La tabla periódica podría tener un nuevo elemento
Los físicos lo han llamado “ununennio” por ahora e inauguraría una fila de la tabla periódica por primera vez en la historia
Redacción VIVIR
En 1886, el químico ruso Dimitri Mendeléiev propuso un orden de los elementos químicos basandose en su número de protones (o número atómico) y sus propiedades químicas. Desde entonces, la tabla periódica ha sido ampliada y mejorada con el descubrimiento o síntesis de nuevos elementos. Un equipo de científicos en Japón está cerca de encontrar el elemento número 119, “un elemento nunca visto y jamás creado en la historia del universo”, según afirmó el físico Hideto Enyo, líder de la iniciativa, a el diario El País de España.
Enyo dirige el laboratorio Nishina en el centro de investigación Riken, un acelerador de partículas cerca de Tokio, Japón. Allí los científicos van a disparar un compuesto del metal vanadio (el elemento número 23 de la tabla) contra un objetivo fabricado con curio, un elemento que no existe de manera natural en el ambiente, (el número 96). Fusionados, crearían un elemento de 119 protones que inauguraría la octava fila de la tabla.
Los elementos más ligeros, como el hidrógeno (el primer elemento, con un protón) y el helio (con dos protones) se formaron después del Big Bang hace unos 13,700 millones de años. Los demás surgen por fusión nuclear en el interior de la estrellas, pero a partir del hierro (el elemento número 26) el origen de los compuestos es más complicado de rastrear y explicar.
“Para formar elementos más pesados que el hierro se necesitan sucesos explosivos, como explosiones de estrellas masivas (o supernovas) o fusiones de estrellas de neutrones, un fenómeno que consiste en restos de estrellas que estallaron produciendo una supernova", dijo al País Jose Luis Taín, físico español que también trabaja en Riken. El Nobel de Física 2017 fue otorgado a los físicos que desarrollaron LIGO, el software de detección de ondas gravitacionales que captó el año pasado y por primera vez en la historia las ondas gravitaciones producidas por este intenso evento astronómico, que confirma la Teoría de la Relatividad propuesta por Albert Einstein hace casi un siglo.
“En esos cataclismos cósmicos se da un proceso rápido de captura de neutrones, que al desintegrarse forman protones. Así se crearían, en pocos segundos, elementos cada vez más pesados, como el oro (79), el plomo (82) o el uranio (92)", explicó Taín.
Es tan sencillo como recrear y controlar un Big Bang. Así lo explica El País: "el elemento más pesado que se encuentre de manera natural en la Tierra es el plutonio, con 94 protones. A partir de ahí, los núcleos no son lo suficientemente estables. Los últimos elementos sintetizados —nihonio (113), moscovio (115), tenesino (117) y oganesón (118)— son muy radiactivos y apenas han existido durante unas milésimas de segundo en un laboratorio".
Otros equipos de científicos han fracasado en llenar el cupo del elemento 119. El centro GSI Helmholtz, en Darmstadt (Alemania), lo intentó en 2012 disparando un haz de titanio (22) contra un objetivo de berkelio (97), sin éxito.
“Esperamos encontrar el elemento 119 en unos pocos años, aunque todavía estamos en una fase muy preliminar”, declaró Enyo al diario español.
En 1886, el químico ruso Dimitri Mendeléiev propuso un orden de los elementos químicos basandose en su número de protones (o número atómico) y sus propiedades químicas. Desde entonces, la tabla periódica ha sido ampliada y mejorada con el descubrimiento o síntesis de nuevos elementos. Un equipo de científicos en Japón está cerca de encontrar el elemento número 119, “un elemento nunca visto y jamás creado en la historia del universo”, según afirmó el físico Hideto Enyo, líder de la iniciativa, a el diario El País de España.
Enyo dirige el laboratorio Nishina en el centro de investigación Riken, un acelerador de partículas cerca de Tokio, Japón. Allí los científicos van a disparar un compuesto del metal vanadio (el elemento número 23 de la tabla) contra un objetivo fabricado con curio, un elemento que no existe de manera natural en el ambiente, (el número 96). Fusionados, crearían un elemento de 119 protones que inauguraría la octava fila de la tabla.
Los elementos más ligeros, como el hidrógeno (el primer elemento, con un protón) y el helio (con dos protones) se formaron después del Big Bang hace unos 13,700 millones de años. Los demás surgen por fusión nuclear en el interior de la estrellas, pero a partir del hierro (el elemento número 26) el origen de los compuestos es más complicado de rastrear y explicar.
“Para formar elementos más pesados que el hierro se necesitan sucesos explosivos, como explosiones de estrellas masivas (o supernovas) o fusiones de estrellas de neutrones, un fenómeno que consiste en restos de estrellas que estallaron produciendo una supernova", dijo al País Jose Luis Taín, físico español que también trabaja en Riken. El Nobel de Física 2017 fue otorgado a los físicos que desarrollaron LIGO, el software de detección de ondas gravitacionales que captó el año pasado y por primera vez en la historia las ondas gravitaciones producidas por este intenso evento astronómico, que confirma la Teoría de la Relatividad propuesta por Albert Einstein hace casi un siglo.
“En esos cataclismos cósmicos se da un proceso rápido de captura de neutrones, que al desintegrarse forman protones. Así se crearían, en pocos segundos, elementos cada vez más pesados, como el oro (79), el plomo (82) o el uranio (92)", explicó Taín.
Es tan sencillo como recrear y controlar un Big Bang. Así lo explica El País: "el elemento más pesado que se encuentre de manera natural en la Tierra es el plutonio, con 94 protones. A partir de ahí, los núcleos no son lo suficientemente estables. Los últimos elementos sintetizados —nihonio (113), moscovio (115), tenesino (117) y oganesón (118)— son muy radiactivos y apenas han existido durante unas milésimas de segundo en un laboratorio".
Otros equipos de científicos han fracasado en llenar el cupo del elemento 119. El centro GSI Helmholtz, en Darmstadt (Alemania), lo intentó en 2012 disparando un haz de titanio (22) contra un objetivo de berkelio (97), sin éxito.
“Esperamos encontrar el elemento 119 en unos pocos años, aunque todavía estamos en una fase muy preliminar”, declaró Enyo al diario español.