La pregunta clave: ¿Por qué el huracán Milton alcanzó tan rápido la categoría 5?
En menos de 24 horas, el huracán Milton se intensificó hasta alcanzar categoría 5. ¿Qué factores inciden en este fenómeno que tiene nerviosos a los pobladores de Florida?
Mientras usted lee este artículo, el huracán Milton se dirige hacia Florida, en Estados Unidos. Según los últimos boletines del National Hurricane Center, se pronostica que llegue a la costa occidental de ese estado alrededor de las 8 a.m. del miércoles, 9 de octubre, aunque desde horas previas se sentirán sus efectos.
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Mientras usted lee este artículo, el huracán Milton se dirige hacia Florida, en Estados Unidos. Según los últimos boletines del National Hurricane Center, se pronostica que llegue a la costa occidental de ese estado alrededor de las 8 a.m. del miércoles, 9 de octubre, aunque desde horas previas se sentirán sus efectos.
De hecho, entre las 2:00 a.m. y las 8:00 p.m. del martes, el huracán se moverá a través del Golfo de México, y sus vientos se prolongarán hasta Cuba. Después de haber padecido el huracán Helen, el más mortífero en la historia de ese país, nadie esperaba que Milton adquiriera esa intensidad en tan poco tiempo.
Quienes se encargan de estudiar estos fenómenos, están sorprendidos, pues en menos de 24 horas pasó de ser una tormenta que apenas generaba inquietud en un huracán categoría 5. Sus vientos sostenidos han alcanzado hasta los 290 km/h (Helen tocó tierra con vientos de hasta 225 km/h), lo que tiene nervioso a más de un habitante.
“Es una amenaza extremadamente peligrosa para Florida”, señaló la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) en un comunicado.
La pregunta que muchos se hacen es, ¿por qué Milton sufrió esa transformación en un tiempo tan corto? ¿Tiene algo que ver el cambio climático? ¿Hay otros ingredientes que entran en juego?
¿Por qué se intensifica un huracán?
Como explicaba en un artículo de divulgación de la NASA Angela Colbert, PhD en Meteorología, para que un huracán pueda formarse y fortalecerse tiene que haber cuatro factores esenciales: un océano con aguas cálidas, mucha humedad en el aire, una perturbación existente (como tormentas eléctricas), y una baja cizalladura vertical del viento, que se refiere al cambio en la velocidad y dirección del viento con la altitud en la atmósfera.
“Al igual que para hacer una galleta perfecta, un huracán necesita todos los ingredientes para crecer. Si se cambia demasiado algún ingrediente, la galleta quedará demasiado plana, demasiado seca, etc. Lo mismo ocurre con los huracanes: si alguno de los cuatro ingredientes principales cambia demasiado, la tormenta no se puede formar o se debilitará”, señalaba Colbert.
Zachary Handlos y Ali Sarhadi, profesores en Ciencias Atmosféricas del Instituto de Tecnología de Georgia, lo ponían en estos términos en un artículo que escribieron hace un par de días en The Conversation: las temperaturas cálidas de la superficie del mar, especialmente si son más profundas, le dan la energía necesaria a los huracanes para que se intensifiquen.
Además, anotaban, si hay aguas más cálidas (y una salinidad más baja) la humedad se evaporará, lo que impulsa una intensificación del huracán. Por otro lado, “la dinámica interna, como las ráfagas de tormentas eléctricas intensas dentro de la rotación de un ciclón, pueden reorganizar la circulación y provocar aumentos rápidos en su fuerza”.
Respecto cizalladura del viento, recordaban, entre más baja, permitirá que los huracanes crezcan más rápidamente. Todos estos elementos parecen haberse juntado, permitiendo así que Milton haya sufrido una transformación que tiene a Estados Unidos en alerta: entre el medio día del domingo y el medio día del lunes pasó a tener una velocidad del viento de 128 km/h a 280 km/h.
¿Tiene algo que ver el cambio climático?
Como escribía la profesora Colbert en el artículo publicado en el portal de la NASA, si predecir un huracán ya es una tarea difícil, saber con precisión de qué manera está incidiendo el cambio climático causado por los seres humanos no es tan sencillo. Sin embargo, aclaraba, cada vez hay más modelos climáticos globales que dan pistas sobre cómo se relacionan esos fenómenos.
Por ejemplo, en una revisión de la evidencia, Tom Knutson, científico del Geophysical Fluid Dynamics Laboratory, de la NOAA, señalaba que aún es prematuro concluir con alto grado de confianza que el incremento de los gases de efecto invernadero —causantes del calentamiento global— han cambiado la actividad de huracanes en el Atlántico.
Sin embargo, escribía, hay algunos elementos en lo que ha influido la actividad humana que pueden conducir a que los huracanes hagan más estragos que en el pasado. Las inundaciones que provocan, por mencionar un caso, pueden ser agravadas por el aumento del nivel del mar, un fenómeno que están viviendo muchos lugares costeros.
Además, indica que algunos modelos sugieren que los huracanes pueden provocar lluvias más intensas cuando lleguen a tierra. “En un huracán, los vientos en espiral atraen aire húmedo hacia el centro, lo que alimenta las imponentes tormentas eléctricas que lo rodean. A medida que el aire continúa calentándose debido al cambio climático, los huracanes pueden contener más vapor de agua, lo que produce precipitaciones más intensas en una tormenta”, apuntaba Colbert.
Otro punto que destaca Knutson tiene que ver con la intensidad que pueden alcanzar los huracanes. “Se prevé”, escribía, “que la proporción mundial de ciclones tropicales que alcanzan niveles muy intensos (categorías 4 y 5) aumente debido al calentamiento antropogénico durante el siglo XXI”.
Así mismo, si nos ubicamos en un escenario de calentamiento global de 2 grados Celsius, la evidencia disponible indica que la intensidad de los ciclones tropicales “aumente, entre un 1% y 10%”.
Pero si el aumento de la temperatura media global y el incremento del nivel del mar pueden tener alguna relación con los efectos de los huracanes, “en términos de detección y atribución, hasta la fecha se sabe mucho menos sobre las contribuciones humanas a los cambios en la actividad de huracanes”, decía Knutson.
Incluso, explicaba que, luego de revisar la evidencia, los datos no sugieren que haya un aumento sustancial en la frecuencia de tormentas tropicales y huracanes relacionado con el calentamiento global, aunque, Colbert reseñaba otro punto importante de este asunto: hasta ahora, aseguraba, la mayoría de los aumentos de huracanes y tormentas tropicales que ha habido desde la década de 1980 se deben a variaciones climáticas naturales.
Sin embargo, añadía, “un estudio reciente sugiere que el último aumento en la proporción de huracanes del Atlántico Norte que experimentan una intensificación rápida es demasiado grande para ser explicado solo por la variabilidad natural. Este podría ser el comienzo de la detección del impacto del cambio climático en los huracanes, afirma el artículo. En contraste, la frecuencia de los huracanes que tocan tierra en Estados Unidos (un subconjunto de los huracanes del Atlántico Norte) no ha aumentado desde 1900, a pesar del calentamiento global significativo y el calentamiento del océano Atlántico tropical”.
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