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Fósiles recuperados en la frontera entre Suiza e Italia, correspondiente a dos especies de Tanystropheus, un reptil marino que vivió hace 240 millones de años, mostraron comportamientos entre predadores y presas que rara vez son documentados en este tipo de fósiles. (Le puede interesar: ¿Dormir siestas durante el día mejora la salud cerebral? Esto dice la ciencia)
El Tanystropheus se caracterizaba entre los reptiles vertebrados de cuatro patas por tener un cuello particularmente largo. Las dos especies analizadas correspondían a una de 1.5 metros de larga, incluyendo su cuello, y otra de seis metros.
De acuerdo con la investigación, publicada en la revista Current Biology, se analizaron las fracturas que presentaban los fósiles en esta zona del cuerpo, que es lo que se conserva de sus restos.
Los investigadores coincidieron en que es muy probable que las fracturas hayan sido producto del ataque mortal de un predador. El cuello extremadamente largo de estos animales habría sido un gran punto débil para su supervivencia, algo que sabían aprovechar los predadores marinos (entre estos, otros reptiles) para alimentarse. (También puede leer: La foto que capturó la misión Juno de un relámpago en Júpiter)
Esta evidencia constituye un aspecto en el estudio de los fósiles que no se documenta con mucha frecuencia, pero que da cuenta de interacciones entre presas y predadores en el período Mesozoico, y que da pistas sobre la evolución en los comportamientos de los predadores y la morfología de los reptiles.
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