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Lo que revela el popó de vikingos de hace miles de años

Se sabe que el parásito Trichuris trichiura ha acompañado a los humanos durante milenios, pero se desconocía su desarrollo y cómo llegó a estar presente en todo el mundo. Un equipo de investigadores acaba de publicar el mayor análisis genético de este parásito, usando muestras de seres humanos y otros primates vivos, pero también de heces de asentamientos vikingos en Dinamarca y Países Bajos.

06 de septiembre de 2022 - 06:29 p. m.
Los huevos de Trichuris trichiura pueden permanecer vivos hasta 10 años esperando un huésped donde eclosionar.
Los huevos de Trichuris trichiura pueden permanecer vivos hasta 10 años esperando un huésped donde eclosionar.
Foto: Licencia libre

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Un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias Vegetales y Ambientales de la Universidad de Copenhague y el Instituto Wellcome Sanger (Reino Unido), acaba de hacer el más profundo análisis genético de un parásito que ha convivido con el ser humano durante milenios: el Trichuris trichiura o tricocéfalo. Lo hicieron tomando muestras de seres humanos y otros primates vivos, pero también de las heces de asentamientos vikingos en Dinamarca y otros países, que pueden datar de hasta 2.500 años de antigüedad.

El Trichuris trichiura es un gusano que produce una infección conocida como tricuriasis, que afecta hasta a 500 millones de personas anualmente, especialmente en países y zonas con una infraestructura sanitaria deficiente que permite una transmisión fecal-oral sostenida. Después de tener contacto con los huevos del parásito (en el suelo o los alimentos), los huevos migran al intestino grueso y eclosionan, después de lo cual las larvas emergentes excavan y establecen un nicho donde se desarrollan durante años.

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Una alta carga de gusanos puede causar una variedad de síntomas gastrointestinales debilitantes y pueden provocar deficiencias nutricionales y retrasos en el desarrollo físico y cognitivo, especialmente en niños. Se sabe que los humanos han convivido con este parásito durante milenios pues se han encontrado huevos de parásitos en heces humanas de sitios arqueológicos que datan del año 7100 a. C, pero se siguen desconociendo datos de cómo el parásito logró llegar a estar presente en todo el mundo (aunque hoy es raro que esté en los países industrializados). Un nuevo estudio ha dado pistas sobre esto.

Publicado en Nature Communications, el artículo presenta un panorama del desarrollo y la distribución del parásito. Lo hace usando datos de 44 muestras modernas de Trichuris trichiura y 17 antiguas provenientes de una amplia distribución geográfica que incluyó 18 poblaciones de nueve países de África, América Central, Asia y Europa. Las muestras antiguas derivadas del ADN extraído de huevos agrupados se obtuvieron de letrinas arqueológicas y sitios de excavación, principalmente de Dinamarca (cinco ubicaciones), así como de los Países Bajos (dos ubicaciones) y un solo sitio en Lituania.

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“Sabemos desde hace mucho tiempo que podemos detectar huevos de parásitos de hasta 9.000 años bajo un microscopio. Por suerte para nosotros, los huevos están diseñados para sobrevivir en el suelo durante largos períodos de tiempo. En condiciones óptimas, incluso el material genético del parásito se puede conservar extremadamente bien. Y algunos de los óvulos más antiguos de los que hemos extraído algo de ADN tienen 5000 años. Ha sido bastante sorprendente mapear completamente el genoma de los huevos de tricocéfalos bien conservados de 1000 años de antigüedad en este nuevo estudio” explica Christian Kapel, del Departamento de Plantas y Ciencias Ambientales de la UCPH, al medio Phys.

Una explicación del “éxito” que ha tenido este gusano para estar presente en gran parte del mundo, es la capacidad de supervivencia de sus huevos: descansan en el suelo, en el agua o en los alimentos, desarrollándose durante aproximadamente tres meses, pero después pueden permanecer vivos durante hasta 10 años, esperando ser consumidos por un huésped en cuyo tracto digestivo eclosionarán. “Durante la época de los vikingos y hasta bien entrada la Edad Media, no había condiciones muy sanitarias o cocinas e instalaciones sanitarias bien separadas. Esto permitió que el tricocéfalo tuviera muchas mejores oportunidades para propagarse”, dice Kapel a Phys. El estudio puede ayudar a comprender mejor el parasito.

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Una comprensión mejor tiene el potencial de nuevos tratamientos. Las infecciones por Trichuris trichiura, dicen los académicos en el artículo, se tratan principalmente con medicamentos como el albendazol o el mebendazol, pero hay pocos medicamentos alternativos disponibles. Los investigadores alertan sobre el riesgo de que este parasito pueda desarrollar una resistencia contra estos fármacos, a pesar de que la evidencia sugiere que si bien el Trichuris trichiura sí esta desarrollando una resistencia, esta es limitada.

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