Sara Rengifo era curiosa y bastante inquieta. Esa “rebeldía” le costó varios problemas que se vieron reflejados en su desempeño en las materias del colegio, menos en matemáticas y física. Eran las únicas asignaturas que conseguían atraer toda su atención. Resolvía los problemas de manera ágil, sin complicaciones. Esas complejas ecuaciones la llevaron a enamorarse completamente de la ingeniería mecánica. (Lea:
Por Paula Casas Mogollón / @PauCasasM
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