Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Idelfonso Tafur Monroy proviene de una vereda cercana al Castillo, Meta. Estudió el bachillerato en Bogotá y al graduarse del colegio, “el hambre de aprender” y su curiosidad por ir “más allá” lo motivaron a acudir a las oficinas del ICETEX y a diferentes Embajadas para averiguar las posibilidades que tenía de una beca. “Estudiar en el exterior era una de mis pocas posibilidades debido a que vengo de una familia humilde y mantenerme y pagar la matrícula en Bogotá era también muy complicado” recuerda.
A sus 18 años, con un nivel básico de inglés y sin saber una palabra en ruso, ganó una beca de la Embajada de la Unión Soviética para hacer una carrera profesional. Comenzó sus estudios en el Instituto Politécnico de Járkov. Allí hizo un año de preparatoria para aprender el idioma y nivelar su nivel de física, matemática y química y cinco años después, en 1992, se graduó de magíster en telecomunicaciones en el Instituto de Comunicaciones Bonch-Bruevitch de San Petersburgo.
Tras su grado y con unas ganas insaciables de seguir aprendiendo, el profesor Tafur quiso postular a un doctorado en el Real Instituto de Tecnología de Estocolmo, por lo que empezó a tocar puertas y a visitar profesores. “En la segunda visita, un profesor me dijo que sí. Estaba escribiendo un libro en comunicaciones por fibra óptica y necesitaba a alguien que le ayudara a hacer los gráficos y a programar en el computador. Luego me dijo que fuera a su clase y me consiguió una beca” rememora.
Vea más en ciencia: Estas son las primeras imágenes de Ganímedes, una de las lunas de Júpiter
Después de dos años, ese mismo profesor lo ayudó a viajar a Eindhoven, Países Bajos, para hacer una práctica en comunicaciones ópticas. Lo que él no se imaginaba, es que la tarde de un viernes de junio de 1996, el día de su graduación, recibiría un regalo por parte de su mentor que le cambiaría la vida: un contrato para trabajar como profesor asistente permanente en el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (TU/e).
Al día de hoy, Idelfonso Tafur Monroy es catedrático del grupo de Comunicación Electroóptica y del Instituto de Fotónica Integrada, una tecnología revolucionaria que permite la creación de chips que pueden detectar, almacenar y procesar enormes cantidades de datos utilizando luz en lugar de electricidad. Es líder del proyecto de investigación europeo “5G PPP blueSPACE”, liderado por la TU/e que desarrollará tecnología para sistemas inalámbricos 5G. Es coautor de más de 500 artículos en revistas y conferencias y ha graduado a 20 estudiantes de doctorado. Habla ocho idiomas y dirige un grupo multicultural de 18 personas provenientes de países como Hungría, Alemania, Países Bajos, España, China, Estados Unidos, México, Grecia, Rusia, Turquía y Ecuador.
Hace dos meses, el gobierno neerlandés anunció que dispondrá de un total de 1.350 millones de euros para la implementación de 10 proyectos que contribuirán al crecimiento económico del país. Entre dichos proyectos, los cuales fueron seleccionados por un comité asesor independiente, encabezado por el ex Ministro de Finanzas neerlandés, Jeroen Dijsselbloem, se destaca “QuantumDeltaNL”, un proyecto presentado por un consorcio de profesores, científicos y organizaciones líderes en tecnología cuántica, del cual hace parte el investigador colombiano Idelfonso Tafur Monroy.
Lea también: Una clase de colegio, por error, ayudó a determinar que el megalodón medía más de lo que se pensaba
En conversación con El Espectador, el profesor Tafur explica que el proyecto recibirá un subsidio de 615 millones de euros para invertir en programas de investigación de tecnología fotónica y cuántica a fin de establecer comunicaciones y redes que sean más seguras que las actuales. “Una inversión esencial” según el comité de selección, para que Países Bajos se posicione como centro y ‘hub’ de tecnología cuántica líder a nivel mundial. “La otorgación del subsidio es un reconocimiento del gobierno neerlandés de que esas tecnologías son importantes para el país, pero también es un reconocimiento para mí y para mi equipo. Es un orgullo ser reconocidos, un mérito, pero también una gran responsabilidad porque hay que mostrar resultados” concluye.
A largo plazo, Tafur quiere avanzar en las técnicas y tecnologías soportadas por circuitos de integración fotónica para la generación, detección y procesamiento de ondas electromagnéticas en el sector agroalimentario, de la comunicación, seguridad y biomedicina. En ese sentido, el científico colombiano asegura que dicha tecnología puede permitir que un agricultor pueda comprobar, sin necesidad de tomar muestras e ir a un laboratorio, si un producto está libre de residuos de pesticidas o si el producto tiene el contenido correcto de nutrientes. “Algo que se pueda hacer en el momento por medio de una conexión a internet y que sea accesible a todo el mundo, desde el productor, hasta el consumidor” asevera.
En el sector médico, Tafur indica que se puede hacer uso de tecnologías ópticas y de teraherz (thz) para crear sistemas de diagnóstico y monitoreo sin necesidad de usar agujas para monitorear los niveles de azúcar y diabetes. Asimismo, menciona que la falsificación de medicamentos es un problema global muy serio, especialmente en África y América Latina, por lo cual señala que sería de gran utilidad fomentar y dar acceso a la gente de la región para que puedan detectar de manera instantánea la autenticidad de una medicina o una vacuna.
Le puede interesar: Los 128 calamares bebés que fueron enviados a la Estación Espacial Internacional
Además de lo anterior, el profesor Tafur está pensando en trabajar en proyectos educativos con Colombia. “Cuando me fui del país tuve la oportunidad de tener una beca como estudiante colombiano, creo que llegó la hora de dar algo de regreso y ver qué podemos hacer para usar de una manera eficiente las becas del ICETEX o las becas de Colciencias de manera que la gente pueda tener las posibilidades que yo tuve” afirma. En ese sentido, el investigador admite que le gustaría tener la posibilidad de abrir su laboratorio para hacer experimentos de forma remota; descubrir talentos en Colombia por medio de su red de estudiantes, graduados y colegas; y crear posibilidades para estudiantes y profesionales colombianos dentro de la Unión Europea por medio del programa de becas “Marie Curie” o del programa neerlandés “Orange Knowledge Programme”.
Al respecto, menciona que está buscando las posibilidades de explorar un convenio con apoyo de la Embajada de Colombia en los Países Bajos y el ICETEX para realizar pasantías o intercambios de estudiantes colombianos en la Universidad Tecnológica de Eindhoven. “Talento hay en todo lado y es cuestión de llegar a descubrirlo” asegura. “En Colombia tenemos una naturaleza y una cultura de esperanza, una mentalidad de que siempre hay un mañana y de que siempre hay un mejor. No me extrañaría que quien diseñe los circuitos terahertz o quien programe un computador o un software cuántico esté en Colombia. En nuestro país abunda la curiosidad e inteligencia y aquí en Eindhoven está ese punto para aprender a hacerlo”.
*Este texto es una colaboración para El Espectador