La confusión y molestia que causó entre científicos el proyecto de ley de Juan Carlos Losada
Un proyecto de ley radicado por el representante animalista Juan Carlos Losada generó malestar entre biólogos e investigadores en Colombia. La iniciativa busca limitar la experimentación en animales, pero muchos científicos criticaron el impacto que tendría en la producción de ciencia nacional. Tras las críticas, Losada se comprometió a escuchar las distintas opiniones para incluir dentro del proyecto.
Durante este pasado fin de semana, varios biólogos, médicos y otros investigadores expresaron su malestar a través de redes sociales al conocer un proyecto de ley radicado por el representante a la Cámara, Juan Carlos Losada, quien se reconoce como animalista y es del Partido Liberal. El proyecto plantea unas normas sobre el “uso de animales en investigación, educación y estudios biológicos”.
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Durante este pasado fin de semana, varios biólogos, médicos y otros investigadores expresaron su malestar a través de redes sociales al conocer un proyecto de ley radicado por el representante a la Cámara, Juan Carlos Losada, quien se reconoce como animalista y es del Partido Liberal. El proyecto plantea unas normas sobre el “uso de animales en investigación, educación y estudios biológicos”.
Es importante aclarar, antes que nada, que el proyecto de ley apenas fue radicado en la Comisión Primera Constitucional Permanente, y ni siquiera ha pasado por su primer debate.
Entre esas normas o medidas, el proyecto prohíbe el uso de animales vivos en investigación, educación y estudios biológicos en varias circunstancias, así como el sacrificio de animales para los mismos objetivos, salvo en casos muy puntuales, como, por ejemplo, para evitar que los animales “sufran”.
El proyecto de ley incluye 29 artículos y muchos de ellos han sido criticados y tildados de “anticientíficos” por investigadores colombianos en Twitter. Daniel Cadena, biólogo y decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes, por ejemplo, escribió que: “La prohibición propuesta de usar animales para educación y estudios biológicos es un despropósito equivalente a acabar con la biología animal en uno de los países más biodiversos”. ¿Qué es lo que propone el proyecto y por qué ha despertado tanta crítica?
Lo que dice el proyecto de ley
Según el documento radicado, el proyecto de ley tiene como objetivo “limitar y regular el uso de animales en investigación, educación y estudios biológicos con el fin de establecer parámetros de protección y bienestar animal, así como de fortalecer las competencias existentes y asignar nuevas responsabilidades en torno a la vigilancia, el seguimiento y la expedición de permisos en esta materia”. (También puede leer: Hipopótamo y perro grabados en Puerto Triunfo no son amigos; son un gran problema)
Ante las críticas, el representante Losada escribió a través de su cuenta de Twitter que la iniciativa no busca prohibir la experimentación en animales, ni la investigación para la biología. “Lo que sí buscamos es regular los procesos para que no se repitan casos como los de Manuel Elkin Patarroyo y Caucaseco”, afirmó.
El proyecto, contó Losada, se construyó junto con las organizaciones animalistas Peta y Animal Defenders para, dijo, actualizar las reglas para procesos de experimentación en animales, incluidas en la ley 84 de 1989. “La experimentación en animales no tiene normas claras en Colombia, hay corrupción, (…) pocos avances y gravísimos casos de maltrato animal”, escribió el congresista.
El problema del proyecto, resaltaron varios biólogos, epidemiólogos y salubristas, es que, tal como está escrito, desconoce algunas de las implicaciones que podría tener. Por ejemplo, afirmaron, limitaría y pondría serias trabas al ejercicio de investigación científica, lo que podría terminar impactando negativamente el monitoreo de la biodiversidad, las colecciones de animales y hasta los estudios de enfermedades.
Hay tres artículos en particular que han provocado mucho ruido dentro de la comunidad científica de Colombia: los artículos 10, 11 y 27. El artículo 10 expone los casos en que se prohíbe el uso de animales vivos para investigación y estudio, como “cuando los resultados del experimento o investigación sean conocidos con anterioridad, cuando los animales o condiciones en que están no sean efectivas para alcanzar el objetivo de la investigación o cuando la investigación esté orientada hacia una actividad exclusivamente comercial”.
En el caso de las actividades de educación e investigación que utilicen animales, deben apegarse a ciertos parámetros incluidos en el artículo 11. Por ejemplo, este plantea que los animales deben estar en espacios suficientemente amplios para moverse y con acceso a agua potable y que las condiciones en que estén deben ser verificadas diariamente por un profesional que vele por que esas circunstancias prevengan o minimicen el dolor al que están expuestos los animales.
Otro de los puntos de este artículo establece que el uso de animales silvestres en investigación será “excepcional” y solo podrá considerar y posiblemente aprobarse si hay una emergencia que pongan en riesgo la supervivencia de una especie silvestre o si se declara una emergencia de salud pública en conexión con una especie silvestre. (Le puede interesar: El problema del que no se está hablando con el sacrificio de dos chimpancés en Pereira)
Para la bióloga experta en conservación de fauna silvestre, Nataly Castelblanco, este uso excepcional tendría consecuencias graves en un país megadiverso como Colombia. Esto, escribió en Twitter, “significa prohibir los censos e inventarios de muchos grupos faunísticos claves, es decir nos quedaremos sin monitoreo de biodiversidad”. Otros también se preguntaron qué podría implicar esta prohibición para las colecciones biológicas del país. Según en Instituto Alexander von Humboldt, son “repositorios importantes de investigación en biodiversidad”; pero, según lo escrito en el proyecto de ley radicado, esta no entraría dentro de las circunstancias “excepcionales” donde se permite el uso de animales silvestres en investigación.
Este 14 de agosto, el representante Losada apareció en el programa radial 10 AM y explicó que, dentro de este artículo, “cometimos un error de palabra, y pusimos biológico, pero nos referíamos a biomédico”. La limitación, sostuvo, sería para investigaciones de este tipo, porque no “son tan concluyentes para la producción de vacunas”. El proyecto de ley también prohíbe el sacrificio de cualquier animal silvestre, excluyendo situaciones donde se sacrifiquen para poner fin a “intensos sufrimientos” causados por lesiones o enfermedades, o porque el animal tenga una incapacidad grave o “vejez extrema”.
Según estos parámetros, Castelblanco planteó la siguiente situación hipotética en su cuenta de Twitter: si se realiza una investigación de insectos vectores de enfermedades tropicales, como el mosquito que transmite el dengue, ¿solo podrían ser sacrificados si están lisiados?, se preguntó. Por ahora, no hay muchos más detalles sobre estas dudas. Uno de los problemas principales que resaltó la bióloga Sara Acosta en Twitter es que el proyecto de ley no especifica lo que entiende por estudios biológicos.
“Una cosa es laboratorio, otra trabajo en campo, práctica veterinaria, reproducción en zoológico... hay un sin número de investigaciones que se hacen en el marco de la fauna silvestre” escribió Acosta.
¿Ya no es necesario hacer pruebas en animales?
En este mismo programa radial, Losada citó el caso de Estados Unidos como justificación para el proyecto de ley. En ese país, contó, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos recientemente determinó que los ensayos clínicos de medicamentos para humanos no necesitan utilizar animales para ser aprobados. Esta nueva reglamentación fue celebrada por organizaciones animalistas y varios grupos de investigadores. La lógica detrás de ella es que, en varios casos, las pruebas en animales no son necesarias, porque no son tan efectivas.
Como citó el medio especializado Science, según Don Ingber, bioingeniero de la Universidad de Harvard, “los modelos animales se equivocan más a menudo de lo que aciertan”. A pesar de que las empresas utilizan miles de animales en ensayos clínicos, más de nueve de cada 10 medicamentos que se prueban en humanos después fracasan por su inseguridad o ineficacia, según Science.
Por eso, para investigadores como Ingber la respuesta está en desarrollos como tecnologías de chips de órganos o modelos de computadores. De acuerdo con Losada, el propósito del proyecto de ley también busca que Colombia esté “a la vanguardia de temas regulatorios” y que se impulsen alternativas que no requieran el uso de animales. Pero hay varias cosas que aclarar. Primero, que las tecnologías sin animales están “aún “en pañales” y no podrán sustituir a los modelos animales hasta dentro de “muchos, muchos años”, según sostuvo el experto en investigación animal Jim Newman para el portal Science.
Y, segundo, que la investigación con animales igual sigue varios requisitos. Como explicó la bióloga Mariana Vélez a través de Twitter, el proyecto de ley parece partir de la idea “que los estudios en animales se hacen por capricho y que por eso se hacen para cualquier cosa y de cualquier manera”. Pero, agregó, en las investigaciones con animales “primero se evalúa la pertinencia a través de comités de ética, y efectivamente, a uno jamás lo van a dejar experimentar con animales si hay otra opción o si la extracción de los individuos pone en riesgo a la población”. Después de todo el debate, Losada se comprometió a escuchar las opiniones y a reconsiderar aspectos del proyecto, que se encuentra apenas en trámite en la Comisión.
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