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Científicos publicaron una nueva imagen tomada por el telescopio espacial James Webb, que revolucionado la investigación astronómica en los últimos años. En esta ocasión, se trata de NGC 346, un cúmulo de estrellas que se encuentra en la Pequeña Nube de Magallanes.
De acuerdo con la información publicada en el sitio oficial del James Webb, es una pequeña galaxia que se encuentra ubicada en la constelación Tucán, a unos 200.000 millones de años luz. Para hacerse una idea de su lejanía, la Luna se encuentra a 384.000 kilómetros de la Tierra, lo que equivale a 1,28 segundos luz.
Aun así, se trata de una de las pequeñas galaxias más cercanas a la Vía Láctea y que podría tener un rol crucial en la investigación del universo, en especial para la discusión sobre cómo se originan las galaxias.
”Con su relativa falta de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, el cúmulo NGC 346 sirve como un indicador cercano para estudiar entornos estelares con condiciones similares en el universo temprano y distante. Diez pequeños círculos amarillos superpuestos en la imagen indican las posiciones de las diez estrellas estudiadas“, señala el proyecto James Webb en un comunicado.
De acuerdo con los científicos, el diámetro de esta imagen es de 240 años luz. Es decir, este es el tiempo que tomaría viajar de un extremo a otro del cúmulo de estrellas que se aprecia. “Gracias a su extraordinaria sensibilidad y resolución, el telescopio Webb acaba de resolver un misterio que databa de hace más de dos décadas”.
La investigación detrás de la imagen
Los investigadores partieron de una curiosidad para tomar esta imagen. Hace 21 años, el telescopio Hubble, predecesor del Webb, captó evidencias de “un planeta masivo alrededor de una estrella antigua”, dice la página oficial del telescopio.
Lo que fue asombroso para los científicos es que, en cercanía esas estrellas antiguas, parecía no haber evidencia de elementos necesarios para la formación de planetas, pues no sería posible que crecieran lo suficiente en un entorno así. La ciencia creía que esas estrellas tenían una vida muy corta y que por eso los planetas no crecían lo suficiente.
La NGC 346, por su cercanía, fue clave en la investigación de este tipo de fenómenos, y para plantear una nueva teoría: puede que esas estrellas antiguas tengan una vida más extensa de lo que se imaginaba. “Ahora, utilizando el Webb, los investigadores han confirmado la presencia de discos de formación de planetas en NGC 346 y han descubierto que estos discos tienen una larga vida. El hallazgo confirma el resultado del Hubble y está haciendo que los científicos reconsideren los modelos actuales de formación de planetas”, señalan los investigadores.
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