La discordia en torno al presupuesto del Minciencias para el 2024
En el Presupuesto para el 2024, al Ministerio de Ciencia le tocaron $400 mil millones, 25% menos que en 2023. Aunque su ministra, Yesenia Olaya, dice que esos recursos pueden ser realmente $5,8 billones, incluyendo plata de regalías y tributación, integrantes de la comunidad científica no están de acuerdo. Dicen que hay un desfinanciamiento histórico en el sector.
Luisa Fernanda Orozco
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación quedó de último en la fila del Presupuesto General de la Nación para 2024. Le destinaron $400 mil millones, lo que representa una reducción del 25 % comparado con la plata que le dieron en 2023 (teniendo en cuenta a la corrección monetaria del próximo año).
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El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación quedó de último en la fila del Presupuesto General de la Nación para 2024. Le destinaron $400 mil millones, lo que representa una reducción del 25 % comparado con la plata que le dieron en 2023 (teniendo en cuenta a la corrección monetaria del próximo año).
Luego de la asignación, la ministra Yesenia Olaya, en cabeza de Minciencias, dijo que, realmente, no eran solo $400 mil millones de pesos. También sumó $2,5 billones que entrarían por Beneficios Tributarios y $2,9, que ingresarían por el Sistema General de Regalías. Eso, en total, sumaría $5,8 billones según Olaya.
Pero su cálculo ha causado polémica en la comunidad científica, pues para algunos esa asignación presupuestal no es tan sencilla como parece.
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Comencemos por los beneficios tributarios (descuento de impuestos) que, según Minciencias, se otorgan a las empresas que inviertan en proyectos de ciencia, tecnología e innovación. También existen beneficios para compañías que vinculen, por ejemplo, a personas con doctorado o compren equipos y elementos de alta calidad.
En un comunicado publicado el 19 de octubre, Minciencias defendió la adición de beneficios tributarios a su presupuesto y dijo que ya se abrió una convocatoria por $800 mil millones para micro, pequeñas, medianas y grandes empresas que quieran invertir en ciencia.
Pero otra es la posición de Gabriela Delgado, doctora en Ciencias Farmacéuticas e integrante de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, quien explica que “por beneficios tributarios no se pueden financiar investigadores”.
Sobre eso, Fanor Mondragón, químico e integrante de la Academia de Ciencias Exactas, dice que, aunque los recursos por beneficios tributarios puedan ser abundantes, responden a las necesidades de una empresa determinada que necesita reducir sus impuestos. “Puede que esto coincida con algunas líneas de la política de ciencia y tecnología, pero no necesariamente. Además, los recursos que saldrían de ese rubro no se utilizarían específicamente para financiar proyectos investigativos. Por ningún motivo se puede pensar que esos dineros podrían reemplazar lo asignado por el PGN”, explica Mondragón.
Delgado también explica que, en algunas ocasiones, los proyectos de investigación ya tienen que haber comenzado para que las empresas inviertan en ellos. Lo que les quedaría, en últimas, sería la plata que se les asigne por devolución del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido). “Eso, en últimas, no es una financiación concreta”, cuenta Delgado.
Diferentes posiciones frente a las regalías
Las regalías, en términos simples, son el pago que hacen las compañías petroleras y mineras al Estado colombiano por explotar yacimientos de un recurso natural no renovable. Por ejemplo, las petroleras entregan al Estado entre el 8% y el 25 % del valor de la producción de petróleo crudo.
Pero para Moisés Wasserman, bioquímico, exrector de la Universidad Nacional e integrante de la Misión de Sabios de 2019, hay un gran dilema en torno a estas regalías que se destinan para proyectos de ciencia: si, como lo ha sugerido el Gobierno de Gustavo Petro, no invertirá más en nuevos proyectos mineros y petroleros, ¿cómo garantizar que haya dinero proveniente de esa fuente? A sus ojos, esa decisión deja en veremos esos recursos.
Mondragón también dice que fiarse de las regalías es confiar en un recurso que además depende de las inversiones que Colombia hace en el mercado internacional. “Esas inversiones, también llamadas commodities, pueden caer de un momento a otro. Eso quiere decir que son una suma de dinero que no es fija, sino que es variable” asegura.
Por la misma línea, Delgado dice que hay un peligro en el hecho de que el presupuesto de Minciencias se confíe de recursos así, variables, pues, en otros países, ese tipo de dineros suelen asignarse para financiar proyectos especiales, no para complementar el recurso definitivo de ciencia y tecnología.
Hay un punto más que ha causado controversia. Como actualmente, las regalías se destinan a solucionar las necesidades básicas insatisfechas de los departamentos y municipios, su asignación depende de las prioridades de los gobernadores, una situación que muchas veces ha generado dificultades en algunas convocatorias. Como contamos en estas páginas hace un par de meses, hay casos de investigadores que, pese a obtener buena calificación en sus proyectos, quedan a medio camino por no poder conseguir una carta de algún gobernador. Wasserman intuye que, según lo que se plantea para el presupuesto de 2024 para Minciencias, serán los gobernadores quienes definan qué porcentaje de las regalías va para ciencia, tecnología e innovación. Delgado menciona otra situación: muchas veces se designan recursos para un departamento, cuando no tiene la suficiente infraestructura para llevar a cabo el proyecto de investigación.
Aunque intentamos conversar con la ministra Olaya, pero fue imposible obtener una respuesta, en algunas entrevistas ha dejado claro que para ella el Sistema General de Regalías es una fuente importante de inversión en ciencia. “Minciencias da los lineamientos hacia dónde deben dirigirse las convocatorias que van a impactar el desarrollo científico y tecnológico de las regiones (...). No diría que no es una fuente de financiación importante, lo que hay que ver es cuál es el direccionamiento que se le está haciendo a esos recursos para impactar el desarrollo de la ciencia e involucrar a las regiones”, le dijo Olaya a El Tiempo hace unos días.
También recordó que Minciencias está construyendo el plan bienal de convocatorias con un enfoque en cada una de las regiones del país. De manera más puntual, según Olaya, son cerca de 360 demandas territoriales agrupadas en 11 convocatorias estratégicas.
Pero para Delgado es claro que las regalías no son para toda la comunidad científica, sino para ciertos departamentos con determinadas condiciones. “Lo que realmente deberíamos tener son recursos fijos que permitan nutrir y oxigenar el sistema”, cuenta ella. “La reducción a Minciencias ahora es una cuestión histórica. No hay voluntad política”, añade Wasserman.
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La única certeza
Delgado, Mondragón y Wasserman coinciden en que la situación en torno al presupuesto del Mincienciasdejaría a la ciencia, tecnología e innovación solo con un recurso fijo: $400 mil millones, que fue lo que le asignaron en el presupuesto para el 2024.
¿Alcanzarían esos recursos para los investigadores que tiene el país, además de subsanar los gastos propios del Ministerio? ¿Son suficientes? Concuerdan en que no. “Eso hace que los jóvenes talentos quieran irse del país, porque realmente acá no se pueden cumplir sus proyectos”, dice Mondragón. “Se trata de un trabajo que los investigadores deben hacer con las uñas”, complementa Delgado.
Una idea que tal vez ayudaría a resolver los apuros financieros del Minciencias es, dicen, asignar un presupuesto fijo a esa cartera. De hecho, hay una propuesta que algunos integrantes del gremio, como varios miembros de la Academia de Ciencias Exactas, quieren llevar al Congreso que busca un propósito similar, aunque Mondragón es un poco escéptico con el apoyo que tendrán por parte de senadores y representantes a la Cámara.
Aunque para Wasserman es muy difícil igualar a otros países que tienen, como mínimo, el 1 % de su Producto Interno Bruto (PIB) destinado a ciencia, es un camino que Colombia debería empezar a buscar. Incluso, y en palabras de Delgado, si Minciencias lograra cumplir con los $5,8 billones que se planteó, esto no representaría siquiera el 0,27 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia.
Germán Puerta, integrante de la Asociación de Astronomía de Colombia (ASASAC), dice que, aunque estos recursos puedan asignarse, son muy difíciles de aplicar. “La Misión de Sabios fue clarísima en sus recomendaciones, pero poco se ha aplicado de eso en nuestro país”, comenta.
En 2019 la Misión de Sabios en 2019 propuso incrementar la inversión en Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI) al 2% del PIB, así como la meta de aumentar el número de doctores cada año. Sin embargo, parece que ese objetivo aún es muy lejano.