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Investigadores de la Universidad de Adelaide realizaron una encuesta en línea para analizar los diferentes factores del bienestar animal en los gatos asociado al juego, enfocándose en cuatro principales: calidad de vida del gato; calidad de la relación gato-cuidador; prevalencia de conductas problemáticas; y cambios de comportamiento. Los resultados fueron publicados en la revista Animal Welfare.
En la encuesta participaron más de 1.591 cuidadores de gatos en 55 países. Las puntuaciones muestran que una mayor cantidad de juego diario, así como mayor cantidad de juegos, se asocian significativamente con puntajes más altos de calidad de vida del gato, también una relación de mejor calidad entre el cuidador y el gato. (Lea: Los vikingos habrían llevado sus animales en la invasión a Inglaterra)
El estudio también tuvo en cuenta el tipo de residencia en que se encuentran los gatos. En el caso de viviendas exclusivamente en interiores, se asoció significativamente una mayor calidad de vida del gato y mejor relación entre cuidador y gato, en comparación con los gatos que tienen acceso al exterior.
En cuanto a los cambios de comportamiento en los gatos, se encontraron dos tipos de comportamiento cuando no había juego en cierta cantidad de tiempo. “Si bien muchos tutores informaron que su gato mostraba un aumento en los comportamientos de búsqueda de atención, varios informaron que su gato se volvió más solitario cuando se le impedía jugar”, señala el estudio.
Los investigadores aclararon que estos comportamientos pueden darse dependiendo de otros factores, como las dinámicas familiares en el hogar e incluso el tipo de alojamiento de los gatos (interiores o exteriores). (Lea: Los neandertales estuvieron en la Península Ibérica más tiempo del que se creía)
Según explicó Julia Henning para Phys.org “se informaron cambios de comportamiento que indicaban estrés, frustración o malestar cuando no había juego. Por lo tanto, podemos concluir que el juego puede ser un factor muy importante para evaluar y mantener el bienestar de los gatos”. (Lea: ¿Por qué se conservan tan bien las momias egipcias? Estas vasijas arrojan pistas)
La investigación es clara en que tiene ciertas limitaciones, pues es posible que los cuidadores no capten con precisión los datos de comportamiento de los gatos, además de que puede haber sesgos en los recuerdos de los encuestados.
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