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Hace un mes Nuku’alofa, la capital de Tonga, un país oceánico, fue noticia por la erupción del Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, ubicado a 65 kilómetros de esta ciudad. El 15 de enero, las explosiones arrojaron material a una altura de hasta 40 kilómetros (25 millas) y posiblemente hasta 50 kilómetros, cubriendo las islas cercanas con cenizas y provocando olas de tsunami destructivas. (Lea: Erupción en Tonga liberó cientos de veces la energía de la bomba de Hiroshima)
De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), “esta es una estimación preliminar, pero creemos que la cantidad de energía liberada por la erupción fue equivalente a entre 5 y 30 megatones de TNT”. A modo de comparación, dice el observatorio de la agencia, la explosión liberó cientos de veces la energía mecánica equivalente a la explosión nuclear de Hiroshima.
Ahora, un informe publicado por Reuters, reveló que la erupción de este volcán rompió dos récords. El primero es que la columna volcánica alcanzó la mayor altura que cualquier erupción jamás haya presentado, de acuerdo con el registro satelital.
Según el Observatorio de la Tierra de la NASA, “la combinación del calor volcánico y la cantidad de humedad sobrecalentada del océano hizo que esta erupción no tuviera precedentes. Fue como un hipercombustible para una megatormenta”.
Estas erupciones explosivas, añadió la NASA, generalmente ocurren cuando el magma calienta muy rápido el agua en vapor y luego se expande rápidamente. “Las burbujas de gas volcánico atrapadas dentro del magma también ayudan a impulsar estas explosiones dramáticas hacia arriba y fuera del agua”, añadió el observatorio. (Puede leer: Erupción del volcán de Tonga le estaría ayudando a la NASA a entender Marte)
La NASA determinó que, en su punto más alto, “la columna se elevó 36 millas (58 kilómetros) en el aire, lo que significa que perforó la mesosfera, la tercera capa de la atmósfera. Después de que una explosión inicial generara esta imponente columna, una explosión secundaria del volcán envió cenizas, gas y vapor a más de 50 kilómetros (31 millas) en el aire”, puntualizó.
El otro es que la erupción generó una cantidad sin precedentes de rayos, cerca de 590,000 en el transcurso de los tres días en que estuvo en actividad el volcán. Esto se debe a que, como explica Kristopher Bedka, científico atmosférico del Centro de Investigación Langley de la NASA, en un comunicado que “el penacho fue 2,5 veces más alto que cualquier tormenta eléctrica que hayamos observado, y la erupción generó una cantidad increíble de rayos”. (Le puede interesar: Así se vivió la erupción de un volcán submarino en Tonga)
Para estudiarlos, dijo la NASA, empleó datos de GLD360, que es conocida por ser la red de detección de rayos basada en tierra operada por Vaisala. De los casi 590.000 rayos que tuvieron lugar durante los tres días de erupción, alrededor de 400.000 ocurrieron dentro de las seis horas posteriores a la gran explosión del 15 de enero.