James Webb, un nombre controversial para el Observatorio Espacial más sofisticado
James Webb, el nombre que lleva el telescopio que será lanzado este 25 de diciembre, fue un personaje controversial. Sobre él recaen varias acusaciones.
Andrea Guzmán Mesa*
@Astroandrea
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) transformará nuestro entendimiento del Universo con sus ojos capaces de observar en el infrarrojo (radiación térmica), a longitudes de onda que son más largas que aquellas que su predecesor, el Telescopio Espacial Hubble (HST), puede ver. El JWST podrá observar desde la luz de las galaxias más distantes hasta descifrar la composición de las atmósferas de planetas fuera de nuestro sistema solar, acercándonos con ello a las respuestas de algunas de las preguntas que hemos tenido sobre el cosmos como humanidad.
Sin embargo, mucho se ha hablado de los instrumentos del JWST, de los avances que este nuevo telescopio espacial traerá a las distintas áreas de la astrofísica, pero, ¿quién fue James Webb, el personaje del cual deriva el nombre de este telescopio? (Puede leer: El Telescopio James Webb: inicia la búsqueda de la primera luz).
En la década de 1950 ser homosexual era sinónimo de tener una enfermedad mental. Tanto gays como lesbianas eran considerados personas que, al tener un carácter moral débil, podían ser manipulados, siendo por ende un “riesgo para la seguridad nacional”. Este periodo se conoció como el “Terror Lavanda” (Lavender Scare en inglés), haciendo alusión al “Terror Rojo” (Red Scare en inglés) que se refería a la persecución de los comunistas en la misma época. Como resultado de esta política anti-gay, miles de empleados del gobierno de los Estados Unidos fueron despedidos o se vieron obligados a dejar sus trabajos. En pocas palabras, el gobierno estadounidense normalizó la persecución de los homosexuales a través de la institucionalización de la homofobia. Fue solo hasta 1998 en el que tal ley discriminatoria y homofóbica fue derogada en el proceso de empleo gubernamental.
Generalmente, los nombres de las misiones de Nasa llevan el nombre de un científico (mayoritariamente hombres) como el Telescopio Espacial Hubble, nombrado en honor de Edwin Hubble, un astrónomo estadounidense que descubrió que nuestro universo se expande. El Telescopio de rayos-X Chandra fue nombrado así en homenaje al famoso premio Nobel en Física de ascendencia India, Subrahmanyan Chandrasekhar. Hasta hace poco y luego de 62 años, por primera vez uno de los programas de Nasa lleva el nombre de una mujer, el " Nancy Grace Roman Space Telescope”, en honor a Nancy Grace Roman la pionera del Telescopio Espacial Hubble. (Le puede interesar: Comprender planetas fuera de nuestro sistema solar, otra misión del James Webb).
En contraste, James Webb no fue un científico. Webb fue por muchos años un funcionario público del gobierno de Estados Unidos y se convertiría en el segundo director de la Nasa en 1961, durante la época de las misiones Apolo que llevarían a la humanidad a la Luna. Anteriormente a esto, ocupó un puesto de alto nivel en el Departamento de Estado. Desde esta posición de poder, James Webb estuvo involucrado en las decisiones que llevarían a la institucionalización de tal política excluyente contra la comunidad LGBTQI+.
La idea de llamar al nuevo proyecto James Webb Space Telescope (originalmente denominado como Next Generation Space Telescope (NGST)) provino casi que unilateralmente del ex director de Nasa Sean O’Keefe en 2002, como un reconocimiento a las contribuciones de Webb al programa espacial americano y a la consolidación de la investigación científica como una actividad central de la Nasa.
En 2015, un par de blogs revelaron la complicidad de James Webb en el “Terror Lavanda”, llamando así la atención de la comunidad astronómica. Pero fue solo a principios de este año, ante el inminente lanzamiento del JWST, que un blog reivindicando el nombre de James Webb en esta controversia trajo el tema de vuelta a la opinión pública. A raíz de estos hechos, un artículo en Scientific American escrito por astrónomos mayoritariamente queer y una petición firmada por al menos 1200 personas, incluidos astrónomos y astrónomas profesionales y en formación alrededor del mundo, instó a la agencia espacial a reconsiderar el nombre del telescopio.
Recientemente una investigación de los archivos llevada a cabo por Nasa, arrojó que no había evidencia suficiente que justificara cambiar el nombre de JWST y/o que probara concluyentemente que James Webb había participado en los mencionados hechos.
Esta no es la primera vez que la astronomía, una ciencia históricamente dominada por hombres blancos, ha excluido activamente a minorías por género, orientación sexual, y/o raza. Recordemos a las mal llamadas “computadoras de Harvard”, un grupo de mujeres que a finales del siglo XIX analizaron miles de placas fotográficas del cielo nocturno. Una labor que era considerada por ese entonces poco especializada y secretarial. Sin embargo, este trabajo fue increíblemente importante; los datos adquiridos proporcionaron las bases empíricas para algunos de los pilares de la investigación astronómica de hoy en día. (Lea: Dos colombianas entre las científicas que analizarán las primeras observaciones del telescopio espacial James Webb).
La decisión de Nasa de no cambiar el nombre de JWST solo refuerza la exclusión y acoso a la que se han visto sometidos científicos y científicas provenientes de minorías e identidades marginalizadas. Por lo pronto, es nuestra tarea abogar por que exista más inversión en políticas gubernamentales e institucionales enfocadas a diversificar la ciencia y programas de acompañamiento profesional para esta población en los campos de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En cuanto al JWST, cabe resaltar que dos de sus cuatro instrumentos científicos son liderados por mujeres: Marcia Rieke (Universidad de Arizona, EE.UU) y Gillian Wright (UK Astronomy Technology Centre, Escocia) y que un gran número de mujeres han contribuido a que este telescopio espacial sea una realidad. En el primer ciclo de propuestas aceptadas para observar con el JWST, un tercio de ellas (31.5%) están lideradas por mujeres; dos de ellas, por científicas colombianas.
A falta de un mejor nombre que refleje la diversidad y tenacidad de la comunidad astronómica a lo largo de la historia como lo es el nombre de Henrrieta Leavitt (descubrió cómo medir distancias estelares) o Cecilia Payne-Gaposchkin (descubrió que las estrellas están compuestas de Hidrógeno y Helio) o Katherine Johnson (matemática afro-americana cuyos cálculos fueron fundamentales para el éxito del programa Apolo), como varios otros colegas, yo me uniré a la sugerencia de referirme al JWST como el Just Wonderful Space Telescope – El simplemente maravilloso Telescopio Espacial.
*Andrea Guzmán Mesa es estudiante de PhD en Astrofísica
Universidad de Berna, Suiza
CHIA - Colombianas Haciendo Investigación en Astrociencia
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) transformará nuestro entendimiento del Universo con sus ojos capaces de observar en el infrarrojo (radiación térmica), a longitudes de onda que son más largas que aquellas que su predecesor, el Telescopio Espacial Hubble (HST), puede ver. El JWST podrá observar desde la luz de las galaxias más distantes hasta descifrar la composición de las atmósferas de planetas fuera de nuestro sistema solar, acercándonos con ello a las respuestas de algunas de las preguntas que hemos tenido sobre el cosmos como humanidad.
Sin embargo, mucho se ha hablado de los instrumentos del JWST, de los avances que este nuevo telescopio espacial traerá a las distintas áreas de la astrofísica, pero, ¿quién fue James Webb, el personaje del cual deriva el nombre de este telescopio? (Puede leer: El Telescopio James Webb: inicia la búsqueda de la primera luz).
En la década de 1950 ser homosexual era sinónimo de tener una enfermedad mental. Tanto gays como lesbianas eran considerados personas que, al tener un carácter moral débil, podían ser manipulados, siendo por ende un “riesgo para la seguridad nacional”. Este periodo se conoció como el “Terror Lavanda” (Lavender Scare en inglés), haciendo alusión al “Terror Rojo” (Red Scare en inglés) que se refería a la persecución de los comunistas en la misma época. Como resultado de esta política anti-gay, miles de empleados del gobierno de los Estados Unidos fueron despedidos o se vieron obligados a dejar sus trabajos. En pocas palabras, el gobierno estadounidense normalizó la persecución de los homosexuales a través de la institucionalización de la homofobia. Fue solo hasta 1998 en el que tal ley discriminatoria y homofóbica fue derogada en el proceso de empleo gubernamental.
Generalmente, los nombres de las misiones de Nasa llevan el nombre de un científico (mayoritariamente hombres) como el Telescopio Espacial Hubble, nombrado en honor de Edwin Hubble, un astrónomo estadounidense que descubrió que nuestro universo se expande. El Telescopio de rayos-X Chandra fue nombrado así en homenaje al famoso premio Nobel en Física de ascendencia India, Subrahmanyan Chandrasekhar. Hasta hace poco y luego de 62 años, por primera vez uno de los programas de Nasa lleva el nombre de una mujer, el " Nancy Grace Roman Space Telescope”, en honor a Nancy Grace Roman la pionera del Telescopio Espacial Hubble. (Le puede interesar: Comprender planetas fuera de nuestro sistema solar, otra misión del James Webb).
En contraste, James Webb no fue un científico. Webb fue por muchos años un funcionario público del gobierno de Estados Unidos y se convertiría en el segundo director de la Nasa en 1961, durante la época de las misiones Apolo que llevarían a la humanidad a la Luna. Anteriormente a esto, ocupó un puesto de alto nivel en el Departamento de Estado. Desde esta posición de poder, James Webb estuvo involucrado en las decisiones que llevarían a la institucionalización de tal política excluyente contra la comunidad LGBTQI+.
La idea de llamar al nuevo proyecto James Webb Space Telescope (originalmente denominado como Next Generation Space Telescope (NGST)) provino casi que unilateralmente del ex director de Nasa Sean O’Keefe en 2002, como un reconocimiento a las contribuciones de Webb al programa espacial americano y a la consolidación de la investigación científica como una actividad central de la Nasa.
En 2015, un par de blogs revelaron la complicidad de James Webb en el “Terror Lavanda”, llamando así la atención de la comunidad astronómica. Pero fue solo a principios de este año, ante el inminente lanzamiento del JWST, que un blog reivindicando el nombre de James Webb en esta controversia trajo el tema de vuelta a la opinión pública. A raíz de estos hechos, un artículo en Scientific American escrito por astrónomos mayoritariamente queer y una petición firmada por al menos 1200 personas, incluidos astrónomos y astrónomas profesionales y en formación alrededor del mundo, instó a la agencia espacial a reconsiderar el nombre del telescopio.
Recientemente una investigación de los archivos llevada a cabo por Nasa, arrojó que no había evidencia suficiente que justificara cambiar el nombre de JWST y/o que probara concluyentemente que James Webb había participado en los mencionados hechos.
Esta no es la primera vez que la astronomía, una ciencia históricamente dominada por hombres blancos, ha excluido activamente a minorías por género, orientación sexual, y/o raza. Recordemos a las mal llamadas “computadoras de Harvard”, un grupo de mujeres que a finales del siglo XIX analizaron miles de placas fotográficas del cielo nocturno. Una labor que era considerada por ese entonces poco especializada y secretarial. Sin embargo, este trabajo fue increíblemente importante; los datos adquiridos proporcionaron las bases empíricas para algunos de los pilares de la investigación astronómica de hoy en día. (Lea: Dos colombianas entre las científicas que analizarán las primeras observaciones del telescopio espacial James Webb).
La decisión de Nasa de no cambiar el nombre de JWST solo refuerza la exclusión y acoso a la que se han visto sometidos científicos y científicas provenientes de minorías e identidades marginalizadas. Por lo pronto, es nuestra tarea abogar por que exista más inversión en políticas gubernamentales e institucionales enfocadas a diversificar la ciencia y programas de acompañamiento profesional para esta población en los campos de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En cuanto al JWST, cabe resaltar que dos de sus cuatro instrumentos científicos son liderados por mujeres: Marcia Rieke (Universidad de Arizona, EE.UU) y Gillian Wright (UK Astronomy Technology Centre, Escocia) y que un gran número de mujeres han contribuido a que este telescopio espacial sea una realidad. En el primer ciclo de propuestas aceptadas para observar con el JWST, un tercio de ellas (31.5%) están lideradas por mujeres; dos de ellas, por científicas colombianas.
A falta de un mejor nombre que refleje la diversidad y tenacidad de la comunidad astronómica a lo largo de la historia como lo es el nombre de Henrrieta Leavitt (descubrió cómo medir distancias estelares) o Cecilia Payne-Gaposchkin (descubrió que las estrellas están compuestas de Hidrógeno y Helio) o Katherine Johnson (matemática afro-americana cuyos cálculos fueron fundamentales para el éxito del programa Apolo), como varios otros colegas, yo me uniré a la sugerencia de referirme al JWST como el Just Wonderful Space Telescope – El simplemente maravilloso Telescopio Espacial.
*Andrea Guzmán Mesa es estudiante de PhD en Astrofísica
Universidad de Berna, Suiza
CHIA - Colombianas Haciendo Investigación en Astrociencia