Impacto de la pérdida de especies generada por las personas es mayor de lo esperado
Los investigadores emplearon un conjunto de datos (el más grande hasta la fecha) de todas las extinciones de aves conocidas durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno. Encontraron que, al menos, 600 especies de aves se han extinguido como resultado de las actividades humanas. Los resultados fueron publicados en la revista Science.
Durante los últimos 130.000 años, los humanos han provocado la extinción de cientos de especies de aves, lo que, además, llevó a una disminución sustancial en la diversidad funcional aviar. Ahora, un reciente estudio publicado en la revista Science, encontró que esto se tradujo en la pérdida de aproximadamente tres mil millones de años de historia evolutiva única.
En el estudio, dirigido por la Universidad de Birmingham, los científicos se centraron en analizar las consecuencias de la actual crisis de la biodiversidad y la necesidad de identificar las funciones ecológicas que se van perdiendo con las extinciones de especies, tanto de plantas como de animales.
Como punto de partida, los investigadores emplearon un conjunto de datos (el más grande hasta la fecha) de todas las extinciones de aves conocidas durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno. Encontraron que, al menos, 600 especies de aves se han extinto como resultado de las actividades humanas.
Otro de los hallazgos, se lee en el documento, mostró que “la escala de las extinciones de aves antropogénicas hasta la fecha ha resultado en una pérdida de aproximadamente 3 mil millones de años de historia evolutiva única y el 7% de la diversidad funcional aviar global”.
Esto, explican los investigadores, se traduce en una cantidad significativamente mayor de lo esperado en función del número de extinciones, pues, por ejemplo, en el caso de las aves desempeñan funciones ecológicas fundamentales.
Por ejemplo, algunas aves son agentes de control de plagas al comerse varios insectos. Otras, como las carroñeras, se encargan de reciclar materia muerta. La labor de otras, por su parte, es la de dispersar semillas, lo que permite que crezcan más plantas y árboles. También están los colibríes, que son polinizadores.
A los ojos de Tom Matthews, autor principal y doctor de la Universidad de Birmingham, “la gran cantidad de especies de aves que se han extinguido es, por supuesto, una gran parte de la crisis de extinción, pero lo que también debemos tener en cuenta es que cada especie tiene un trabajo o función dentro del medio ambiente y, por lo tanto, juega un papel realmente importante en su ecosistema”.
“Además de la diversidad funcional, cada especie también tiene una cierta cantidad de historia evolutiva, por lo tanto, cuando esa especie se extingue, es básicamente como cortar una rama del árbol de la vida y toda esa diversidad filogenética asociada también se pierde”, anota en el comunicado Matthews.
Entonces, al perderse estas especies, no solo implicaría una menor polinización de las flores o una reducción en la dispersión de las semillas, también, dicen los investigadores, significaría una afectación en la capacidad de muchas especies de plantas para rastrear el cambio climático.
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Durante los últimos 130.000 años, los humanos han provocado la extinción de cientos de especies de aves, lo que, además, llevó a una disminución sustancial en la diversidad funcional aviar. Ahora, un reciente estudio publicado en la revista Science, encontró que esto se tradujo en la pérdida de aproximadamente tres mil millones de años de historia evolutiva única.
En el estudio, dirigido por la Universidad de Birmingham, los científicos se centraron en analizar las consecuencias de la actual crisis de la biodiversidad y la necesidad de identificar las funciones ecológicas que se van perdiendo con las extinciones de especies, tanto de plantas como de animales.
Como punto de partida, los investigadores emplearon un conjunto de datos (el más grande hasta la fecha) de todas las extinciones de aves conocidas durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno. Encontraron que, al menos, 600 especies de aves se han extinto como resultado de las actividades humanas.
Otro de los hallazgos, se lee en el documento, mostró que “la escala de las extinciones de aves antropogénicas hasta la fecha ha resultado en una pérdida de aproximadamente 3 mil millones de años de historia evolutiva única y el 7% de la diversidad funcional aviar global”.
Esto, explican los investigadores, se traduce en una cantidad significativamente mayor de lo esperado en función del número de extinciones, pues, por ejemplo, en el caso de las aves desempeñan funciones ecológicas fundamentales.
Por ejemplo, algunas aves son agentes de control de plagas al comerse varios insectos. Otras, como las carroñeras, se encargan de reciclar materia muerta. La labor de otras, por su parte, es la de dispersar semillas, lo que permite que crezcan más plantas y árboles. También están los colibríes, que son polinizadores.
A los ojos de Tom Matthews, autor principal y doctor de la Universidad de Birmingham, “la gran cantidad de especies de aves que se han extinguido es, por supuesto, una gran parte de la crisis de extinción, pero lo que también debemos tener en cuenta es que cada especie tiene un trabajo o función dentro del medio ambiente y, por lo tanto, juega un papel realmente importante en su ecosistema”.
“Además de la diversidad funcional, cada especie también tiene una cierta cantidad de historia evolutiva, por lo tanto, cuando esa especie se extingue, es básicamente como cortar una rama del árbol de la vida y toda esa diversidad filogenética asociada también se pierde”, anota en el comunicado Matthews.
Entonces, al perderse estas especies, no solo implicaría una menor polinización de las flores o una reducción en la dispersión de las semillas, también, dicen los investigadores, significaría una afectación en la capacidad de muchas especies de plantas para rastrear el cambio climático.
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