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Investigadores del grupo Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad de Jaén han confirmado que un microorganismo, del género Klebsiella, contribuye a la descontaminación de aguas gracias a que asimila metales pesados, como la plata o el plomo. Los resultados del estudio pueden ayudar al desarrollo de biofiltros que contribuyan a la depuración de aguas contaminadas. (Lea también: Científicos quieren limpiar los ríos con cáscaras de naranjas)
La ventaja que el eventual uso de estas bacterias podría tener en las plantas de tratamiento de agua es que no genera lodos residuales, cuyo tratamiento genera elevados costos en estas plantas y, además, al estar cargado de estos materiales peligrosos, no pueden reutilizarse. De lograr su uso industrial, el tratamiento de aguas contaminadas sería mucho más eficiente y económico.
Para el desarrollo del proyecto, los expertos estudiaron 48 microorganismos entre hongos, levaduras y bacterias, hasta llegar a la especie más idónea para sus propósitos, es decir, a la que sea capaz de asimilar la mayor cantidad de plata y que no suponga un riesgo para las aguas tratadas. La elegida: la bacteria Klebsiella sp. 3S1, cuyo hallazgo fue divulgado en la revista Journal of Hazardous Materials.
La identificación del microorganismo tiene fines ambientales. “A pesar de la normativa actual, muy restrictiva en el vertido de metales pesados, se sigue observando la presencia de estas sustancias en el agua. Además, la existencia de plata en las aguas y su eliminación ha sido un tema poco estudiado hasta el momento. Nos hemos sorprendido al descubrir el enorme potencial de esta bacteria para el tratamiento de aguas que la convertirán en una excelente aliada contra la contaminación”, indica el investigador Antonio Jesús Muñoz, coautor del artículo.
¿Quién es esta bacteria multifuncional?
De la misma familia que la bacteria que causa la neumonía, pero sin su acción patógena, Klebsiella sp. 3S1 es un microorganismo que está presente en la naturaleza y no está modificado genéticamente.
El estudio demostró que absorbe la plata de dos formas distintas: una, mediante la bioadsorción, es decir, que retiene la plata sin que exista consumo energético por su parte. Otra, por bioacumulación, cuando la bacteria toma del ambiente sustancias nocivas y las almacena en su interior para neutralizarlas o eliminarlas posteriormente.
Además, los investigadores comprobaron que este microorganismo produce cloruro de plata, un compuesto que tiene una gran actividad antimicrobiana y antitumoral y también se usa en biosensores, por ejemplo, en la señalización de células.
Por tanto, esta bacteria podría ser una fuente de este recurso demandado por la industria biomédica, así como en la nanotecnológica, que lo aprecia por sus propiedades ópticas, eléctricas, mecánicas y estructurales. El problema es que aún no se conocen los procesos que este organismo adelanta para sintetizar el cloruro de plata, en los que pueden estar implicados diferentes enzimas y proteínas.
Esta investigación hace parte de un proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en el que estudian distintos organismos como levaduras, hongos, algas, bacterias y cierta flora acuática con capacidad de concentrar metales y de acumularlos dentro de su estructura. El objetivo es conseguir organismos que cumplan una doble función al ser descontaminantes, por un lado, y recicladores de las sustancias que asimilan, por otro.