La fascinante historia de cómo descubrieron una nueva especie de dinosaurio en Colombia
Un grupo de científicos encontró que cerca de la Serranía de Perijá, en el departamento de Cesar, vivió un dinosaurio que la ciencia no tenía en su radar. Su hallazgo lo hicieron gracias a una vértebra que descubrió un funcionario de una petrolera hace más de medio siglo.
Sergio Silva Numa
A principios de década del 1940, cuando el mundo aún lidiaba con la Segunda Guerra Mundial, un geólogo de la Tropical Oil Company, una petrolera de Estados Unidos que había llegado a Colombia años antes, hizo un hallazgo muy raro. Mientras realizaba unos trabajos cerca de la carretera que unía a Manaure y La Paz, en lo que hoy es el departamento del Cesar, encontró un hueso que no encajaba muy bien entre lo que había visto antes. Era tan grande como la mitad de su torso y, aunque estaban muy cerca de la Serranía del Perijá, no parecía ser de ningún animal de la zona. Para despejar las dudas, prefirió llevarlo a la Universidad de California Berkeley (EE.UU.), donde lo describieron en 1955 y lo guardaron en un mueble con una etiqueta que sugería que la pieza pertenecía a un dinosaurio saurópodo. (Lea: En Argentina descubrieron un dinosaurio único en su tipo para Sudamérica)
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A principios de década del 1940, cuando el mundo aún lidiaba con la Segunda Guerra Mundial, un geólogo de la Tropical Oil Company, una petrolera de Estados Unidos que había llegado a Colombia años antes, hizo un hallazgo muy raro. Mientras realizaba unos trabajos cerca de la carretera que unía a Manaure y La Paz, en lo que hoy es el departamento del Cesar, encontró un hueso que no encajaba muy bien entre lo que había visto antes. Era tan grande como la mitad de su torso y, aunque estaban muy cerca de la Serranía del Perijá, no parecía ser de ningún animal de la zona. Para despejar las dudas, prefirió llevarlo a la Universidad de California Berkeley (EE.UU.), donde lo describieron en 1955 y lo guardaron en un mueble con una etiqueta que sugería que la pieza pertenecía a un dinosaurio saurópodo. (Lea: En Argentina descubrieron un dinosaurio único en su tipo para Sudamérica)
Jeffrey Wilson Mantilla aún recuerda la primera vez que vio esa vértebra. Era estudiante y durante un recorrido por las colecciones de la universidad se encontró con ese hueso. “Me pareció muy interesante. Únicamente decía saurópodo, pero no había ningún detalle. Tener una vértebra completa de un dinosaurio es una buena señal y dije que en algún momento valdría la pena hacer un proyecto”, cuenta desde Estados Unidos.
Wilson Mantilla, biólogo y PhD en Biología y Anatomía de Organismos, hoy es profesor del Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Michigan. También es el curador del Museo de Paleontología y uno de los autores de un artículo que acaba de publicarse en el Journal of Vertebrate Paleontology y que resume el hallazgo que se desencadenó tras el encuentro con aquella vértebra: el descubrimiento en Colombia de una nueva especie de dinosaurio para la ciencia.
El Perijasaurus lapaz, como lo llamaron Wilson Mantilla y sus colegas, representa una gran sorpresa para quienes se dedican a la paleontología. En el territorio colombiano solo se había detectado la presencia de otro dinosaurio (el Padillasaurus) y parecía poco probable encontrar un saurópodo en el norte de Suramérica. Es, de hecho, el único representante por fuera de la Patagonia (Argentina) durante el Jurásico de este grupo de reptiles herbívoros, populares por su particular cuerpo: un torso robusto sostenido por cuatro patas, una cola y un cuello largo, con una pequeña cabeza.
Su nombre es un reconocimiento al lugar donde fue encontrado (la Serranía del Perijá) y al Acuerdo de Paz con las Farc, que permitió que Wilson Mantilla, de padre estadounidense y madre colombiana, regresara al país y con apoyo de la Fundación Fullbright se embarcara en una aventura para saber de dónde diablos había salido esa vértebra que encontró en la Universidad de California Berkeley. (Puede leer: En una granja encuentran el fósil de un pez que vivió hace 183 millones de años)
Buscando dinosaurios
Hace 175 millones de años, el territorio donde está la Serranía del Perijá, en el Caribe colombiano, era muy distinto a lo que hoy conocemos. Los continentes no se habían separado y aún formaban esa gran masa de tierra llamada Pangea. Lo más probable, dice Daniel Raad, geólogo de la U. del Norte (Barranquilla) y otro de los autores del artículo, es que el Perijasaurus lapaz viviera en una zona boscosa, cercana a un sistema de ríos. Era un lugar con una pendiente que se conectaba con una planicie y desembocaba en el agua.
Para saber con precisión esos detalles, el equipo, primero, contó una buena dosis de suerte. Luego de que Wilson Mantilla y el resto del grupo “preparó” nuevamente la vértebra, le eliminó el pagamento que le habían puesto en décadas anteriores y se percató de que tenía características morfológicas únicas, necesitaba saber el punto preciso en el que el funcionario de la Tropical Oil Company la había encontrado. Por fortuna, en 1943 había trazado un rústico mapa de la carretera, que dejó unas pistas sueltas.
Daniel Raad, relata desde Barranquilla, pensó que se trataba de una tarea titánica, pero quiso comprobar qué tan preciso podía ser ese trazo de más de medio siglo. Empezó a comparar cada punto con el que hoy tiene la vía actual que conecta a Manaure y La Paz (Cesar) y se llevó una sorpresa. “Cada punto cuadraba muy bien. Era un mapa muy, pero muy bien hecho”, apunta. (Le puede interesar: ¿Cómo los dinosaurios sobrevivieron a ‘apocalipsis’ de hielo?, estudio revela pistas)
Con esa pista, organizaron varias salidas de campo a la formación La Quinta, lideradas por el profesor Aldo Rincón, del Departamento de Física y Geociencias de la Universidad del Norte. En las primeras ocasiones no detectaron nada útil. Encontrar más fósiles como ese en una región donde ha llovido tanto es una tarea casi imposible. El agua suele convertir en polvo el rastro que pudo dejar un dinosaurio.
Saltándonos muchísimos detalles técnicos, con el tiempo hallaron otras pistas muy valiosas: sedimentos de hojas y de troncos que coincidían los sedimentos que estaban aún atrapados en la vértebra del Perijasaurus lapaz.
Así que tras medir muchas características de ese hueso, de hacer comparaciones con el resto de vértebras que habían reportado más paleontólogos y de examinar resultados de datación con la técnica de uranio-plomo en rocas que se depositaron por encima del nivel de la vertebra, no quedaban dudas: se trataba de un saurópodo nuevo para la ciencia que vivió durante el Jurásico Temprano-Medio.
“Este es apenas el primer paso de un proyecto más amplio sobre los dinosaurios y la paleontología colombiana”, dice Wilson Mantilla. “Hoy hay en el país científicos con un perfil muy, muy alto. Varios de ellos están investigando en otras partes de Colombia y ya hay señales muy interesantes en otros departamentos”. (Lea también: Encuentran huesos del que podría ser el dinosaurio depredador más grande de Europa)
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