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Las arañas han caído en una red de desinformación, una cadena que las está poniendo en peligro. Así lo logró determinar un grupo de investigadores que analizó una década de las historias que se han registrado en varios países sobre los encuentros entre las arañas y los humanos. (Lea: ¿Qué tienen en común los humanos y las arañas? Al parecer, ambos sueñan)
De acuerdo con los resultados, publicados en la revista Current Biology, basados en el análisis de una década de historias periodísticas de docenas de países se evidencia que “casi la mitad de los informes contienen errores”.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron más de 5.000 historias de periódicos de 81 países sobre humanos y arañas que hubiesen sido publicados entre 2010 a 2022. Otro de los hallazgos, reseña el documento, señala que e “43% de las historias eran sensacionalistas, a menudo usando palabras como desagradable, asesino, agonía y pesadilla”.
Catherine Scott, una de las autoras del estudio y aracnóloga de la Universidad McGill, en Montreal, “la gran mayoría del contenido de arañas que existe trata de que dan miedo y lastiman a las personas. Pero, en realidad, casi nunca muerden a las personas”, señala a Science News. (Puede leer: Las 139 nuevas especies que entran a los registros de la ciencia)
De las 50.000 especies de arañas que son conocidas, muy pocas son peligrosas. “Muchas especies nos benefician al comer insectos como los mosquitos, que son dañinos para las personas. Incluso con las raras excepciones como la araña reclusa parda y la viuda negra, las picaduras son extremadamente poco comunes”, advierte la investigadora.
Cuando se registran mordeduras, añade Scott, en varias historias culpan a las arañas cuando esos ataques se dan en su hábitat natural y en otras informan de síntomas que no corresponden a los presentados por una mordedura.
Para Scott, “si las personas supieran la verdad sobre las arañas, podrían pasar menos tiempo culpándolas por las mordeduras y matándolas con pesticidas que son tóxicos para muchas otras especies, incluidos los humanos”. (Le puede interesar: Fósiles de 500 millones de años hacen replantear la evolución de insectos y arañas)
El estudio concluye invitando a los medios de comunicación a ser más responsables con la información que publican, pues son los responsables de formar la opinión pública. “Esto puede influir en las decisiones sobre la conservación de la vida silvestre”, dice el documento.
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