La engañosa historia de la “primera astronauta colombiana”
Varios medios de comunicación han presentado a Giovanna Ramírez como la primera astronauta del país, algo que no es cierto. Aunque ella admite que ha sido un error, sus pasos en falso y la confusión que ha generado con sus apariciones públicas, está inquietando a la comunidad científica. ¿Qué es verdad y qué no en su historia?
Sergio Silva Numa
El pasado 9 de octubre, el Canal RCN emitió un capítulo más del popular programa “Yo José Gabriel”. A diferencia de otras oportunidades, entre sus invitados estaba alguien que no hace parte del mundo del entretenimiento, pero su historia sedujo al veterano presentador colombiano. “Está con nosotros la famosa astronauta Giovanna Ramírez”, fue las palabras que usó para presentarla. Así quedó consignado en la propaganda que promocionó el canal los días previos a la emisión.
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El pasado 9 de octubre, el Canal RCN emitió un capítulo más del popular programa “Yo José Gabriel”. A diferencia de otras oportunidades, entre sus invitados estaba alguien que no hace parte del mundo del entretenimiento, pero su historia sedujo al veterano presentador colombiano. “Está con nosotros la famosa astronauta Giovanna Ramírez”, fue las palabras que usó para presentarla. Así quedó consignado en la propaganda que promocionó el canal los días previos a la emisión.
No era la primera vez que Giovanna Ramírez, siempre vestida con un atuendo similar al de los astronautas, aparecía en medios de comunicación. Su supuesto “recorrido” ha cautivado a varios periodistas. En agosto, fue invitada a Teleamiga, donde la presentaron como ingeniera electrónica y “la primera astronauta de nuestro país”. Ese mismo mes, en las noticias de CityTv, anunciaron su “impresionante historia (...) Una astronauta colombiana fue galardonada debido a su destacado desempeño. Con sólo 27 años se ha abierto paso en el campo espacial”.
Noticias Caracol, El Tiempo y Radio Nacional son otros de los espacios que han resaltado la vida de Ramírez. El último en hacerlo fue, hace pocos días, RCN Radio con un título sugerente: “La historia de la primera astronauta colombiana que viajaría al espacio”. Varias de estas entrevistas y perfiles han sido replicados por Ramírez en sus redes sociales y por la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, de donde se graduó como ingeniera electrónica y hoy es profesora. Basta darle una mirada al canal de Youtube de esa institución.
Nada de eso sería extraordinario, si su historia no hubiese empezado a causar incomodidad entre algunos científicos que sospechan de los logros que se atribuye Ramírez y de la hoja de vida con la que suele ser presentada. “Si ustedes se han cruzado con un artículo en estos días con la historia de una supuesta astronauta colombiana que va a ir al espacio y a la Estación Internacional Espacial, les pido que lo cojan con pinzas. Colombia no tiene ningún/a astronauta”, anotó en su Twitter hace poco Andrea Guzmán, candidata a doctora en Astrofísica en la Universidad de Bern (Suiza).
Sebastián Valencia, ingeniero aeroespacial y máster en Astronáutica e Ingeniería Espacial de la Universidad de Cranfield (Reino Unido) fue otra de las personas que reaccionó con asombro. Por teléfono, recuerda que, ya en otra oportunidad, miembros de la National Space Society Colombia -de la que hace parte- le han solicitado a Ramírez que rectifique parte de esa información.
“La comunidad de astrónomos también ha hablado con ella. Le hemos hecho saber nuestro descontento y le hemos sugerido que rectifique la manera en que se comunica y parte de la información que está publicando”, dice María Gracia Batista, candidata a PhD en Astronomía por la U. Nacional y Coordinadora del Observatorio Astronómico de la Universidad de los Andes (su opinión no representa a ninguna de esas instituciones).
Las peticiones, sin embargo, parecen no haber tenido eco. En sus redes sociales, Giovanna Ramírez, suele compartir esas entrevistas, los premios que ha recibido y los eventos a los que ha sido invitada para hablar de su experiencia. La Corporación Universitaria del Huila, la Universidad Surcolombiana, la U. de San Buenaventura (en donde es profesora), la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, el Gimnasio Alemán y el evento educativo IEEE Colombian Summit son algunos de los lugares en los que ha dado charlas de ciencia y hablado sobre astronáutica. En Huila bautizaron un salón de colegio con su nombre.
Pero, a los ojos de algunos científicos, hay varios puntos que no cuadran en su mediática historia.
En Colombia no existe ninguna astronauta
Aunque en varias de las entrevistas, Giovanna Ramírez es presentada como la primera “astronauta colombiana”, ella sabe que se trata de un grave error que ha causado discordia. “Yo siempre les he dicho que soy una astronauta análoga, que es diferente. Los primeros ya han ido al espacio, mientras que los astronautas análogos hacemos entrenamientos simulados en la Tierra. Yo estoy certificada y he trabajado por muchos años por cumplir el sueño de ir al espacio”, explica Ramírez.
A lo que se refiere, como ha explicado en medios, es que ha hecho una serie de entrenamientos en lugares donde simulan algunas condiciones de puntos en el espacio, como Marte o la Luna. Uno de los que suele resaltar es el Centro de Entrenamiento Aeroespacial en Polonia. Otro es México. No lleva una cuenta precisa de cuántos ha hecho, pero cree que son más de treinta.
Pero, para algunos, el problema está, precisamente, en el uso del término “astronauta análogo” y el significado que Ramírez le ha dado. “Un astronauta, antes de ir al espacio, debe convertirse en un astronauta análogo, donde hace simulaciones. Debe hacer simulaciones, prepararse en hábitat, bajo el agua, trabajar con su tripulación y hacer experimentos”, dijo en una entrevista.
Es una idea que a Óscar Ojeda le suena muy extraña. Ingeniero mecánico de la U. Nacional y estudiante de doctorado en la A&M University, en Texas, EE.UU., Ojeda fundó hace un tiempo la Fundación Cydonia, con la cual creó una estación análoga en Chía, al norte de Bogotá.
Cuando habla sobre este lugar, compuesto por 5 estructuras habitables en 178 metros cuadrados, Ojeda es prudente: “El objetivo de estos espacios es observar cómo reaccionan los humanos a ciertas condiciones que podrían presentarse en una estación planetaria. Por ejemplo, durante dos semanas, hay restricciones en las comunicaciones, en el uso de agua o electricidad, o hay una dieta limitada a comidas deshidratadas o de larga vida. Entre otras cosas, vemos cambios en la fisiología o cómo se puede cultivar en el invernadero que tenemos. Como una herramienta de investigación es válida, pero eso no convierte a nadie en astronauta. Está muy, muy lejos de serlo”.
A lo que se refiere Ojeda es que no por ir a esos espacios alguien se pueda autodenominar astronauta. De hecho, está en completo desacuerdo de usar el término “astronauta análogo”. “Un astronauta es alguien que pasó por un proceso de selección muy complejo y tuvo que tener un entrenamiento muy intenso, además de haber cumplido con unos requisitos muy específicos. Por eso, se suele usar el término ‘tripulación análoga’ y así evitamos confundir a las personas”, añade.
Para ser parte de una tripulación de este tipo hay que pasar un proceso de aplicación y, con frecuencia, pagar por la experiencia. En el caso de Cydonia el costo es de $500 dólares, pero el precio es mucho mayor en otros espacios, como el Mars Desert Research Station (MDRS) de la Mars Society, en el desierto de Utah (EE.UU.) o el de Polonia, al que fue Ramírez. Según su versión, ella fue a aquel lugar gracias a una beca.
Giovanna Ramírez también sabe que haber utilizado ese término ha sido problemático y dice que podría acoger el término de “tripulante análogo”. Insiste, sin embargo, que, al menos, la Agencia Nacional Mexicana lo usa y ella ha hecho varios entrenamientos en ese país.
A los ojos de Ojeda, hay otro punto que es indispensable aclarar en este asunto: “Un astronauta no debe ser un tripulante análogo para poder ser astronauta. Puede participar en estos entrenamientos, pero no es un requisito previo. No está bien que la gente crea una cosa que no es”.
“Así como tomar el timón de un avión por una hora no me convierte en piloto, realizar estos experimentos por dos semanas no lo convierte a uno en astronauta”, indica Valencia. Anteriormente, en sus perfiles de redes sociales, Ramírez, como lo muestran estas imágenes que acompañan este texto, se presentaba como “astronauta”.
Lo que sí es un requisito para ser astronauta de la Nasa, como se lee en su página web, es ser ciudadano estadounidense; tener una maestría en un campo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas); tener, al menos, dos años de experiencia profesional relacionada tras obtener el título o, mínimo, 1,000 horas de tiempo de piloto al mando en aviones a reacción; y aprobar un examen físico de astronauta de vuelo de larga duración de la agencia espacial. Pero Ramírez, dice, no es estadounidense y su maestría es de Desarrollo y Gerencia Integral de Proyectos.
Sin embargo, cuenta, está explorando otro camino para poder llegar al espacio. “No lo he hecho público, pero ya tengo un acuerdo de confidencialidad con Axiom Space. Estoy en el proceso y me he estado preparando para unos chequeos médicos. Es una iniciativa para ir a la Estación Espacial Internacional por 10 días”.
Axiom Space es una compañía que está en Houston, EE.UU., que ofrece vuelos espaciales privados. En abril de este año envió una tripulación de cuatro personas a la Estación Espacial Internacional por un período de 8 días. Salvo el astronauta de verdad que la comandaba, tres de esas personas tenían algo en común: eran extremadamente ricos. Cada uno pagó, aproximadamente, US $50 millones (dólares) por la travesía, decía The Washington Post.
Como asegura Ramírez, para solo poder realizar los exámenes médicos necesita US$ 250.000 (dólares), es decir, más de mil millones de pesos colombianos. ¿Cómo conseguir ese dinero? “Con la entidad que venimos manejándolo, se busca llevar proyectos de diferentes empresas a modo de patrocinio y proyectos de investigación. El programa de ejecución de esta iniciativa aún no se ha publicado; solo lo conocen algunas entidades. No queremos mostrarlo aún”, explica.
El otro camino que tomó para recaudar dinero fue pedir donaciones. “Ayúdame a llegar al espacio. Con tu apoyo podré realizar un entrenamiento espacial en la Nasa”, se lee en la imagen que distribuyó por sus redes sociales. Es algo que no le cuadra a la astrónoma María Gracia Batista, pues, como recuerda, la Nasa no suele entrenar a civiles. “No creo que sea adecuado recolectar dinero exponiendo esas actividades y menos sin corregir esas publicaciones donde la denominan la primera astronauta colombiana”, apunta.
Un particular premio y un singular libro
En las últimas entrevistas que concedió Giovanna Ramírez, hay punto que suele resaltar: la medalla de la Cátedra Internacional Galileo del Colegio de Posgraduados en Administración de la República Mexicana, Colparmex, que recibió a principios de agosto de este año. Es un premio, como quedó consignado en varios medios, que reconoce “a los investigadores y científicos que han aportado al desarrollo y a la gestión en el mundo”.
“Este es un gran paso para Colombia y Latinoamérica y un impulso para divulgar la ciencia, elaborar proyectos de investigación y llevar al país a un nuevo nivel de desarrollo, transmitiendo y compartiendo conocimiento. Recibir este reconocimiento de parte de una organización del prestigio internacional de la Cátedra Galileo significa la posibilidad de seguir haciendo ciencia, de seguir desarrollando más proyectos y aprendiendo más de este mundo aeroespacial”, manifestó Ramírez cuando se lo otorgaron en un salón de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.
El premio también se lo dieron a un mexicano llamado Vili Alderabán Martínez, que se autodenomina “el astronauta análogo más joven de México”. En su canal de Youtube tiene varios videos en los que reitera la misma definición de un astronauta análogo: “aquella persona que se encuentra entrenando constantemente para estar liso en caso de ser seleccionado para formar parte de una misión que va más allá de los límites de la Tierra”. También relata los detalles del “Proyecto Alfa”, una misión análoga que concretó en México junto a Giovanna Ramírez.
De esa experiencia publicaron un libro que, para Ramírez, es un buen ejemplo de divulgación científica y que suele mencionar entre su producción como investigadora. ¿Su título? “Cuando el cielo no es el límite. Astronautas análogos”.
Al darle una mirada, Juan Diego Soler, astrofísico y divulgador científico, no cree que se trate, propiamente, de un producto de divulgación científica. Solo resalta un capítulo de historia, aunque “cae en muchos lugares comunes, como un artículo de Wikipedia. Por ejemplo, tiene trampas fáciles, como el hecho de decir que Leonardo Da Vinci inventó el helicóptero, lo cual no es cierto: su helicóptero nunca hubiera funcionado, ni era original”.
Para Soler, autor del Relatos del confín del mundo, el libro de Ramírez y Vili Alderabán Martínez “tiene cero centímetros de profundidad. Es como una cartelera de colegio y puede ser bonito en ese sentido. Es un libro de alguien que quiere ser astronauta y está obsesionado con ser astronauta, aunque es claro que cuando usted está sentado en un cohete hay una cantidad de dinero invertida y esfuerzos de mucha gente. Entonces, no porque haga pruebas de calistenia lo van a llamar de una de esas agencias. Son responsables”.
“Si es un libro dirigido para niños de primaria está perfecto para que juegue a ser astronauta. Pero no es un libro de ciencia”, opina Valencia. Aquí lo puede consultar:
Para Ramírez, de 27 años, sí tiene un valor académico. Está incluido en su hoja de vida que reposa en el Ministerio de Ciencias, junto a cuatro artículos publicados en la revista de la Fuerza Aérea Colombiana y uno más publicado en la Revista de Ciencias de Seguridad y Defensa, de la U. de las Fuerzas Armadas de Ecuador. En Google Scholar solo aparecen dos artículos y en Orcid, otro portal donde se puede consultar la actividad científica de los investigadores, no están reseñadas sus investigaciones.
Tanto su libro “Cuando el cielo no es el límite” como “Creando titanes” fueron publicados por la misma entidad que le otorgó el premio este año: el Colegio de Posgraduados en Administración de la República Mexicana, Colparmex, una institución que, tiene, además, una particularidad: salvo dos libros, absolutamente todos los que ha publicado tienen como autor a Vili Alderabán Martínez. Al menos en el listado de instituciones de educación superior del Gobierno mexicano, Colparmex no se encuentra.
Por su parte, en uno de sus videos, Alderabán Martínez cuenta que en noviembre de 2021, el “Capítulo Colombiano de la sociedad de Sistemas Electrónicos y Aeroespaciales (IEEE AESS Colombia Chapter), le otorgó a él el certificado como Astronauta análogo. Su presidenta era Giovanna Ramírez.
Un invento a media marcha
En 2020, Giovanna Ramírez, que ha acompañado a la Nasa a 35 niñas colombianas, gracias a la gestión de la Fundación “She IS”, recibió el Premio Mujeres de Éxito Colombia. Uno de los puntos que resaltaba la Fundación es que la ingeniera había construido su primer proyecto electrónico de gran impacto social: “Genius Pamper”, “un dispositivo electrónico que permite enviar una señal de alerta al teléfono móvil del cuidador del paciente. Los beneficios se extienden también a adultos mayores, discapacitados y/o pacientes que usen pañales”.
Genius Paper también descrestó a José Gabriel. Su invento del que Ramírez ha reiterado que es “autora”, sin embargo, aún no ha sido patentadao No está en el repositorio de la Superintendencia de Industria y Comercio, ni en Google Patents, ni en el portal Patenscope, donde hay 108 millones de documentos de patentes. “Está en escalamiento. Se han hecho varias versiones del prototipo, en aras de reducir tamaños, entre otras mejoras”, responde Ramírez, cuando le preguntamos por qué no ha iniciado ese proceso. Aunque es claro que no haberlo hecho no pone en duda, de ninguna manera, su autoría.
Nota del editor (15 de diciembre, 10:50 p.m.): *Después de que El Espectador publicó este artículo, Giovanna Ramírez, con quien hablamos previamente, publicó este comunicado de prensa que replicamos en su totalidad:
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