que “las decisiones que se han tomado desde que inició el gobierno del presidente Gustavo Petro ‘tendrán que cambiarlas’”. Todas estas predicciones recolectadas por grandes medios como el Canal 1 o La FM.
Resulta contrario a las predicciones del astrólogo Daza el hecho de que durante el 2023 el IPC vino a mejorar sustancialmente únicamente en el mes de diciembre, llegando a 9.28, casi 4 puntos por debajo de enero, que arrancó el año en 13.25 (datos tomados del portal del DANE). Tampoco vio el astrólogo que en lo político se derrumbaron 11 carteras del gobierno, que el presidente se trabaría en un pulso de poder con el fiscal general, ni que la izquierda sufriría derrotas fuertes en las elecciones regionales, ni que terminaríamos en refriega internacional con Bukele, Milei e Israel. Básicamente, se equivocó “con todas las de la ley”.
Juliana Suaza parece que no estuvo tan desacertada como Daza, sin embargo, resulta llamativo que su poder interpretativo de los astros no lograra ver los principales eventos de la agenda política, que tampoco viera el escándalo de Nicolás Petro ni la tormenta alrededor de Laura Sarabia. Si yo fuera astrólogo, le preguntaría a los astros por estos grandes eventos, y no por asuntos flojos o superfluos. Pero no soy astrólogo, será que los astros solo se interesan por nimiedades.
Si analizamos los casos de COVID-19 del 2023 encontramos que para Colombia fue absolutamente estable. La última ola registrada empezó en el 2022 y terminó los primeros días del 2023, según el portal ourworldindata.org. Soleil Ramos, lamento decirte que no se cumplió tu predicción.
¿Se imaginan qué pasaría si la ministra de salud hubiera tomado alguna decisión basada en esas predicciones? ¿Podríamos prever qué hubiera pasado si el presidente hubiera encaminado el país según las acertadísimas predicciones del astrólogo Daza? ¿Qué podemos sacar de todo esto?
Los astrólogos, al menos la mayoría, cobran por dar estas predicciones. Y mucha gente se las toma en serio, orienta su vida de acuerdo con ellas, toma decisiones importantes, o deja de tomarlas, en función de lo que un intérprete de los astros le diga. Definitivamente, estos “maestros de los astros” tienen un estatus especial en nuestra sociedad.
Si un comerciante nos vende un producto o un servicio que no corresponde con lo pactado, la ley lo obliga a devolver el dinero. Si un testigo dice una mentira durante un juicio, incurre en un delito. Si un ciudadano embauca con falsedades a otra persona con el fin de obtener un rédito económico o de otra especie, también está cometiendo un crimen. Los astrólogos, y otros muchos tipos de brujos, tienen inmunidad hacia esos crímenes, los pueden cometer sin que sean penalizados por ellos. ¿Nos hemos preguntado como sociedad por qué?
Si en Google buscamos las predicciones astrológicas para Colombia en el 2024 encontramos que ya están listas, algunas desde diciembre del 2023, en los principales medios de comunicación. El Colombiano, Canal 1, Semana, El Tiempo, Red+, RCN y muchos más dedican nutridos espacios para que astrólogos de dudosas predicciones expongan a sus audiencias sus “sabias palabras”. ¿Cuántas de ellas irán a cumplirse? ¿Cuántas de ellas fueron formuladas por pura deducción racional? ¿Cuántas de ellas se cumplirán solo por pura probabilidad? ¿Cuántas en realidad son derivadas de reales conversaciones con los astros?
Para finalizar, la astrología es la única pseudociencia, que yo sepa, que ha logrado cooptar el sufijo logos, desplazando a la ciencia encargada de estudiar los astros a utilizar el sufijo nomos, la astronomía. Propongo que llamemos a esta pseudociencia por lo que es, Astromancia, adivinación usando los astros.
*Profesor Asociado - Instituto de física, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Antioquia.
www.joseruiz.org - @ruizjosedavid
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De niño me costó algo de trabajo entender que el sol que me iluminaba en mi natal Medellín, era el mismo que iluminaba a una ciudad lejana, al menos para mi mente infantil, como Bogotá, París o Moscú. Esto se veía apoyado por la expresión común del tipo “el sol de tierra fría quema más” que implicaba que el sol no era el mismo en todos los lugares. La misma extrañeza me generaban fenómenos como la lluvia, ¿cuándo llovía en mi casa, llovía en todo el mundo? (Lea ¿Cuáles son las razas de perros que viven más años? La ciencia tiene una respuesta)
Ya de adulto, y con estos fenómenos atmosféricos y astronómicos superados, me enfrenté por primera vez con una observación que no había anticipado. Al llegar por primera vez a Europa, la luna la vi rara, diferente a la que veía en Colombia. La explicación fue sencilla, mi punto de vista había cambiado y, por tanto, la imagen de la luna en fase creciente o menguante había rotado. ¡La misma luna desde otro punto de vista!
Creo que fue entonces, por primera vez en mi vida, que tenía una sensación de lo grande que son la Tierra, la Luna, el Sol, de lo lejos que están. Con esa sensación, se desarrolló también la intuición de qué tan lejos están entonces las estrellas, las galaxias y todos aquellos objetos astronómicos que nos parecen tan interesantes y llenos de misterio. Sin embargo, ha existido la creencia de que los astros hacen parte de nuestro diario vivir, que son casi vecinos nuestros. (Lea “Piedra por piedra”, así será trasladado edificio del laboratorio de Marie Curie)
Existe la creencia de que la posición relativa de los astros en el momento de nuestro nacimiento afecta y determina nuestra forma de ser y nuestro futuro. Según la astrología occidental y la védica soy del signo Leo, según la China nací el año de la rata y según la Maya mi animal sería el murciélago. En definitiva, según estos sistemas soy un león con pinta de rata alada (sic).
Si bien se puede aceptar que algo de poético existe en el hecho de tratar de entrelazar el movimiento relativo de los astros con nuestras vidas y la vida del planeta en general, a la hora de utilizar estas creencias con intenciones de aprender algo valioso sobre nuestras existencias resulta más contraproducente que cualquier otra cosa.
El sol afecta nuestro diario vivir, es este astro el que nos mantiene en nuestra órbita, nos da la luz y el calor y es también quien ilumina la luna. Además, determina el movimiento de los demás planetas del sistema solar. Lo que cada uno de estos planetas afecta el movimiento de la Tierra es una pequeñez, comparado con el efecto del Sol. Sin temor a cometer un error garrafal, podemos asegurar que la vida en la Tierra sería igual si no existieran los demás planetas del sistema solar. Al menos la vida cotidiana se vería sin cambios.
Si eso sucede con nuestros “vecinos” del sistema solar, ¿cómo pueden afectarnos las posiciones relativas de los planetas, desde nuestro punto de vista, con las estrellas que están millones de veces más lejos? ¿Cómo puede ser que si en nuestro cielo Mercurio aparece en Acuario nos haga de pronto más innovadores o más lógicos?, y ¿cómo es que un Mercurio retrógrado nos puede causar problemas de comunicación y hacer que debamos tener cautela a la hora de tomar decisiones importantes?
Iniciando cada nuevo año presenciamos la procesión de astrólogos que hacen predicciones de todo tipo, para un país completo, para cada signo, para el presidente o para alguna personalidad. Por ejemplo, el 5 de enero del 2023 apareció en el portal “infobae” un informe completo de las predicciones para Colombia. Cito “a mediados de año, el país comenzará a ver la curva de ascenso en lo que se refiere a relaciones exteriores, política, medio ambiente, educación y finanzas”, fue una de las predicciones que hizo Daniel Daza, astrólogo.
Por su parte, Soleil Ramos predijo “en lo que se refiere al virus del covid-19, en 2023 los colombianos vivirán la última etapa de contagios y es por eso que en China se vive una nueva ola de contagios”. Finalmente, Juliana Suaza aseguró que “las decisiones que se han tomado desde que inició el gobierno del presidente Gustavo Petro ‘tendrán que cambiarlas’”. Todas estas predicciones recolectadas por grandes medios como el Canal 1 o La FM.
Resulta contrario a las predicciones del astrólogo Daza el hecho de que durante el 2023 el IPC vino a mejorar sustancialmente únicamente en el mes de diciembre, llegando a 9.28, casi 4 puntos por debajo de enero, que arrancó el año en 13.25 (datos tomados del portal del DANE). Tampoco vio el astrólogo que en lo político se derrumbaron 11 carteras del gobierno, que el presidente se trabaría en un pulso de poder con el fiscal general, ni que la izquierda sufriría derrotas fuertes en las elecciones regionales, ni que terminaríamos en refriega internacional con Bukele, Milei e Israel. Básicamente, se equivocó “con todas las de la ley”.
Juliana Suaza parece que no estuvo tan desacertada como Daza, sin embargo, resulta llamativo que su poder interpretativo de los astros no lograra ver los principales eventos de la agenda política, que tampoco viera el escándalo de Nicolás Petro ni la tormenta alrededor de Laura Sarabia. Si yo fuera astrólogo, le preguntaría a los astros por estos grandes eventos, y no por asuntos flojos o superfluos. Pero no soy astrólogo, será que los astros solo se interesan por nimiedades.
Si analizamos los casos de COVID-19 del 2023 encontramos que para Colombia fue absolutamente estable. La última ola registrada empezó en el 2022 y terminó los primeros días del 2023, según el portal ourworldindata.org. Soleil Ramos, lamento decirte que no se cumplió tu predicción.
¿Se imaginan qué pasaría si la ministra de salud hubiera tomado alguna decisión basada en esas predicciones? ¿Podríamos prever qué hubiera pasado si el presidente hubiera encaminado el país según las acertadísimas predicciones del astrólogo Daza? ¿Qué podemos sacar de todo esto?
Los astrólogos, al menos la mayoría, cobran por dar estas predicciones. Y mucha gente se las toma en serio, orienta su vida de acuerdo con ellas, toma decisiones importantes, o deja de tomarlas, en función de lo que un intérprete de los astros le diga. Definitivamente, estos “maestros de los astros” tienen un estatus especial en nuestra sociedad.
Si un comerciante nos vende un producto o un servicio que no corresponde con lo pactado, la ley lo obliga a devolver el dinero. Si un testigo dice una mentira durante un juicio, incurre en un delito. Si un ciudadano embauca con falsedades a otra persona con el fin de obtener un rédito económico o de otra especie, también está cometiendo un crimen. Los astrólogos, y otros muchos tipos de brujos, tienen inmunidad hacia esos crímenes, los pueden cometer sin que sean penalizados por ellos. ¿Nos hemos preguntado como sociedad por qué?
Si en Google buscamos las predicciones astrológicas para Colombia en el 2024 encontramos que ya están listas, algunas desde diciembre del 2023, en los principales medios de comunicación. El Colombiano, Canal 1, Semana, El Tiempo, Red+, RCN y muchos más dedican nutridos espacios para que astrólogos de dudosas predicciones expongan a sus audiencias sus “sabias palabras”. ¿Cuántas de ellas irán a cumplirse? ¿Cuántas de ellas fueron formuladas por pura deducción racional? ¿Cuántas de ellas se cumplirán solo por pura probabilidad? ¿Cuántas en realidad son derivadas de reales conversaciones con los astros?
Para finalizar, la astrología es la única pseudociencia, que yo sepa, que ha logrado cooptar el sufijo logos, desplazando a la ciencia encargada de estudiar los astros a utilizar el sufijo nomos, la astronomía. Propongo que llamemos a esta pseudociencia por lo que es, Astromancia, adivinación usando los astros.
*Profesor Asociado - Instituto de física, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Antioquia.
www.joseruiz.org - @ruizjosedavid
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