Los errores en la convocatoria de Minciencias que clasifica a los investigadores
El Ministerio de Ciencias publicó los resultados preliminares de una de las convocatorias más esperadas por los científicos y los grupos de investigación, en la que los agrupa en diferentes categorías. Sin embargo, profesores y asociaciones de universidades se llevaron una sorpresa: el documento tiene errores que califican de “graves”. El ministerio decidió dar más plazo para recibir los reclamos.
Fernán Fortich
Sergio Silva Numa

Esta semana, más de un científico en Colombia se llevó una buena sorpresa. Desde que el pasado martes, 11 de marzo, el Ministerio de Ciencias reveló los resultados preliminares de una convocatoria que todas las universidades e investigadores estaban esperando, no han parado los mensajes de asombro. “Señores [del] Minciencias. Es una vergüenza la clasificación de investigadores y grupos que acaban de publicar”, escribió en su cuenta de X el director de la Escuela de Ingeniería Civil y Geomática de la Universidad del Valle, Albert Ortiz. “Estamos viendo unos resultados llenos de errores e incoherencias que tendrán consecuencias para las universidades”, reclama por teléfono Guillermo Alfonso Parra, vicerrector de una universidad privada.
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Esta semana, más de un científico en Colombia se llevó una buena sorpresa. Desde que el pasado martes, 11 de marzo, el Ministerio de Ciencias reveló los resultados preliminares de una convocatoria que todas las universidades e investigadores estaban esperando, no han parado los mensajes de asombro. “Señores [del] Minciencias. Es una vergüenza la clasificación de investigadores y grupos que acaban de publicar”, escribió en su cuenta de X el director de la Escuela de Ingeniería Civil y Geomática de la Universidad del Valle, Albert Ortiz. “Estamos viendo unos resultados llenos de errores e incoherencias que tendrán consecuencias para las universidades”, reclama por teléfono Guillermo Alfonso Parra, vicerrector de una universidad privada.
A lo que se refieren es a un documento de 588 páginas que publicó Minciencias, en el que clasifica, de forma preliminar, a todos los grupos de investigación y a los investigadores del país, de acuerdo con sus contribuciones al conocimiento. Teniendo en cuenta diversos factores como la formación académica, la producción científica o sus aportes a la apropiación social del conocimiento, a los investigadores los clasifica como Emérito —la categoría más alta—, Sénior, Asociado o Junior. A los grupos de investigación, por otra parte, los agrupa en A1 —a la que aspiran todos los equipos—, A, B, C y Reconocido.
Aunque como reconoce César Pallares, gestor de Investigación en Consortia, un grupo que opera Consorcios de universidades (entre ellos el Consorcio Colombia), suele haber algunos errores en los resultados de esta convocatoria (la última se hizo en 2021), en los años que lleva siguiéndole la pista en detalle no había visto una situación como la de esta vez.
“Hay errores sistemáticos muy serios que nunca habían ocurrido. Cuando sale esta convocatoria de medición de grupos, todas las universidades se vuelcan a completarla. Duran más de un año verificando información, reuniendo soportes y registrando la existencia de productos, pero ahora parece que se perdió el esfuerzo”, dice Pallares.
Marcela Vélez, vicerrectora de investigación de la Universidad de Antioquia (UdeA), tiene un buen ejemplo para explicar los errores: “Tenemos el caso de un físico teórico muy importante que tiene publicaciones en algunas de las revistas más prestigiosas del mundo, de acuerdo con el ranking del mismo ministerio, pero las clasificaron en el nivel inadecuado. Y con ese conjunto de mediciones dejaría de ser un investigador senior”, cuenta. “Es realmente una cosa ridícula, y que solamente pasa en Colombia, que uno sea investigador senior y que en una medición del Estado, uno, de repente, sea reconocido como investigador junior”, reitera.
El vicerrector Guillermo Alfonso Parra también ha identificado casos de artículos que fueron publicados en la revista Nature, una de las más prestigiosas del mundo, pero el modelo de Minciencias no los clasificó en la categoría más alta.
Los errores son graves, a los ojos de los investigadores, por varias razones. Si bien no significan incentivos directos, hay algunas universidades, explica Pallares, que otorgan estímulos económicos a los profesores que alcanzan las categorías más altas. Además, agrega, “en varias de las convocatorias que abre el mismo Minciencias, piden que el grupo sea A1 o A. Para un profesor es fundamental la categoría del grupo, así como para un grupo es muy importante la categoría en la que queden sus profesores”.
“Esta vez los errores son en una escala masiva, y lo más preocupante es que parece no hubiesen revisado los resultados antes de publicarlos”, precisa Javier Alméciga, líder del grupo de investigación de Errores Innatos del Metabolismo de la U. Javeriana, también afectado por los resultados.
Como lo detalló la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun) en una carta enviada el 12 de marzo a la ministra de Ciencias, Yesenia Olaya, son varios los errores e inconsistencias: productos categorizados incorrectamente, cambios muy bruscos en la categoría del grupo, investigaciones realizadas por fuera de la ventana de observación que fueron medidos y ubicados en una categoría inferior o simplemente investigadores que se presentaron, pero que no aparecen en los resultados preliminares.
El presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE), Jairo Torres, también le envió una misiva a Olaya el jueves, 13 de marzo. En el documento le indica que han “recibido múltiples observaciones por parte de los vicerrectores y directores de investigaciones, así como de los investigadores en general, relacionadas con errores e inconsistencias en los resultados” de la convocatoria. Entre ellas, apuntaba, que algunos productos perdieron su clasificación, que “algunos productos no fueron clasificados a pesar de que cumplen con los requisitos de existencia establecidos en el modelo, y que hay productos que no fueron medidos, a pesar de que habían sido avalados por las instituciones”.
La convocatoria de Minciencias, en principio, indicaba que para realizar solicitudes de aclaración, los investigadores tenían un plazo de hasta 72 horas que se vencería este viernes 14 de marzo. Para ASCUN y muchos investigadores, se trataba de muy poco tiempo para enmendar la magnitud de los errores.
“Dado el volumen de inconsistencias y la complejidad de su análisis, y las consecuencias en la medición de investigadores sobre la categorización de los grupos, consideramos que la extensión del plazo permitirá a las instituciones realizar un proceso de reclamación más preciso y fundamentado, contribuyendo así a la transparencia y calidad del proceso de medición y categorización”, indica Óscar Domínguez, director ejecutivo de ASCUN, en la carta dirigida a la ministra Olaya. Torres, del SUE, también le solicitó a la ministra de Ciencia plazo para presentar reclamaciones hasta el 21 de marzo.
El Minciencias escuchó sus peticiones. En la noche del viernes publicó un mensaje en sus redes sociales en el que extendía el plazo hasta el 21 de marzo, justamente. Quienes tengan algún desacuerdo, tendrán hasta las 5 p.m. para hacer sus solicitudes.
Pero, además de estos reproches, algunos investigadores han denunciado que la plataforma para presentar sus reclamaciones no corresponde al protocolo que el Minciencias estableció en la convocatoria. “Hay un punto en el que se dice que se habilitará en la plataforma una opción para presentar observaciones, pero esa opción no aparece. Y además, luego de enviado el formulario, no llega ningún correo o radicado que confirme que efectivamente el ministerio recibió la solicitud”, cuenta Rafael Molina, investigador de la Universidad Nacional.
¿Qué salió mal?
Para saber qué pudo salir mal a la hora de concretar los resultados, este diario buscó al Ministerio de Ciencias para conocer su versión. “El número de reclamaciones presentadas en esta convocatoria es un reflejo del crecimiento y evolución del sistema de reconocimiento de investigadores y grupos en Colombia”, le aseguró la cartera a El Espectador.
Según el ministerio, existirían dos razones principales para este aumento de errores: más criterios de evaluación y un aumento en la productividad registrada por parte las instituciones e investigadores colombianos.
Algunos investigadores aseguran, por su parte, que hay algunas pistas sobre la causa de los errores con base en los resultados preliminares publicados por la entidad. De acuerdo con Almaciga, investigador de la U. Javeriana, es probable que se haya utilizado el modelo tuviese problemas que no fueron resueltos o depurados de manera adecuada. Pallares, de Consortia, sospecha que pudo haber un error en el algoritmo, columna vertebral del modelo.
Por su parte, para Vélez, vicerrectora de la UdeA, podría tratarse de los problemas de talento humano que está experimentando el Ministerio de Ciencias. “Nosotros pensábamos que, de hecho, la entidad iba a emitir una adenda para sacar los resultados más tarde, pero simplemente los sacaron. No sabemos qué pudo pasar exactamente, pero para el tema de las regalías muchas veces intentamos comunicarnos con la entidad para dudas sobre las convocatorias, y en muchas ocasiones no obtuvimos respuesta, y es una muestra de los posibles problemas internos que tienen”.
Las universidades ya le habían propuesto al Ministerio de Ciencias la creación de una mesa de trabajo conjunta para analizar en profundidad estas irregularidades y para establecer mecanismos de evaluación más sólidos y confiables para futuras convocatorias, pero no obtuvieron el resultado esperado.
Para Pallares también cree que no hubo buena comunicación. “Es desgastante siempre lidiar con estas situaciones y sin que se note el cambio. Pero hay que insistir”, escribió en su cuenta de LinkedIn. “El modelo es interesante, con gran potencial y bueno. Pero Minciencias debe realmente escuchar a la comunidad para que el modelo genere valor y se adapte a las nuevas realidades de la ciencia, la tecnología y la innovación”.
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Por Fernán Fortich
Por Sergio Silva Numa
