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Hace unos años, junto a otros expertos, la bióloga bogotana Camila Martínez decidió explorar el altiplano peruano en busca de fósiles de plantas. en su exploración hizo un importante descubrimiento: un árbol fósil de 10 millones de años.
Cuando un árbol se vuelve fósil las células se preservan tridimensionalmente. Los minerales llenan los espacios que hay entre las células formando un molde exacto y convirtiendo la madera en roca.
Con estos estudios, descubrieron que la puna peruana, un ecosistema que se encuentra a la misma elevación de los páramos, hace 10 millones de años era un bosque de montaña.
Descubrimientos como este ayudan a mejorar las predicciones climáticas que, se creía, existían en el pasado y a entender cómo y cuándo se elevó la cordillera de los andes. Esos nuevos datos sirven para entender mejor cómo era el clima del pasado y cómo podría ser en el futuro, teniendo en cuenta el drástico cambio climático que vive el planeta.
Luego de este aporte científico, camila está explorando nuevas maderas fósiles en panamá y sueña con dedicarse a enseñar en colombia o en latinoamérica sobre paleobotánica.
Además, espera que colombia algún día tenga un museo de historia natural en el que exista una sala inmensa dedicada a la paleobotánica...