La primacía del dibujo sobre el color fue larguísima y empezó a menguar cuando los impresionistas resolvieron que en la naturaleza no había líneas, solo color y volúmenes, luces y sombras. / Getty Images
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Al principio fue la línea y desde el principio fue perfecta. Nuestros abuelos homínidos no hicieron primero matachos y luego sí, perfectas, plásticas, sublimes, Altamira y Lascaux. Pero de inmediato, los primeros pintores del mundo comprendieron que no bastaba la línea y colorearon el cuerpo de las bestias. Lo hicieron con uno o dos colores de una paleta básica compuesta por negros, rojos, amarillos y verdes sacados de los minerales, los vegetales y las heces. Como aglutinantes se utilizaron resinas y grasas animales. (Lea