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Hasta ahora solo se conoce de un híbrido de elefante entre especies. Se trata de Motty, un elefante que nació prematuro, de seis semanas, en el zoológico de Chester (Reino Unido) el 11 de julio de 1978.
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Cuando la hembra, un elefante asiático (Elephas maximus), quedó en embarazo se sabía que el único macho en el recinto era un elefante africano (Loxodonta africana), sin embargo, había dudas acerca de que las dos especies pudieran tener descendencia viable.
Sería prácticamente imposible que ambas especies se aparearan teniendo en cuenta la distancia geográfica de sus áreas naturales. Y es que, además de que son especies diferentes, también son géneros diferentes, por lo que se encuentran distantes genéticamente.
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Ambas especies tienen algunas diferencias físicas particulares. Los africanos son más grandes y crecen de 3 a 4 metros, mientras que los asiáticos crecen entre 2 y 3,5 metros. Además, los primeros tienen orejas mucho más grandes y evolucionadas para que el calor irradie fuera del cuerpo, y suelen tener una piel más arrugada.
En el caso de Motty, tuvo cabeza y orejas grandes como las de un elefante africano, aunque tenía cinco uñas en las patas delanteras y cuatro en las traseras, como los elefantes asiáticos.
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Pero la cría murió diez días después de haber nacido. Y una necropsia reveló que tenía una infección en el colon y en el cordón umbilical por E.coli. Sus restos se conservan en el Museo de Historia Natural de Londres.
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