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La Revolución Industrial que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVIII fue un cambio drástico en las formas de producción a nivel mundial y, en consecuencia, en las formas de vida de las poblaciones que se vieron afectadas por la rápida industrialización. (Le puede interesar: Crean un mapa 3D del Titanic que podría dar nuevas pistas sobre el accidente)
Una de las características de esta época fue la documentada explotación infantil en las fábricas, que además de emplear menores en sus procesos de producción, tenían jornadas que superaban las 16 horas diarias.
Una reciente excavación arqueológica realizada en un cementerio rural de Fewstone, una villa de Yorkshire del Norte, en Inglaterra, reveló las pésimas condiciones en las que vivieron (y murieron) algunos niños que habrían trabajado en fábricas rurales de esa zona de Europa.
El grupo de investigadores, liderados por Rebecca Gowland, publicaron sus hallazgos en la revista PLOS ONE, en donde registraron las preocupantes condiciones en las que se encontraron los restos de algunos niños enterrados en ese cementerio entre el siglo XVIII y el XIX. (Le recomendamos: Falleció Alicia Dussán, pionera de la antropología en Colombia)
De un total de 154 cadáveres, 54 correspondían a cuerpos enterrados en edades entre los ocho y los 20 años, una proporción que no es usual en los cementerios actuales, en los que lo normal es encontrar cadáveres principalmente de adultos mayores.
Los restos fueron sometidos a diferentes pruebas para establecer las condiciones de salud en las que vivieron, la edad en la que fallecieron y las enfermedades que pudieron haber desarrollado durante su vida.
Dentro de los hallazgos, se encontraron individuos con problemas de crecimiento, graves deficiencias de nutrición y otros aspectos que muestran la explotación a la que eran sometidos. (También puede leer: La nueva especie de tiburón que no estaba en el radar de la ciencia)
Por ejemplo, uno de los cuerpos correspondiente a un niño, reveló en los testeos de los restos dentales que su muerte se dio alrededor de los 12 o 14 años, pero otros restos óseos mostraban un desarrollo correspondiente a un niño de ocho años, develando problemas de crecimiento.
Otro, correspondiente a una niña que falleció entre los 16 y los 18 años según los resultados de las muestras dentales, mostraba un desarrollo óseo en otros restos correspondiente al de una niña de 10 años.
También, se encontró que los niños tenían deficiencias en fuentes de proteína animal y algunos vegetales, generando graves problemas de nutrición que tuvieron impactos visibles en sus huesos y que se conservaron bajo tierra. (Le puede interesar: Hallan el primer fósil del lobo etíope, una de las especies más amenazadas del mundo)
De acuerdo con los investigadores, esta es la primera investigación bioarqueológica que presenta evidencia de este tipo acerca de las condiciones de explotación en las que vivió la población infantil durante la Revolución Industrial.
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