La erupción y tsunami de Tonga dejó lecciones para proteger a las ciudades
El evento en Tonga dejó un saldo de cinco muertos y causó daños por aproximadamente $US90.4 millones, según el Banco Mundial, pero además podría enviar mensajes sobre cómo protegerse de estos sucesos.
El tsunami volcánico de Tonga del 15 de enero de 2022 sigue dando de qué hablar y siendo material de estudio para la ciencia. Ese evento, se comprueba cada vez ha sido especial: el tsunami resultante fue único en el sentido de que las ondas de agua fueron generadas tanto por los movimientos repentinos de las masas de agua debido a la erupción, lo que suele pasar con eventos de este tipo, pero también por las ondas de presión atmosférica causadas por la erupción volcánica explosiva.
Costas distantes a la de Tonga, por ejemplo en el Océano Índico y el Mar Mediterráneo, registraron olas de tsunami. El volcán Hunga Tonga–Hunga Haʻapai está ubicado aproximadamente a 70 km al noroeste de Nuku’alofa, que es la ciudad capital de Tonga. Según el Banco Mundial, el evento de inicios de este año dejó un saldo de cinco muertos y causó daños por aproximadamente $US90.4 millones, pero también algunas lecciones. Un grupo internacional de investigadores acaba de estimar que la ola de tsunami inicial creada por la erupción pudo alcanzar hasta los 90 metros de altura.
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“Este fue un evento gigantesco y único que destaca que a nivel internacional debemos invertir en mejorar los sistemas para detectar tsunamis volcánicos, ya que actualmente tienen alrededor de 30 años de retraso con respecto a los sistemas que usamos para monitorear los terremotos. No estamos preparados para los tsunamis volcánicos”, le dijo al medio especializado Phys el doctor Mohammad Heidarzadeh, secretario general de la Comisión Internacional sobre Tsunamis y el autor de la investigación (junto con colegas con sede en Japón, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Croacia) publicada en Ocean Engineering.
“El tsunami de Tonga mató trágicamente a cinco personas y causó una destrucción a gran escala, pero sus efectos podrían haber sido aún mayores si el volcán hubiera estado ubicado más cerca de las comunidades humanas. El volcán está ubicado aproximadamente a 70 km de la capital de Tonga, Nuku’alofa. esta distancia minimizó significativamente su poder destructivo”, agregó Heidarzadeh.
El tsunami volcánico de Tonga del 15 de enero de 2022 sigue dando de qué hablar y siendo material de estudio para la ciencia. Ese evento, se comprueba cada vez ha sido especial: el tsunami resultante fue único en el sentido de que las ondas de agua fueron generadas tanto por los movimientos repentinos de las masas de agua debido a la erupción, lo que suele pasar con eventos de este tipo, pero también por las ondas de presión atmosférica causadas por la erupción volcánica explosiva.
Costas distantes a la de Tonga, por ejemplo en el Océano Índico y el Mar Mediterráneo, registraron olas de tsunami. El volcán Hunga Tonga–Hunga Haʻapai está ubicado aproximadamente a 70 km al noroeste de Nuku’alofa, que es la ciudad capital de Tonga. Según el Banco Mundial, el evento de inicios de este año dejó un saldo de cinco muertos y causó daños por aproximadamente $US90.4 millones, pero también algunas lecciones. Un grupo internacional de investigadores acaba de estimar que la ola de tsunami inicial creada por la erupción pudo alcanzar hasta los 90 metros de altura.
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“Este fue un evento gigantesco y único que destaca que a nivel internacional debemos invertir en mejorar los sistemas para detectar tsunamis volcánicos, ya que actualmente tienen alrededor de 30 años de retraso con respecto a los sistemas que usamos para monitorear los terremotos. No estamos preparados para los tsunamis volcánicos”, le dijo al medio especializado Phys el doctor Mohammad Heidarzadeh, secretario general de la Comisión Internacional sobre Tsunamis y el autor de la investigación (junto con colegas con sede en Japón, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Croacia) publicada en Ocean Engineering.
“El tsunami de Tonga mató trágicamente a cinco personas y causó una destrucción a gran escala, pero sus efectos podrían haber sido aún mayores si el volcán hubiera estado ubicado más cerca de las comunidades humanas. El volcán está ubicado aproximadamente a 70 km de la capital de Tonga, Nuku’alofa. esta distancia minimizó significativamente su poder destructivo”, agregó Heidarzadeh.